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Madrid

El cementerio de neumáticos de Seseña, un polvorín alimentado por la dejadez administrativa

Todo comienza cuando en 2002 se aprueba con una licencia municipal que un espacio de 11,4 hectáreas sea destinado a acumular neumáticos para el reciclaje del material. Años después, en 2009, el propietario de la empresa Disfilt SA, encargada del reciclaje, fue condenado a tres años de prisión y una multa contra el medio ambiente por no triturar las cubiertas. Aún así se siguió acumulando material, convirtiendo a Seseña en un polvorín de caucho y uno de los grandes problemas medioambientales de España. En 2011, el cementerio dejó de sumar kilos, pero para entonces ya se habían acumulado cerca de 100.000 toneladas de neumáticos. Hoy ese polvorín ha salido ardiendo. El último intento por acometer alguna solución a semejante problema se topó con la falta de acuerdo entre los diferentes partidos. PP, PSOE y Podemos no acordaron durante un pleno en abril una partida presupuestaria para eliminar el cementerio. El alcalde de Seseña, Carlos Velazquez, dijo entonces: «Si este cementerio sale ardiendo, no habría bomberos para apagar ese fuego». Se estima que la extinción puede durar hasta una semana.

El cementerio de neumáticos de Seseña, un polvorín alimentado por la dejadez administrativa

Reuters

Una enorme mancha de caucho había otorgado a Seseña el dudoso honor de poseer el mayor vertedero de neumáticos de Europa. Este viernes ha ocurrido lo que desde hace años políticos, ecologistas y activistas venían advirtiendo: un incendio de grandes magnitudes. Más de 90.000 toneladas de ruedas se llevan acumulando desde 2002 ante la mirada impasible de las diferentes administraciones.

Todo comienza cuando en 2002 se aprueba con una licencia municipal que un espacio de 11,4 hectáreas sea destinado a acumular neumáticos para el reciclaje del material. Años después, en 2009, el propietario de la empresa Disfilt SA, encargada del reciclaje, fue condenado a tres años de prisión y una multa contra el medio ambiente por no triturar las cubiertas. Aún así se siguió acumulando material, convirtiendo a Seseña en un polvorín de caucho y uno de los grandes problemas medioambientales de España. En 2011, el cementerio dejó de sumar kilos, pero para entonces ya se habían acumulado cerca de 100.000 toneladas de neumáticos. Hoy ese polvorín ha salido ardiendo. El último intento por acometer alguna solución a semejante problema se topó con la falta de acuerdo entre los diferentes partidos. PP, PSOE y Podemos no acordaron durante un pleno en abril una partida presupuestaria para eliminar el cementerio. El alcalde de Seseña, Carlos Velazquez, dijo entonces: «Si este cementerio sale ardiendo, no habría bomberos para apagar ese fuego». Se estima que la extinción puede durar hasta una semana.

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