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El Gobierno culmina el fin la dispersión de ETA: la mayoría de los presos están ya a 150 kilómetros de su casa

La mitad de los acercamientos de presos etarras que ha aprobado el Gobierno se produjeron en 2021. Solo uno cumple condena en régimen cerrado

El Gobierno culmina el fin la dispersión de ETA: la mayoría de los presos están ya a 150 kilómetros de su casa

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. | EFE

En la última semana de 2021, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, órgano dependiente del Ministerio del Interior, acordó con el Gobierno vasco el acercamiento de otros siete condenados por terrorismo a prisiones próximas a la comunidad autónoma. Así, el Ejecutivo ponía fin a un año en el que se ha encargado, más que cualquier otro durante la legislatura, de poner fin a la dispersión de los presos de ETA.

Desde mediados de 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, hasta hoy, Interior ha ejecutado 288 traslados correspondientes a 202 etarras. No obstante, prácticamente la mitad, 143, se han realizado en el último año; y de ellos, 79 han sido desplazados a prisiones vascas y navarras. Por otro lado, desde el pasado mes de julio, las prisiones del sur de España dejaron de albergar a etarras. Una vez que el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska determinó el traslado de los cuatro últimos reclusos de la organización terrorista que permanecían en cárceles de Andalucía. Además, dictó su progreso de régimen cerrado a segundo, lo que les permitirá en el futuro disfrutar de permisos.

El titular que también se desgrana de estos datos, facilitados por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y Dignidad y Justicia, es que de los 183 presos de ETA, la mayoría de condenados cumplen su pena a menos de 150 kilómetros de su domicilio en el País Vasco. En concreto, 81 se encuentran en cárceles de esta última comunidad y 13 en Navarra. A lo que les siguen 21 presos en Cantabria, 20 en La Rioja, o tres en Burgos. Todo ello, sin tener en cuenta que hay otros ocho acercamientos ya autorizados pero que aún no han sido materializados.

El culmen de la dispersión de los reclusos etarras es algo que incluso han celebrado algunos de ellos, según publicaba este martes El Confidencial. Los reclusos verbalizan en sus conversaciones su satisfacción por los traslados a cárceles más próximas a su hogar. Lo consideran «otro mundo» en comparación, por ejemplo, con las prisiones andaluzas en las que cumplían pena. «Es que yo, personalmente, comparando esto con Andalucía es otro mundo, aquí se está bien, y en los módulos de respeto y eso, se vive bien», comentaba recientemente un preso.

Clasificación

El gran número de traslados en 2021, cuando se celebraba una década del fin de la banda terrorista, también ha coincidido con la transferencia de la competencia penitenciaria al País Vasco. Lo que ha motivado las quejas de las asociaciones de víctimas, que ven en esa decisión política la posibilidad de que se incremente la concesión de los terceros grados y con ello, posteriormente, la libertad de los etarras.

No obstante, los cambios en la clasificación de estos reos ya se han advertido este año. Actualmente, solo un preso de ETA cumple condena en régimen de primer grado. En febrero de 2018, bajo el Gobierno del Partido Popular, la situación era radicalmente distinta. De los 245 reclusos que había entonces en las cárceles, 209 estaban clasificados en este régimen cerrado.

En noviembre, como respuesta a todos los beneficios percibidos, el colectivo de presos de ETA sorprendía con un comunicado en el que pedía el final de los homenajes públicos que reciben cuando son excarcelados, conocidos como ongi etorri. En el documento, los reclusos admitían que los actos «causaban dolor a las víctimas» y pedían que en el futuro solo se celebrasen en espacios privados. Una petición, sin embargo, que ha sido ignorada por ellos mismos, cuando el pasado 24 de diciembre celebraron un homenaje de bienvenida a Ignacio Extxeberria, alias Mortadelo.

Este martes, precisamente, Jupol, el sindicato mayoritario entre los agentes de la Policía Nacional, reclamaba más medios para luchar judicialmente contra los homenajes a etarras en el País Vasco y contra las marchas a favor de la excarcelación de los presos. En este sentido, la organización pedía poner el foco sobre las marcas herederas de la banda terrorista, como ATA, Jardun, Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) o IBIL. 

En un comunicado, Jupol lamentaba la celebración de 282 actos de apoyo a ETA en 2021, un 46% más que hace un año, recordando los últimos impulsados en Nochevieja. El sindicato policial reclama al Gobierno que ponga en marcha «todas las medidas necesarias de forma inmediata y contundente» para dotar de los instrumentos necesarios a la Justicia con el objetivo de prohibir estos homenajes a etarras.

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