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Díaz cede ante Sánchez y Compromís e irá a Valencia para intentar salvar el Botànic

La lideresa de Sumar cambia el guion y acepta ayudar a Podemos para que alcance el umbral del 5% y no ponga en peligro el gobierno de Ximo Puig

Díaz cede ante Sánchez y Compromís e irá a Valencia para intentar salvar el Botànic

a vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. | Europa Press

«Todos los cargos están en el aire». Así explican fuentes cercanas a Sumar y Yolanda Díaz el anuncio del pasado jueves en el que la ministra de Trabajo explicó su intención de desembarcar a Valencia para apoyar tanto a Compromís como a Podemos en la campaña del 28-M. Ambas formaciones están involucradas en el gobierno del Botànic, que lidera el socialista Ximo Puig, y tanto en el círculo de Díaz como en Podemos hablan de presiones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y también de Compromís para que la ministra modifique sus planes. Si Podemos no supera el umbral del 5% en la Comunidad Valenciana, se haría más complicado para el tripartito de izquierdas revalidar el gobierno regional.

Tal y como desveló THE OBJECTIVE, en las últimas semanas se instaló en Podemos el miedo a no superar el umbral del 5% de votos, necesarios para entrar en el Parlamento valenciano. Una candidata por la provincia de Alicante dio hace pocos días un repentino paso atrás, y en Valencia se interpretó ese gesto como la demostración de la preocupación ante los resultados en dicha comunidad autónoma de cara al 28-M. Los sondeos coinciden en ubicar a Podemos alrededor del 5%. Es decir, que un puñado de votos decidirá el futuro de la candidatura que lidera Héctor Illueca (un dirigente que, por otro lado, colaboró activamente con el ministerio de Díaz).

El problema para el PSOE y también para Compromís atañe a que si Podemos no supera el umbral del 5% será más difícil revalidar el Ejecutivo de izquierdas, conocido como el del Botànic. De ahí que las fuentes consultadas apunten a una petición directa del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y también de Compromís, para que Yolanda Díaz se involucre en dicha campaña. Y Díaz ha decidido secundar esas presiones para salvar al gobierno de Ximo Puig, una de las piezas centrales en el tablero político nacional, donde los populares esperan dar el pelotazo y fomentar la tesis de un cambio de ciclo a nivel nacional.

El presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig
El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig

Doble guion para Valencia

A nadie se le escapa que muchas lecturas poselectorales dependerán de lo que ocurra en regiones como Valencia y Madrid, y en ciudades como Barcelona o Sevilla. Sánchez se juega mucho, por no decir muchísimo en la Comunidad Valenciana. Si Ximo Puig revalida su gobierno, los socialistas podrán rebajar otras derrotas como coyunturales, sin que invaliden su esperanza de repetir en la Moncloa. Pero si el PP se hace con la mayoría (Feijóo planea un gran acto en la plaza de toros de Valencia, donde se celebraban los éxitos de los años pasados), en Génova convertirán esa victoria en el símbolo de una reconquista nacional.

Díaz dejó clara su postura en sus declaraciones públicas el pasado jueves. «Sumar no se presenta a las elecciones, pero va a ayudar en todos cuantos lugares sea posible para garantizar los gobiernos progresistas», afirmó en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta. «Todo lo que podamos contribuir desde Sumar para que no caiga ningún gobierno progresista, lo vamos a hacer”, repitió, antes de hablar explícitamente del Botànic. ¿Significa esto que Díaz, además de respaldar al candidato de Podemos en la Comunidad, lo hará también para Pilar Lima, la candidata morada en el ayuntamiento donde se presenta Joan Ribó? En el entorno de Díaz lo dudan. La relación privilegiada con Ribó y más en general con Compromís no está en discusión.

De hecho, también queda abierta la pregunta sobre qué hará Díaz en la Comunidad de Madrid. Aquí la disyuntiva entre Podemos y sus aliados de Más Madrid no tiene los mismos matices que en Valencia. No hay gobiernos de izquierdas que revalidar, y sí la clara intención de los dirigentes del partido turquesa de borrar del mapa a los morados. La cúpula de Podemos quiere centrarse en ayudar a Alejandra Jacinto y a su candidato al Consistorio para que puedan entrar en las instituciones. Saben que no lograrlo alcanzaría un efecto demoledor en su imagen nacional. Pero la tarea no es fácil, pues como publicó este diario, Podemos calcula que necesita al menos 100.000 papeletas solo en la capital para lograrlo. De ahí que los afines a Díaz sostienen que la ministra deberá «hilar muy fino» si quiere hacer campaña en Madrid.

Miedo de Sánchez al mapa ‘azul’

En los meses anteriores, los miembros del equipo de Díaz habían descartado en varios encuentros confidenciales que la lideresa de Sumar se involucraría en la campaña. Por lo tanto, es cierto que ahora ha cambiado sus planes. Y también que la decisión de Díaz llega después de muchas presiones por parte de Podemos. Pero los partidarios de Sumar sostienen que el cambio no se debe a una cesión ante los morados, sino a las presiones de Pedro Sánchez, cuya prioridad es en este momento evitar que el mapa electoral se tiña de azul. Y también en Podemos enmarcan el cambio a esas presiones, que sostienen podrían repetirse también de cara a las generales. En esto, no obstante, los afines a Díaz discrepan.

El candidato de Compromís, Joan Baldoví, con el líder de Más País, Íñigo Errejón
El candidato de Compromís, Joan Baldoví, con el líder de Más País, Íñigo Errejón

Los sondeos dibujan escenarios de enorme incertidumbre en Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha e incluso en Asturias, por lo que la reflexión de los estrategas de la ministra se centra en impedir que su asistida se perciba como la «culpable» del fracaso regional de la izquierda. En Sumar miraron con interés la encuesta publicada el pasado miércoles en El País. Más allá de la proyección electoral con o sin Podemos, lo que sorprendió fue la valoración de la ministra como futura presidenta -por detrás de Sánchez y de Feijóo- y la idea de que los votantes la consideran «responsable de la falta de acuerdo» por un 15,9% de los encuestados, tan solo por detrás de Pablo Iglesias, con el 21,5%.

Los partidarios de Díaz creen que hace falta ampliar esa brecha para seguir un planteamiento que, en realidad, ya está diseñado y que pasa por afianzar un proceso de regeneración en el espacio político de Unidas Podemos que contempla la inclusión solo «testimonial» de los líderes morados, o directamente su exclusión. Pero lo cierto es que Díaz no quiere y ni se puede permitir que sus aliados de Compromís pierdan cargos políticos, así como espera que Ada Colau repita de alcaldesa.

Díaz sabe que Podemos ya prepara una campaña en las redes sociales para culparla de su batacazo, y que una estampa podría ser la de la foto del acto de Valencia de 2021, conocido como el de las Otras Políticas, donde solo quedaría ella como cargo con cierta proyección. El fuego amigo y la artillería del relato ante la opinión pública serán uno de los terrenos centrales en la pugna con sus excompañeros del partido morado.

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