THE OBJECTIVE
David Mejía

Cómo lograr que el PSOE hable de igualdad

«Los socialistas han interiorizado el discurso nacionalista hasta tal punto que entienden toda unificación como un atentado reaccionario»

Opinión
4 comentarios
Cómo lograr que el PSOE hable de igualdad

Ilustración de Alejandra Svriz.

La vida ofrece pocas verdades eternas. Las proposiciones indiscutibles se pueden contar con los dedos de una mano. Hay pocos principios que sean válidos en toda época y lugar, premisas que trasciendan culturas, naciones y sensibilidades. Apenas tenemos un puñado de sentencias perennes: «todo ser vivo es mortal», «todo efecto tiene una causa», «al PSOE no le preocupa la igualdad» o «el Partido Popular siempre yerra en su estrategia». Asumimos el carácter inevitable de la muerte y de las leyes de causalidad, pero por algún motivo seguimos confiando en revertir los vicios estructurales de los partidos políticos.

Fíjense en cómo ha gestionado el PP su propuesta de una EBAU única. Alberto Núñez Feijóo anunció que las 11 comunidades en las que gobierna el PP van a celebrar pruebas «con contenidos, criterios de corrección y fecha de celebración comunes». El PSOE reaccionó como era esperable. Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, definió la propuesta como una «ocurrencia», una «frivolidad engañosa», fiel al proyecto del PP de «una, grande y libre», en referencia (oh, sorpresa) a Franco. Por su parte, la ministra de Educación, Pilar Alegría, cuestionó la constitucionalidad de la propuesta. Ningún ministro dio con la respuesta más lógica: si los españoles no somos iguales ante la ley, qué sentido tiene ser iguales ante la EBAU.

«Todo lo que suene a igualdad entre regiones es inmediatamente rechazado por la mayoría parlamentaria»

A quienes sí nos importa el principio de igualdad, la propuesta nos resulta sugestiva: si la EBAU da acceso a un distrito universitario único, parece sensato unificar contenidos y criterios de corrección. Claro que el examen evalúa los conocimientos de los alumnos de acuerdo con su currículo de bachillerato, y esos currículos varían en función de la comunidad. Por lo tanto, la unificación de la EBAU allanaría el terreno para la unificación del bachillerato, y todo lo que suene a igualdad entre regiones es inmediatamente rechazado por la mayoría parlamentaria.

Quizá recuerden que durante la pandemia, los grados de temperatura necesarios para tener fiebre variaban según la región. Afortunadamente todavía compartimos el sistema métrico decimal. La incomodidad del PSOE con la igualdad no es nueva. Han interiorizado el discurso nacionalista hasta tal punto que entienden toda unificación como un atentado reaccionario.

Pero en este caso la culpa es del PP, cuya relación con la estrategia es la de Sísifo con la piedra: un ciclo de esfuerzos repetidos que resultan reiteradamente infructuosos. Siguen sin entender a quién tienen delante. La estrategia para introducir la unificación de la EBAU en el debate público era la siguiente: Isabel Díaz Ayuso anuncia que la Comunidad de Madrid renovará el 40% de los contenidos de Bachillerato sobre los que tiene competencia y que adaptará su EBAU al nuevo currículo. No haría falta especificar los nuevos contenidos, bastaría con difundir que sería un temario muy asequible. Tanto, que los alumnos madrileños tendrían asegurada unas notas estupendas tanto en el bachillerato como en la EBAU.

Horas después del anuncio, el PSOE y su maquinaria mediática ya hablarían de «dumping escolar» y se publicarían las primeras propuestas para una armonización de los contenidos educativos. Señores del PP, tomen nota: si quieren que el PSOE hable de igualdad, animen a Madrid a salirse de la fila.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D