THE OBJECTIVE
Álvaro Nieto

El PP se traga la basura ideológica del PSOE

«Inquieta que el PP se haya prestado a cambiar la Constitución según los deseos del PSOE, y no sabemos si por contaminación feminista o por ineptitud»

Opinión
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El PP se traga la basura ideológica del PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. | Ilustración de Alejandra Svriz.

«El PSOE nos ha metido un gol por toda la escuadra». Quien habla de esta manera es un dirigente del Partido Popular, y se refiere a la reforma del artículo 49 de la Constitución Española, impulsada al unísono por socialistas y populares y aprobada esta semana en el Congreso de los Diputados.

Dicha reforma atiende una larga reivindicación de los discapacitados, que se sentían heridos porque el texto de 1978 se refería a ellos como «disminuidos». Desde hace años los dos grandes partidos venían insistiendo en la necesidad de sustituir la palabra «disminuidos» por «discapacitados», y así se nos vendió cuando PSOE y PP alcanzaron un acuerdo tras la última reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Sin embargo, el cambio constitucional aprobado el pasado jueves (todos los diputados a favor salvo 32 de Vox que votaron en contra) no responde en absoluto a esa idea de cambiar una palabra por otra. Del escueto y directo párrafo de 1978 no quedan ni las raspas y, en su lugar, se han multiplicado las frases con extrañas morcillas más propias de un propagandista que de un fino jurista. Juzguen ustedes mismos y lean aquí debajo la comparación entre uno y otro artículo:

Artículo 49 de 1978

Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos».

Artículo 49 de 2024

1. Las personas con discapacidad ejercen los derechos previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad reales y efectivas. Se regulará por ley la protección especial que sea necesaria para dicho ejercicio.

2. Los poderes públicos impulsarán las políticas que garanticen la plena autonomía personal y la inclusión social de las personas con discapacidad, en entornos universalmente accesibles. Asimismo, fomentarán la participación de sus organizaciones, en los términos que la ley establezca. Se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y los menores con discapacidad.

Los expertos han expuesto ya innumerables quejas sobre el nuevo contenido del artículo, y en este mismo periódico el que mejor lo ha hecho ha sido el gran Pablo de Lora. Sin embargo, y aparte de la excesiva verborrea introducida por los actuales legisladores, lo que resulta especialmente llamativa es la última frase: «Se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y los menores con discapacidad».

¿Qué narices quieren decir los diputados con semejante frase? ¿Los varones con discapacidad no verán atendidas sus «necesidades específicas»? Puestos a dispensar un trato especial, ¿no sería mejor hacerlo con los discapacitados más graves, independientemente de su género? Además, esa redacción resulta muy humillante para las mujeres, pues parece que su desgraciada discapacidad se viene a sumar a alguna tara especial que sufren por haber nacido hembras.

La introducción de tamaño disparate solo puede tener dos explicaciones. La primera, la más benévola, es que simplemente se trate de un gesto para quedar bien con lo políticamente correcto, un guiño al feminismo y al wokismo imperante. Si es así, flaco favor han hecho los legisladores al meter esa morralla en un texto que debería ser lo más pulcro y perdurable posible.

La segunda explicación es que, en efecto, alguien pretenda distinguir a partir de ahora entre mujeres y hombres discapacitados. Nadie sabe a ciencia cierta qué significa eso de «se atenderán particularmente las necesidades específicas», pero si alguien está pensando en que un discapacitado, por el simple hecho de ser mujer, va a tener un trato preferente frente a otro que sea hombre, lo que está proponiendo es ir contra el artículo 14 de la Constitución: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».

Ninguna de las dos explicaciones deja en buen lugar al PP, que se ha tragado la basura ideológica del PSOE sin protestar. Y este no es un asunto baladí, pues se está colando la ideología en nuestro texto fundamental, que debería quedar al margen de activismos y obsesiones, como ya han recordado importantes juristas. No sabemos bien qué es lo que ha podido pasar en el PP para transigir con semejante bazofia de texto, pero lo que sí tenemos seguro es que el malestar entre los propios diputados populares es de aúpa, pues incluso algunos de ellos se enteraron de lo que habían votado con posterioridad y a raíz de las informaciones publicadas por THE OBJECTIVE, que ha sido uno de los escasísimos medios de comunicación que han puesto de relieve este asunto.

«Se está colando la ideología en nuestro texto fundamental, que debería quedar al margen de activismos y obsesiones»

Este gol del PSOE al PP recuerda al pacto que Sánchez coló a Pablo Casado para renovar el Tribunal Constitucional, que acabó con el exministro Juan Carlos Campo y con una ex alto cargo de Moncloa en la institución y que ha terminado por convertir el TC en un auténtico rodillo sanchista en manos de Cándido Conde Pumpido. Por cierto, habría que recordarle al PP que, según la última encuesta del CIS, el 60% de sus votantes mujeres cree que las políticas de igualdad se han pasado de rosca y que el 66% de sus votantes hombres se sienten discriminados por la actual legislación. Emprender un camino contrario a lo que piensan tus propios votantes no suele terminar bien.

Es verdad que ante un Gobierno que miente sistemáticamente, ataca al resto de poderes del Estado y pone en serio peligro los principios de la democracia este asunto nos puede parecer menor, pero nada más lejos de la realidad: se trata de la Constitución Española, el texto que quedará para la historia, el artículo que se estudiará de ahora en adelante en los colegios. Por ello, inquieta, y mucho, que el PP se haya prestado a esta maniobra: no sabemos si por pura contaminación feminista o por simple ineptitud. Cualquiera de las dos hipótesis es para echarse a temblar. La reforma constitucional del artículo 49 pasa ahora al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, antes de su aprobación definitiva. ¿Se atreverán los populares a rectificar en la Cámara Alta?

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