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El PP catalán quiere que Ciudadanos dé pasos hacia su disolución a cambio del pacto

Los ‘populares’ catalanes quieren que los naranjas repitan las travesías de la Unión Alavesa o la Unión Valenciana

El PP catalán quiere que Ciudadanos dé pasos hacia su disolución a cambio del pacto

Adrián Vázquez y Jordi Cañas, secretario general y portavoz político de Ciudadanos. | Alberto Ortega (EP)

Las negociaciones entre el Partido Popular y Ciudadanos para concurrir juntos en los comicios catalanes del 12 de mayo avanzan con defensores y detractores en ambos partidos. El PP catalán, por ejemplo, ha iniciado un debate interno desde que se conocieron los primeros contactos, en el que sus dirigentes ven necesario que el partido naranja se comprometa «a dar pasos hacia su disolución» a cambio de que una o dos figuras de Ciutadans vayan en la lista de los populares como independientes, según fuentes populares consultadas por THE OBJECTIVE.

Ambas formaciones tienen una fecha tope para alcanzar un acuerdo: el 29 de marzo, último día en el que se pueden notificar coaliciones a la Junta Central Electoral (JEC). Así pues, la fumata blanca o el fracaso de las negociaciones podría conocerse en plena Semana Santa.

Las citadas fuentes recuerdan los precedentes de la Unión Alavesa o la Unión Valenciana, dos formaciones regionalistas que habían nacido de escisiones o coaliciones fallidas de Alianza Popular en la década de los ochenta y que con el paso del tiempo volvieron al redil de los populares como hijos pródigos. Una travesía que el PP catalán quiere que Ciudadanos transite en los próximos años si hay pacto electoral para las catalanas y europeas de mayo y junio.

En el equipo del líder de los populares catalanes, Alejandro Fernández, recuerdan que el último barómetro de noviembre del Centro de Estudios de Opinion (CEO) de la Generalitat, el llamado CIS catalán, otorgó a los populares una horquilla de 12-17 escaños cuando ahora tiene tres representantes. Una notable subida que sería a costa de la desaparición de los naranjas, que se quedaron en el 0,6% de apoyos en dicha encuesta.

«Ciudadanos está al borde de la extinción y lo lógico es que se disuelva si van en solitario» a los comicios del 12-M y 9-J y no consiguen ninguna representación, como vaticinan los sondeos. «Si les ayudamos ahora, lo que no tiene sentido es que lo utilicen para rearmarse», advierte una de las fuentes consultadas.

Una opción, a juicio de otro dirigente del PP catalán, es que Génova integre ahora a figuras naranjas en sus listas a las catalanas y europeas a cambio de que Ciudadanos no se vuelva a presentar en elecciones en el futuro, siguiendo la senda iniciada con las generales de 23-J en las que no hubo una papeleta naranja.

La coalición, o «colaboración» como la denomina Génova, implicaría también compartir gastos de campaña, en opinión de las fuentes. La formación que lidera Adrián Vázquez cuenta aún con unos dos millones de euros en caja que quería utilizar en las europeas y catalanas. Pero el futuro es incierto. Con la militancia cada vez más pequeña y los recursos económicos de los grupos prácticamente a cero, la formación centrista no podrá aguantar mucho tiempo si se vacía la hucha.

Otra exigencia que el PP catalán plantea es que los representantes de Cs en la lista del 12-M que pudieran salir elegidos, se mantengan luego bajo la disciplina del grupo parlamentario del PP y que las posibles divergencias en votaciones fuesen «mínimas» y estuviesen tasadas por escrito.

Ciudadanos ha planteado de inicio que dos de sus referentes políticos en Cataluña, Carlos Carrizosa y Joan García, vayan en puestos de salida en la lista que negocia con el PP, según indicaron a THE OBJECTIVE fuentes próximas a la negociación. En las últimas elecciones de febrero de 2021, los naranjas consiguieron seis escaños y quedaron por delante del PP, con tres. Ahora han cambiado las tornas y la formación de Alberto Núñez Feijóo cree posible llegar a la docena de diputados si el centro-derecha constitucionalista se une. 

El último asidero para Ciudadanos

En la sede central de Ciudadanos, por su parte, son conscientes de que las catalanas y europeas son el último asidero político para sobrevivir, de ahí que sean los más interesados en cerrar una coalición con el PP. Ambas formaciones ya habían iniciado en las pasadas semanas una vía de negociación para estudiar cómo colaborar ante las elecciones europeas del próximo 9 de junio, tal y como adelantó este diario en enero, pero ahora esas conversaciones se han extendido también a las catalanas. 

De hecho, miembros de la cúpula del PP y de la dirección de Ciudadanos que encabeza Adrián Vázquez ya mantuvieron un contacto este mismo miércoles por la tarde, después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunciase el adelanto electoral en Cataluña.

En Génova creen que ir juntos a los comicios, aunque aún no esté clara la fórmula, sería una forma de «reivindicar la victoria constitucionalista» que cosechó Inés Arrimadas en las catalanas del 21 de diciembre de 2017. Ciudadanos ganó aquellas elecciones cosechando su mejor resultado histórico en esta comunidad, un 25,3% de los votos que se tradujo en 37 escaños en el Parlament, superando a Junts y a ERC.

Pero aquella victoria naranja dejó heridas con el PP. Una muy recordada entre dirigentes catalanes del PP desde que Aragonès apretó el miércoles el botón del adelanto electoral es que la formación de Arrimadas no cedió un escaño a los populares para que optaran a grupo propio en aquella legislatura. Una decisión que les penalizó con la pérdida de varios miles de euros y que dejó a la filial catalana del PP en una situación económica muy delicada, en la que se llegó a poner en venta su sede en Barcelona.

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