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Feijóo buscará el apoyo de Iberdrola y Repsol para que el PNV no invista a Sánchez

El plan del PP es presionar al Partido Nacionalista Vasco a través de Ignacio Sánchez Galán y Josu Jon Imaz

Feijóo buscará el apoyo de Iberdrola y Repsol para que el PNV no invista a Sánchez

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i) y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán (d). | Europa Press

La negativa del presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Andoni Ortúzar, a iniciar siquiera un proceso de negociaciones con Alberto Núñez Feijóo para facilitar un gobierno del Partido Popular ha caído en la dirección de Génova 13 como un jarro de agua fría que congela las expectativas de investidura que pudiera albergar el presidente de los populares. Pero eso no obsta para que los dirigentes más confiados y pertinaces de la formación conservadora insistan a su jefe en la conveniencia de tender puentes con el grupo nacionalista vasco para lograr, al menos, una posición parlamentaria de bloqueo que impida la investidura del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Una de las opciones en las que va a trabajar Feijóo ahora pasa por neutralizar al PNV para que tampoco se entregue a devaneos con el bloque de izquierdas en el que Bildu constituye una de sus principales fuerzas tractoras. El jefe de los populares no está dispuesto a tirar la toalla en su afán por estrechar lazos con el Gobierno vasco de su amigo Íñigo Urkullu, una tarea que se presenta muy ardua y en la que puede resultar de inestimable ayuda la colaboración de las grandes corporaciones empresariales arraigadas en el territorio vasco, como son especialmente Iberdrola y Repsol.

Según fuentes populares consultadas por THE OBJECTIVE, la intención de la cúpula del Partido Popular, en la que no todos confían pero que muchos entienden como último recurso, pasa por buscar el amparo del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, para que hagan valer su capacidad de persuasión en las más altas instancias del Euskadi Buru Batzar (EEE), el órgano desde el que se ejerce el mando y control del PNV. Y el objetivo perseguido sería garantizar que el PNV no apoyará una investidura de Sánchez, con lo que se complicarían sus opciones de salir reelegido.

Tanto el presidente de Iberdrola como el consejero delegado de Repsol tienen sobrados motivos para hacer entrar en razón a la cúpula de la formación nacionalista acerca del peligro que supondría para la estabilidad política y económica el hecho de dar nueva vida a un Gobierno Frankenstein en España. Ambos empresarios mantienen una buena relación con la cúpula del partido ‘jeltzale’. De hecho, y sin ir más lejos, Imaz fue presidente del PNV entre 2004 y 2008, el cargo más alto del partido, y con más influencia en el organigrama que el propio lehendakari. Por otro lado, no es un secreto la buena sintonía que mantiene Galán con Urkullu.

Iberdrola, con su presidente al frente, ha sido una de las voces que más ha criticado las políticas llevadas a cabo en el mercado energético por la vicepresidenta Teresa Ribera. Del mismo modo, Repsol saltó también a la palestra para poner en cuestión los dogmas con que la ministra de Transición Ecológica se presentó en sociedad atacando el negocio básico de las empresas petroleras. Así, en plena campaña electoral, Ribera lanzó un dardo en una entrevista con el presidente Sánchez contra Galán asegurando que «había hecho una roadshow por el mundo poniendo verdes al Gobierno».

Hoy ambas energéticas están soportando un impuesto contra los llamados ‘beneficios caídos del cielo’, con el que el Ejecutivo pretende recaudar 2.000 millones de euros en los próximos dos años. Además, desde 2021 existe una ley contra la minoración de ingresos de algunas tecnologías, que aprobó el Ejecutivo un año antes de lo que estipuló Europa y que debía haber finalizado el pasado mes de junio.

Las líneas rojas trazadas por Ortúzar en su réplica inmediata a Feijóo se antojan inquebrantables, por lo que no parece que el PNV vaya a votar afirmativamente en una hipotética investidura del líder del PP. Sin embargo, Galán e Imaz pueden hacer un trabajo esencial si consiguen que los nacionalistas vascos se mantengan, al menos, en una posición neutral dentro del futuro arco parlamentario. El PNV puede erigirse en el principal bloque de contención para evitar una legislatura que puede resultar un verdadero calvario para el mundo empresarial y especialmente para aquellos dirigentes corporativos que se han alineado claramente en contra de la actual deriva política en España. De salir exitosa esa estrategia de evitar el sí del PNV, Sánchez tendría muy complicado salir reelegido y la repetición electoral sería inevitable.

De una forma u otra las dos compañías con mayor arraigo en el País Vasco se han situado en la primera línea de la manifestación de cuello blanco con que el mundo empresarial ha hecho frente a las más atrabiliarias decisiones económicas del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. La continuidad del proyecto que encabeza la coalición del PSOE con Sumar provoca en los
empresarios un temor análogo al que suscita en el PNV la alternativa de un PP bajo custodia de Vox.

Las tornas han cambiado diametralmente desde el pasado domingo y la relación de fuerzas se ha invertido a favor de un PSOE que parecía totalmente hundido en las encuestas. Feijóo va a tener que demostrar ahora un especial liderazgo en un Congreso de los Diputados claramente hostil cuando menos a priori, lo que le obliga a jugar con el marcador en contra en una estrategia realmente inédita para un político acostumbrado a gobernar en Galicia con sucesivas mayorías absolutas.

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