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Moncloa cuenta con la abstención de Junts tras la «comprensión» de Turull sobre la amnistía 

Jordi Turull transmitió a Santos Cerdán que «comprendía» que no se pudiera impedir la suspensión de la ley de amnistía

Moncloa cuenta con la abstención de Junts tras la «comprensión» de Turull sobre la amnistía 

Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE. | PSOE

El Gobierno ha vuelto a abrir la negociación a varias bandas hasta ver en cuál de los diferentes «carriles» suena la flauta. A 24 horas de la votación en el Congreso de los Diputados, en Moncloa y Ferraz se muestran cautos ante el órdago de Junts, que mantiene su negativa a apoyar el decreto, dando a entender que la decisión está tomada. Sin embargo, su permanencia en la mesa de negociación da esperanzas a los socialistas, que prometen negociar «hasta el ultimo minuto», aunque cada vez con menos esperanzas.

En Moncloa y Ferraz no se atreven siquiera a sospechar si los de Carles Puigdemont van de farol, pero se aferran a lo que en privado les transmiten sus interlocutores de Junts. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el número dos de Junts, Jordi Turull, transmitió al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que «comprendía» que se tuviera que incluir en uno de los tres reales decretos la transposición de la directiva europea que mantiene la suspensión cautelar de una ley cuando se plantee una cuestión prejudicial en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). 

Fuentes socialistas aseguran que eso le transmitió «en privado» Turull a Cerdán cuando ambos despacharon la semana pasada en una reunión secreta en Barcelona que desveló La Vanguardia y que el PSOE confirmó oficialmente varios días después. Los socialistas argumentan que en Junts «saben perfectamente que no se puede hacer nada, porque se trata de la legislación europea que ya venía reflejada en el ordenamiento jurídico europeo antes de este decreto». Lo que intentó Cerdán en el encuentro de Barcelona es desviar la negociación a otras cuestiones que permitan desbloquear la misma. «Les hemos pedido que nos trasladen sus propuestas», explican desde Ferraz ante las denuncias sobre la «infrafinanciacion de Cataluña o la invasión de competencias». 

El «plan B» con el PP

Pero Junts, de momento, no concreta. Los socialistas ya conocen el manejo de los tiempos de Junts y, sobre todo, de los silencios. Y a la espera de que decidan romperlo y en la confianza de que rectificarán, el PSOE abrió este lunes una segunda vía negociadora con el PP, tras la llamada del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra. Fuentes socialistas argumentan que estos contactos no son una pose y que «si estamos hablando, es que algo hay». Sin embargo, muestran reticencias a aceptar las tres exigencias a las que supedita su apoyo el PP: el mantenimiento de la rebaja del IVA a la luz y el gas a los más desfavorecidos, rebaja del IVA a la carne, pescado y conservas y deflactación del IRPF a las rentas menores de 40.000 euros. 

«Hay comunidades suyas que dijeron que iban a deflactar el IRPF y no lo están haciendo. No parece muy coherente pedirnos eso si ellos no lo hacen», deslizan, sin descartan ningún escenario ni medida concreta. Sin embargo, desde la dirección del PP sí descartan a THE OBJECTIVE que el Gobierno se haya abierto a una negociación real con el PP. «Todo lo contrario», sostienen fuentes cercanas a Cuca Gamarra sobre la posibilidad de aceptar algunas de las exigencias populares que son «conocidas, reiteradas y razonables», y cuya aceptación no supondría en ningún caso un voto a favor, sino una abstención.

La abstención de Junts

Este es un escenario en el que queda claro que el PP sigue confiando en el plan A, el apoyo de Junts, aunque sea de forma indirecta. Fuentes gubernamentales consultadas por este periódico apuntan a que sería suficiente con la abstención de Junts, dado que Esquerra Republicana de Cataluña ya anunció este lunes su apoyo a los tres reales decretos. Según la portavoz de ERC, Raquel Sans, «son cuestiones que mejoran la vida de las personas». Los republicanos salieron al rescate del PSOE, haciendo pinza con sus principales argumentos. En una estrategia coordinada, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, compareció en Ferraz para advertir de forma velada a sus socios de Junts: «Los partidos que no quieren apoyar tendrán que decirles que no quieren que se revaloricen las pensiones al 3,4%». 

Era la primera rueda de prensa en tres meses en la sede del PSOE, señal inequívoca de la imperiosa necesidad del Gobierno para amarrar in extremis el apoyo a los reales decretos de los que penden 10.000 millones de euros de los fondos europeos, así como la subida de las pensiones o la prórroga de las medidas impositivas y ayudas sociales. El Gobierno aprobó las medidas el 27 de diciembre, en el ultimo Consejo de Ministros del año, y tiene un mes para convalidarlo en la cámara baja, hasta el 27 de enero. Pero ha querido hacerlo pronto para contar con margen suficiente. En caso de salir derrotado, podría volver a llevar el decreto ómnibus al pleno del Congreso las veces que fuera necesario antes de que expirase el plazo de 30 días. Por ello, el número tres del PSOE advirtió que no se retirará su paquete de medidas, aun sin contar con los apoyos necesarios para su aprobación el miércoles: «Descartamos quitar los decretos, queremos llevarlos a la votación».

Tranquilidad relativa en Moncloa

Desde ERC sospechan de la estrategia negociadora de Junts. Creen que sus rivales autonómicos quieren abrir el melón de la negociación e intercambiar el apoyo a los decretos por otras cuestiones de «primer orden», como las enmiendas a la ley de amnistía, cuyo debate de totalidad se celebra también este miércoles en el Senado. El plazo de enmiendas al articulado concluye el 16 de enero. Según fuentes del Gobierno, el Ejecutivo aún negocia con sus socios enmiendas «técnicas» y «menores» que no afecten «en lo sustancial» a la proposición de ley presentada por el PSOE». Los republicanos también amplían el abanico negociador y sospechan que, en las conversaciones, Junts podría estar condicionando su apoyo a un compromiso sobre una moción de censura «inminente» en el Ayuntamiento de Barcelona para que Jaume Collboni ceda la vara de mando a Xavier Trias. 

Sin embargo, fuentes socialistas rechazan estos temores republicanos y dicen haber acotado el perímetro de la negociación a «las cosas el comer» y no a cuestiones relativas a la amnistía y a la independencia, que están para «otras mesas y foros» que llevan «otro carril». «Ahora toca los a jubilados y en Cataluña también hay jubilados. Si ahí hay alguna aportación positiva, que la hagan». Las fuentes de la negociación consultadas por THE OBJECTIVE muestran relativa «tranquilidad» al respecto. Creen que «Junts no puede votar en contra» y se decantará por una abstención, en el peor de los casos porque «no se pueden poner demasiado borrokas en el principio de la legislatura, descartándose para futuras negociaciones como socios preferentes». 

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