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Vuelven los chapuzones a las cárceles: Interior reabrirá las piscinas tras dos años de pandemia

Al menos una docena de prisiones ultima los preparativos para volver a abrir las instalaciones acuáticas. En algunos casos, llevan abiertas ya una semana

Vuelven los chapuzones a las cárceles: Interior reabrirá las piscinas tras dos años de pandemia

La piscina de la prisión de Pamplona. | TO

Vuelven los chapuzones a las cárceles españolas. El departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska permitirá reabrir las piscinas a los centros penitenciarios que dispongan de ellas, después de dos años de pandemia en los que estas instalaciones acuáticas han permanecido cerradas, aunque con excepciones en el caso de algunas prisiones. Fuentes de Instituciones Penitenciarias, órgano dependiente del Ministerio del Interior, explican a THE OBJECTIVE que no se trata de una orden como tal por parte de este departamento, sino que será decisión de la dirección de cada cárcel la apertura o no de las piscinas.

España cuenta actualmente con 65 prisiones —no se incluyen las de Cataluña y País Vasco, estas comunidades tienen la competencia transferida—, tres unidades de madres y dos centros psiquiátricos. Sin embargo, no todas ellas disponen de piscina. En total, la tienen unos 30 cárceles, pero en el caso de algunas jamás han llegado a utilizarse o han dejado de hacerlo en los últimos años. Por ejemplo, en la prisión de Álava (País Vasco), según precisan fuentes penitenciarias, la piscina no se ha empleado en los 11 años que lleva abierto dicho centro. En las cárceles de Soria y Santa Cruz de Tenerife, por otro lado, se derruyeron y se construyeron en su lugar almacenes y otras áreas de ocio para los reclusos.

Hoy son en torno a unas 20 piscinas las que están operativas en las cárceles españolas. De las cuales, según las fuentes consultadas por este periódico, al menos una docena ya está preparando las instalaciones para su reapertura. Esto es, básicamente, la limpieza, el acondicionamiento y la búsqueda de socorristas, que en muchos casos son los propios internos. No obstante, hay algunas como la del centro penitenciario de Puerto III (Cádiz) que está abierta desde el pasado 16 de mayo. Y otras, la cárcel de Córdoba, por ejemplo, que este mismo jueves estaba llenando ya la piscina.

Los centros penitenciarios que pondrán en marcha sus piscinas en las próximas semanas, la mayoría a partir del 15 de junio, serán la de Dueñas (Palencia), Topas (Salamanca), Zuera (Zaragoza), Villena y Picassent, ambas en Alicante; y la de Albolote (Granada) y Las Palmas (Canarias), donde los reclusos ya han hecho los cursos para ser los socorristas de las instalaciones acuáticas este verano. También la de Pamplona, que el año pasado arregló el techo de la piscina para que se abriese y cerrase de manera motorizada. La prisión de Soto del Real (Madrid), en cambio, esperará un poco más y la abrirá durante julio y agosto.

Abiertas desde 2018

En cualquier caso, esta no es la primera reapertura de las instalaciones acuáticas en las prisiones que ha llevado a cabo el Ministerio del Interior. El Gobierno de Mariano Rajoy ordenó en 2012 cerrar las piscinas de todos los centros penitenciarios al considerarlo «un gasto importante e innecesario» en plena crisis económica. Pese a ello, poco después los sindicatos criticaron igualmente al expresidente por destinar 115 millones de euros a la privatización de la seguridad exterior en las cárceles. Una medida que el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska mantiene.

En 2018, cuando las piscinas llevaban seis años cerradas, el Gobierno, ya bajo el mando de Pedro Sánchez, fijó como objetivo reabrir 25 piscinas en otros tantos centros penitenciarios. Finalmente, solo lo consiguió con 21 de ellas. Antes de que comenzase el verano, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luís Ortiz, encargó a los directores de los centros que disponen de piscina que redactaran un informe sobre el estado y la situación de las mismas. El presupuesto para la reapertura de las instalaciones fue de 340.000 euros.

Según desgajó entonces la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), la apertura en sí de las piscinas supuso un coste de 207.390 euros, a los que se sumaron 27.792,77 euros en gastos de agua, 33.087,03 en electricidad, 41.947,85 en cloro, y 41.422,15  n salarios y seguridad social de socorristas.

Desde los sindicatos y Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) y APFP critican el gasto que supondrá reabrir las piscinas este verano, cuando «hay otras prioridades dentro de las prisiones» como aumentar la plantilla de los funcionarios o la equiparación salarial con los funcionarios de prisiones en Cataluña. Por otro lado, sostienen que las piscinas no solo han supuesto un gasto en verano, sino también en otras ocasiones. En el caso de la prisión de Algeciras, según denuncia TAMPM, las obras de adecuación de las instalaciones han tenido un coste de casi 300.000 euros. «Ni siquiera se ha abierto todavía, aunque aseguran que lo harán durante esta legislatura», critican estas fuentes.

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