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Cómo ahorrar agua a la hora de regar las plantas

La sequía y la inflación, que sólo ahora empieza a ser más moderada, han llevado a los hogares a buscar formas de economizar todas las tareas del día a día

Cómo ahorrar agua a la hora de regar las plantas

Un hombre regando su jardín | Pexels

El verano está a la vuelta de la esquina y la sequía sigue siendo acuciante en varias regiones del país. Además de ello, son muchas las personas que llevan meses padeciendo los efectos de la inflación, que sólo ahora empieza a moderarse. Teniendo en cuenta esta situación, hacer un buen uso del agua y aprovecharla bien puede ser vital para ayudar tanto a la economía de la persona como a la situación de escasez general.

Una de las actividades que más agua precisa (y, a veces, malgasta) es el regar las plantas. Esta actividad es algo que no se puede evitar, pero sí es posible hacerlo de una forma más adecuada a la situación. Por ello, estos son algunos consejos para ahorrar agua a la hora de regar las plantas.

Cómo ahorrar agua al regar las plantas

No regar más veces de las necesarias

Cada planta es un mundo por lo que, según sus características, necesitarán más o menos agua. No obstante, la mayoría de ellas no precisan de más de un riego al día. De igual forma, esto también varía según la estación del año. En otoño e invierno es posible espaciar más el riego, mientras que en los meses más secos y calurosos necesitarán más agua.

Las mejores horas para regar

Algo muy importante a tener en cuenta para no desperdiciar el agua es la hora a la que regar. El mejor momento es por la mañana temprano o, si no es posible, por la noche. Estas son las horas más frescas en cuanto a temperatura, por lo que la evaporación del agua será mínima. Esto permitirá a las plantas absorber y aprovechar mejor este recurso.

El tipo de riego

No todas las formas de regar tienen el mismo resultado en la planta, por lo que hay que tener en cuenta qué tipo es. Los más comunes son la manguera o regadera, el riego por goteo y los aspersores. Cada uno de ellos funciona de una forma distinta y tiene sus particularidades. Por ello, saber cuál es mejor para el tipo de jardín o terraza permitirá aprovechar el agua al máximo.

Una regadera echando agua sobre las hojas.
Una regadera echando agua sobre las hojas. Foto: Unsplash

Regar la planta, no la tierra

En la medida de lo posible, hay que evitar hacer un mal uso del agua. Para ello, una de las claves es que, a la hora de regar, el chorro de agua vaya directamente a la tierra y no echarlo por encima de las plantas. Las hojas no son las que necesitan esto, sino las raíces; echándola en la tierra se facilitará este proceso.

Priorizar las plantas autóctonas

Para quienes estén empezando a crear su jardín, algo importante a tener en cuenta es que es mejor apostar por plantas autóctonas. Al ser propios de esa región, resisten mejor a la sequía, necesitan menos cuidados y pueden sobrevivir con los recursos acuáticos naturales. De esta forma, será necesario menos agua a la hora de regar.

Recoger el agua de la lluvia

La lluvia, siempre que no sea fuerte y acabe por dañar las plantas, siempre es una buena opción para poder regar y ahorrar tiempo y dinero. Pero no solo es posible aprovecharla mientras cae; recogerla en un barril, cubo o balde y guardarla para la próxima vez.

Eliminar las malas hierbas

Tener un jardín cuidado y en buenas condiciones es la aspiración de todas las personas que tienen uno, pero a veces es normal olvidar la importancia de arrancar las malas hierbas. Esto es importante no sólo por mejorar la imagen, sino porque consumen gran parte del agua que va destinada a las plantas. Ser conscientes de cuándo salen y eliminarlas contribuirá también a utilizar este recurso de forma más eficiente.

Usar abonos orgánicos

Para poder llevar a cabo un mejor cuidado de las plantas es muy útil abonar la base. Este producto aporta nutrientes que ayudan a las plantas a estar protegidas frente a las plagas o la contaminación, además de evitar que el suelo se desertifique. Todo esto contribuye, también, al aprovechamiento de agua.

Un aspersor regando el césped.
Un aspersor regando el césped. Foto: Unsplash

Reutilizar el agua

Reutilizar el agua es una de las medidas de ahorro más clásicas, pero muy poca gente la aplica. Es posible hacerlo con el agua de la ducha mientras se regula la temperatura, o con la utilizada para hervir u otras tareas cotidianas (siempre que no tengan químicos que afecten a las plantas). Todo esto puede servir para regar las plantas que estén en macetas o jardineras.

Revisar el estado de los aspersores

Quienes tengan aspersores deben revisarlos con periodicidad, comprobando su funcionamiento y ajustándolos, si es necesario, para que solo caiga el agua en la zona de riego. Así es posible evitar el desperdicio, así como que haya partes que queden más secas mientras que otras están encharcadas.

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