De Camps a Barberá: cuando Oltra pedía a otros políticos que dimitieran tras ser imputados
La vicepresidenta de la Comunidad Valenciana tiene un largo historial exigiendo la dimisión de políticos imputados
La vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, Mónica Oltra. | Europa Press
La sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) ha imputado este jueves a la vicepresidenta del Gobierno autonómico, Mónica Oltra, después de encontrar indicios de encubrimiento en el caso de abuso sexual por el que fue condenado a cinco años de cárcel su exmarido.
La mandataria será investigada por el alto tribunal valenciano, algo que deja pendiendo de un hilo su cargo como miembro del gobierno autonómico. La oposición ya ha demandado su dimisión, mientras que Ximo Puig se ha pronunciado con evasivas afirmando que respeta el procedimiento judicial.
Precisamente, la petición de dimisiones es algo que Mónica Oltra ha demandado en numerosas ocasiones cuando un cargo político de la Comunidad Valenciana ha sido imputado en un proceso judicial. Desde el inicio de su carrera política la valenciana ha aprovechado este látigo para minar a sus adversarios políticos llegando a afirmar que «no hay consecuencias. En otros países la gente tiene vergüenza y dimite».
Oltra saltó a la fama en política a raíz de la creación de Compromís como grupo político en la época en la que gobernaba el Partido Popular la Comunidad Valenciana. El uso de camisetas serigrafiadas con mensajes contra los populares le dieron eco suficiente en el panorama nacional para ganar visibilidad.
Esta popularidad que comenzó a ganar en 2010 la usó en muchas ocasiones para pedir la dimisión de sus rivales. Camps fue su principal diana durante los primeros años. «El día que me viera como usted imputado y vilipendiado, pillado en todas las mentiras posibles, (…) ese día sí que me iría a casa». Esta frase se la espetó al expresidente Francisco Camps con motivo de la imputación del popular, después de pedir en numerosas ocasiones la dimisión del presidente que tuvo su colofón cuando Oltra portó una camiseta en la que se podía leer bajo un cartel con la cara de Camps «Se busca. Solo vivo».
El expresidente de la Comunidad fue uno de los principales objetivos que, hasta ocho años más tarde de que pidiese por primera vez su dimisión, continuó demandándosela cuando posteriormente el político valenciano ocupó un cargo en el Consejo Jurídico Consultivo. A pesar de que Camps ha sido imputado varias veces nunca ha sido condenado.
Otra de las dianas de Mónica Oltra fue la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de la cual llegó a afirmar que «era la única persona de España que no piensa dimitir», después de que esta fuese imputada en una causa que fue sobreseída después de que la exregidora falleciese de un ataque al corazón en Madrid, muerte que en numerosas ocasiones se ha achacado a la presión que la prensa y sus adversarios políticos ejercieron sobre ella.
Especialmente curiosa es cuando Oltra señaló que los responsables del accidente de Valencia debían presentar su dimisión por precisamente su «voluntad de ocultar la verdad».
«En un país civilizado la decencia para dimitir no la marcan los jueces, sino la ética pública», afirmó la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, cuando la justicia imputó a un excargo del Partido Popular acusado por corrupción.
