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La falta de una puerta en el filtro policial de Barajas permite que un extranjero se cuele

Fuentes policiales denuncian los problemas de seguridad que existen en la zona de salidas del aeropuerto de Madrid

La falta de una puerta en el filtro policial de   Barajas permite que un extranjero se cuele

Control fronterizo en un aeropuerto. | EP

Llegar hasta el interior del avión sin portar billete ni ningún tipo de identificación. Aunque parezca sorprendente, es lo que ha logrado un hombre británico durante dos días consecutivos en la T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, tras superar todos los controles de los que dispone la terminal: primero el de equipajes, después el de pasaporte y finalmente el de la propia compañía aérea. Lo más grave, no obstante, es que el sujeto, un hombre de 35 años y origen árabe, fuese capaz de sortear el filtro fronterizo, custodiado por agentes de la Policía Nacional, uno de los puntos más blindados del sistema aeroportuario

Este fallo de seguridad, sin embargo, no sorprende a las fuentes policiales consultadas por THE OBJECTIVE. Distintos agentes desplegados en Barajas revelan que la infraestructura del control fronterizo en la T-4 y el gran número de pasajeros que se agolpan ante este último durante determinadas horas del día impiden identificar a los policías y a otros trabajadores de Aena este tipo de sucesos. 

Estas fuentes ubican el problema en el filtro de pasaporte de la Policía Nacional, ubicado en la T4 satélite, que deben superar todos los pasajeros que vuelan a terceros países, esto es fuera del espacio Schengen, y por donde el protagonista se coló pegándose a otro viajero que iba delante de él, según publicó El Debate.

En esta zona se encuentran los sistemas de control ABC System y Border Fast Track, máquinas automáticas capaces de reconocer digitalmente la documentación del pasajero relacionándola con sus datos biométricos. Por otro lado, a unos seis metros de distancia de ellas se ubican las cabinas donde los agentes se encargan de supervisar toda la documentación de los viajeros y de los problemas que pudiesen surgir con su identificación.

La falta de una «esclusa»  

De este modo, cuando el pasajero supera el control de pasaporte, una compuerta se abre y puede acceder al espacio aéreo para coger su vuelo. No obstante, según revelan fuentes policiales, en determinados momentos del día, en concreto, durante las primeras horas de la mañana, la afluencia de personas en estos controles complican las tareas de supervisión. Además de los agentes, Aena despliega a auxiliares en estos filtros para que vigilen las filas en torno a las máquinas automáticas. Un número «insuficiente», a juicio de estas fuentes.

«El problema surge cuando de pronto vienen 2.000 personas, entre las nueve y las doce de la mañana y la gente empieza a agolparse. En ‘los filtros ABC’ —se refiere al control inteligente— hay 20 puestos. Los agentes se los reparten y van inspeccionado los datos de los pasajeros, pero no tienen un alcance visual que les permita estar al tanto de todo lo que pasa, ellos están en la cabina pendientes de si salen requisitorias, ordenes que impidan viajar…», explica un agente. 

En este contexto, advierten las mismas fuentes, «no es complicado que alguien pueda colarse, aprovechando que otro viajero pasa». Sobre todo, insisten, teniendo en cuenta que solo hay una compuerta en el control inteligente. Y es que este es el principal inconveniente con el que cuenta esta infraestructura frente a otras terminales del aeropuerto madrileño. «En el filtro solo hay una puerta, si hubiese una esclusa —compartimento con puertas de entrada y salida— y el control se hiciese entre ambas, el sistema sería capaz de detectar a dos personas y no se abriría la compuerta de acceso. En la T4 es así porque quieren que los turistas pasen lo más rápido posible», critican. 

Otros aeropuertos

Según ha podido comprobar THE OBJECTIVE, otros aeropuertos cuentan con el sistema de esclusas para impedir que dos pasajeros pasen al mismo tiempo por el control automático; o tienen situadas las cabinas de Policía Nacional más próximas, de modo que los agentes pueden vigilar el perímetro, como ocurre en la T1. Fuentes policiales advierten, entre tanto, que no se trata de un problema aislado. «Que se cuelen personas ocurre puntualmente, no como el caso de este hombre, sino porque la gente no sabe cómo funcionan; o son familias, y si te despistas, pues te encuentras a dos personas en el control…».

A principios de noviembre, algunos policías de T4 también denunciaron las colas que se producían en los controles de pasaporte en las llegadas al aeropuerto. En concreto, señalaron que se habían concentrado hasta 5.000 pasajeros en las salas de acceso a la terminal, donde los agentes se encargan de realizar la inspección fronteriza a los vuelos que llegan del extranjero. «Es así la mayoría de noches. Aunque faltan efectivos, el problema es que Aena concentra decenas de vuelos en cuestión de una hora, y es inevitable que se formen colas. Muchos tienen vuelos de enlace. Nosotros vamos todo lo rápido que podemos, pero tenemos que hacer nuestro trabajo, somos una frontera», censuraron. 

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