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Vox, satisfecho con el desempeño de Tamames: «Es imprevisible, pero eso les ha descolocado»

La imprevisibilidad del candidato, que había supuesto algún quebradero de cabeza para los de Abascal, se tornó en virtud en la primera jornada de la moción

Vox, satisfecho con el desempeño de Tamames: «Es imprevisible, pero eso les ha descolocado»

El candidato de la moción de censura, Ramón Tamames, en el debate celebrado este martes en el Congreso de los Diputados. | Europa Press

La imprevisibilidad de Ramón Tamames es una cualidad del economista que ha jugado en detrimento de Vox en las semanas previas a la moción de censura, con intervenciones en los medios que molestaron a la cúpula del partido y con una filtración que terminó de apuntalar ese malestar con el candidato. Sin embargo, a la hora de la verdad, cuando el exdirigente del PCE intervino ante el Congreso de los Diputados, esa imprevisibilidad se tornó en virtud.

«Ha estado bien; es imprevisible, pero eso les ha descolocado», comentaba un preboste de Vox en el patio de la Cámara Baja. El portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, fue más allá y tildó la intervención del histórico dirigente del PCE como «una lección de parlamentarismo a la antigua usanza».

El economista demostró ser, como dijo de él Fernando Sánchez Dragó, su compañero en la cárcel de Carabanchel, un «miura imprevisible». No se limitó a leer el discurso, que fue finalmente modificado con respecto al que se filtró, improvisó y pasó por alto puntos que consideró poco relevantes -como el referente a la Unión Europea-. Intervino incluso cuando no tenía la palabra -reprochando a Pedro Sánchez que trajera «un tocho de 20 folios preparados para hablar de cosas que yo no he dicho»- y despertó las carcajadas del grupo parlamentario proponente en más de una ocasión.

Hasta la filtración, que cayó como un jarro de agua fría en Bambú, se volvió a favor de Vox cuando Sánchez comenzó a leer literalmente un sinfín de folios previamente escritos por su gabinete pensando en el borrador, que databa de finales del pasado mes de febrero. Moncloa creía conocer punto por punto lo que iba a decir Tamames, que se indignó espontáneamente al comprobar que no había sido escuchado.

«¡Oiga! ¡Oiga!», interrumpió el profesor, levantando la mano y dirigiéndose a Meritxell Batet, que le dio la palabra. «Que usted venga con un tocho de folios…», se quejó antes de que la presidenta del Congreso apagara su micrófono. Pero él prosiguió: «Lo que no es procedente es que traiga aquí un tocho de folios preparados para hablar de cosas que yo no he dicho». La materialización del meme de la derecha dura que reza «mucho texto» para ridiculizar largas alocuciones que no dicen nada.

También demostró una mayor sintonía con el discurso del grupo proponente. Uno de los momentos más celebrados por Vox fue cuando respondió a la acusación de Sánchez de estar representando al partido de Blas Piñar. «Usted sale a la calle y pregunta quién era Blas Piñar y no lo sabe ni el 0,0001%. Tiene que ser una persona con mala idea la que le ha recordado ese nombre, pero todos saben que a Largo Caballero es responsable de la Guerra Civil», espetó al presidente, que reivindicó al Lenin español cuando dijo que «actuó como queremos actuar hoy nosotros».

Sánchez y Tamames

Tal era la prefabricación y artificiosidad del discurso que Sánchez contestó a afirmaciones que el candidato no pronunció, por olvido o con intención, pero que figuraban en el borrador que dio a conocer eldiario.es. Por ejemplo, que España es una «autocracia absorbente». El diario de sesiones no recoge dicha expresión, pero el presidente dedicó varios minutos (y folios) a criticar ese concepto.

El dirigente socialista se extendió durante hora y media en su alocución, pero recibió una respuesta escueta del candidato a la moción, que le reprochó con sorna que se hubiera extendido tanto: «Pienso que este debate será útil, porque tienen que cambiar el Reglamento de la Cámara y poner tiempos». Risas en la bancada de Abascal. También recriminó a Sánchez que, a pesar de su prolija exposición, no hubiera tenido a bien hablar de la situación de exclusión que sufre el castellano en las aulas catalanas o del cambio de postura unilateral con respecto al Sáhara Occidental.

«No ha dicho usted nada de esto. Han aparecido lo que un amigo mío llama ‘lecciones de cosas’. Venían en unos papeles preparados para el presidente. ¡Hay cosas que no se corresponden con lo que he dicho!», lamentó un incrédulo Tamames, que, visiblemente cansado, terminó su réplica dando las gracias a todo el mundo. Incluso a su mujer, Carmen, que lo veía desde la tribuna. «No querría extenderme más», dijo sonriente. «Esto hay que acotarlo, señora presidenta». Y no volvió a intervenir.

La respuesta del candidato a los grupos que intervinieron en la primera jornada se dará este miércoles, cuando también participará el Partido Popular. Los populares se abstendrán porque, arguyen, al Gobierno hay que censurarlo «en las urnas».

Y es que la satisfacción de Vox no se traducirá en ningún apoyo a la moción de censura, más allá del que darán los 52 diputados proponentes. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Pablo Cambronero, diputado del Grupo Mixto, era el único que dudaba entre el sí y la abstención, pero finalmente se ha decantado por esta última opción. Los de Abascal, aun así, celebran el transcurso de la primera jornada de la moción de investidura. Acaso porque el objetivo de ésta no era descabalgar a Pedro Sánchez.

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