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Madrid y Valencia, los dos polos opuestos de la estrategia política de Yolanda Díaz

Díaz aplica el mismo ‘modus operandi’ que le ha permitido gracias a su equilibrismo escalar el poder desde Ferrol hasta la vicepresidencia del Gobierno

Madrid y Valencia, los dos polos opuestos de la estrategia política de Yolanda Díaz

La ministra de Trabajo Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz ha dejado de deshojar la margarita. Después de unos cuantos vaivenes, la lideresa de Sumar se ha decantado por una presencia medida en la campaña electoral del 28-M, con tintes estratégicos claros y un notable equilibrismo general. La agenda oficial de la ministra de Trabajo prevé un apoyo orgánico al candidato de Podemos en la Comunitat Valenciana, tras recibir presiones del entorno de Pedro Sánchez y también de Compromís, tal y como desveló THE OBJECTIVE. La ministra, sin embargo, y siempre como publicaba este diario, evitará respaldar a la candidata de Podemos en el Ayuntamiento de Valencia. Todo su planteamiento se centra en intentar salvar el gobierno del Botànic, del que dependen muchos cargos de sus aliados de Compromís.

Siempre en Valencia, Díaz mantendrá fe a su amistad con el alcalde Joan Ribó, a quien respaldará activamente en la campaña municipal. Ribó tiene más posibilidades de revalidar su gobierno que el socialista Ximo Puig, cuyo futuro pende de un hilo, concretamente de lo que haga Podemos. Si los morados logran superar el umbral del 5% de votos, será más fácil revalidar su ejecutivo regional. De no ser así, el PP puede hacerse con la joya de la corona de este ciclo electoral autonómico.

La segunda clave atañe a la voluntad de Díaz de evitar que Podemos la tache de traidora y culpable del fracaso del Botànic. De ahí su apoyo medido al candidato morado, Héctor Illueca, y también su ausencia de todos los mitines de Joan Baldoví, el cabeza de lista de Compromís.

Dos lecturas divergentes

Las fuentes afines a Díaz apuntan a un acuerdo con el propio Baldoví, pues Compromís también necesita que Podemos supere el umbral del 5% para mantenerse en el poder. Aunque en Podemos tienen otra lectura: creen que Díaz cede ante Iglesias, pues recuerdan el diktat del ex secretario general contra Baldoví, quien se sumó a las críticas sobre el «ruido» generado por el director del Canal Red. Podemos asegura que la decisión de Díaz refelja su victoria política y da muestra de debilidad de la política gallega. Pero el entorno de Díaz niegan la mayor: hablan de un acuerdo en la sombra con Baldoví y de continuidad con el planteamiento general de Sumar.

Joan Baldovi con Inés Sabanés y Mertxe Aizpurua, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 21 de junio de 2022, en Madrid.
Joan Baldovi con Inés Sabanés y Mertxe Aizpurua, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 21 de junio de 2022, en Madrid.

Sostienen que Compromís asume que hay un «voto no nacionalista» que se decantará por Podemos y que será necesario para revalidar el gobierno del Botanic. Aunque añaden que todo puede esfumarse por los malos resultados del PSOE. Según sus cálculos, el PSOE está perdiendo paulatinamente apoyos en la Comunitat Valenciana y en otras regiones. Y tan solo en Castilla-La Mancha salvaría los muebles. De aquí la necesidad de Díaz de adelantarse para evitar ser tachada como la gran culpable de la derrota de la izquierda.

No aparecer como culpable de la derrota

En Madrid, de hecho, donde se da por descontada la victoria del PP, Díaz mantiene su guion. Acudirá el próximo 15 de mayo a la pradera de San Isidro donde se fotografiará con Mónica García y Rita Maestre, ambas candidatas de Más Madrid a la asamblea regional y el ayuntamiento donde también concurre Podemos con su lista. Es posible que también acuda Íñigo Errejón, el portavoz de Más País en el Congreso y todavía enemigo de Iglesias y la cúpula de Podemos. Con los morados, de hecho, Díaz no tiene previsto ningún acto o mitin conjunto.

Esto significa que Díaz se lava las manos sobre el futuro de Podemos en la Comunidad de Madrid. Es más, con su ninguneo avala la tesis de la desaparición de los morados tanto de la asamblea como del consistorio capitalino. Su apoyo orgánico se dirige claramente hacia Más Madrid, de cuya victoria sobre el PSOE Díaz quiere aprovechar para lanzar su proyecto Sumar.

En definitiva, donde la izquierda puede revalidar un gobierno Díaz se decanta por el equilibrismo, y un apoyo quirúrgico a Podemos para que no la tachen de traidora, tal y como desveló este diario, y donde en cambio no es así, pone su sello sobre la desaparición de un partido con el que lucha por la hegemonía del espacio de izquierda alternativa al PSOE.

Equilibrismo como ‘modus operandi’

En Izquierda Unida destacan el enfoque «equilibrista» de Yolanda Díaz. Sostienen que «estaba claro» que Díaz se decantaría por Ribó en la ciudad de Valencia. Y también que era previsible su ausencia de actos de Podemos en la Comunidad de Madrid. «Ir a un acto de Podemos es arriesgarse a que la piten», reflexionan. «En Madrid no se moja porque no tiene nada que ganar, es una equilibrista», zanjan las fuentes consultadas.

Díaz, en definitiva, sigue aplicando el mismo modus operandi que le ha permitido en estos años escalar el poder desde una concejalía de Ferrol hasta la vicepresidencia segunda del Gobierno. Ese método consiste, tal y como desgrana el libro Yolanda Díaz: la seducción del poder, en cabalgar a la vez dos caballos hasta elegir, en el último minuto, al ganador.

Lo hizo en el Parlamento gallego con el pacto con los nacionalistas y después en la entente de IU con Podemos. Ahora aplica ese mismo sistema a la dicotomía entre los aliados regionales de Sumar y Podemos, aunque todo apunta a que la apuesta ya está en marcha: se trata de lanzar una formación de su creación y que ella aspira a controlar sin tutelas y controles externos.

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