IU vota el relevo de Garzón con la mitad de candidaturas críticas con Sumar y Díaz

Izquierda Unida ha abierto el proceso electoral interno que desembocará en el nombramiento del nuevo coordinador federal, después de ochos años de control de Alberto Garzón. El partido de izquierda poscomunista ha abierto una primera fase electoral en la que los militantes han podido votar de forma telemática, a la que seguirá una votación presencial en las sedes de la formación, que se celebrará del 10 al 12 de mayo. De esta votación saldrán los miembros de la asamblea interna que el próximo 19 de mayo nombrará a su próximo líder o lideresa.

Dos listas se presentan como las mayoritarias: una encabezada por Antonio Maíllo y otra por la ministra Sira Rego. Ambas se consideran proclives a la alianza con Sumar, aunque a través de modalidad y encajes muy diferentes. Coparían un 80% de la militancia, según deslizan desde el partido, pero con un aumento significativo de los que apoyan a las corrientes críticas, capitaneadas por Álvaro Aguilera y José Antonio García Rubio. Estas dos rechazan directamente pactos y confluencias con Sumar e intentarán influir en el nombramiento del nuevo coordinador. Los equilibrios internos, según revelan las fuentes consultadas, demuestran que el apoyo a Sumar va menguando.

Maíllo tiene el respaldo del PCE y las fuentes consultadas de IU consideran que es la más proclive a respaldar a Yolanda Díaz. Rego, a pesar de ser ministra gracias a Díaz, y ser considerada por muchos como la principal aliada de la política gallega, también tiene en su facción a segmentos con Sumar. «Los suyos no quieren Sumar», aseguran desde IU fuentes activas en Madrid. Aunque otras fuentes matizan: «Claro que Sira tiene a gente crítica y descontenta con lo de Sumar, pero ella es la candidata de Yolanda, porque ella es la que aceptó el ministerio que le dio Yolanda como cuota de IU. Ella se puso de acuerdo con Yolanda que buscaba a una mujer, para quitarse de en medio a Enrique Santiago».

Díaz rompe con Garzón

De aquellos polvos, estos lodos, que se diría, porque las fuentes consultadas sostienen que el choque actual -la «guerra interna»- entre Rego y Santiago, que apoya a Maíllo, nace en el momento en que Díaz prefiere a la exeurodiputada como ministro. Díaz ejerció durante muchos años como cargo directivo de IU en Galicia. Pero a finales de 2019, ya en el Congreso de los Diputados gracias al empujón de Podemos, rompió el carnet de su partido por un choque con Alberto Garzón. Ella apoyaba a Iglesias en la operación que algunos denominaron ruleta rusa, que se centró en forzar a Sánchez a sellar un gobierno de coalición con los morados. Cuando Pablo Iglesias salió del gobierno, Díaz y Garzón se reconciliaron. Y el excoordinador federal empujó a IU hacia una alianza con Sumar (en un primer momento con muchas reticencias de Santiago). Díaz pensó que Sumar podía fagocitar todo el espacio de Unidas Podemos, IU incluida. Pero sus malos resultados en Galicia y País Vasco mueven ahora a la formación de izquierda a debatir con fuerza sobre su presente y futuro.

Maíllo cuenta con el apoyo de los cargos y militantes de Andalucía (la federación más importante y numerosa de IU) y del PCE y aboga por descentralizar el partido. Maíllo y los andaluces sostienen que las decisiones más trascendentales de IU se han tomado en la cúpula madrileña, a pesar de que el partido sigue manteniendo una estructura confederal. Y aboga por ampliar la toma de decisiones y reducir el verticalismo del que acusan a Sira Rego. El dirigente cuenta sobre todo con la federación andaluza, además de los asturianos. Es decir, dos de las federaciones más importantes del partido por su representación institucional en varias alcaldías.

Rego, en cambio, se apoya en compañeros valencianos, catalanes y castellano-manchegos, entre otros. Y aunque tanto Rego como Maíllo abogan por un diálogo con Sumar, la actual ministra de Juventud reivindica una IU más «autónoma y con soberanía». Maíllo defiende el encaje del frente amplio, donde propone buscar para su partido una función «hegemónica». Rego, en cambio, plantea el pacto federal entre pares. Se trata de matices que describen un partido cada vez más incómodo hacia Yolanda Díaz, según explican las fuentes consultadas, que aseguran que todo se torció con la definición de la lista europea y que, aunque cada segmento pugne «por ver quien pinta algo en Sumar», otras fuentes ya abren a una ruptura si las elecciones europeas son malas para Díaz.

IU «más a la izquierda»

Aunque Rego fue la primera en dar el paso hacia la coordinación confederal, Maíllo es quien se considera internamente como «el favorito». De ahí que lo previsible es que finalmente Rego y los suyos tengan que pactar una presencia testimonial en la nueva dirección, so pena romper en dos la formación. Mientras, las listas críticas con Sumar han ido creciendo y podrían incluso aspirar a ser decisivos a la hora de establecer el ganador de la contienda. Los madrileños consideran que IU ha cedido ante Díaz al incluir solo en la cuarta plaza de la lista europea a su candidato, Manu Pineda (a quien por cierto Díaz no quiere). La candidatura de Aguilera, Izquierda Unida en la encrucijada, tiene una posición clara sobre Sumar: su plan pasa por abandonar el proyecto de Díaz y buscar una vía propia «más a la izquierda».

Aguilera y los que le respaldan critican con dureza al actual secretario de Organización de IU, Ismael González (que es pareja de Sira Rego), por no haber celebrado una consulta interna sobre la confluencia con Sumar en las elecciones europeas. También los de Maíllo criticaron esa decisión, y su irritación creció cuando en medio de una negociación para crear una lista unitaria la ministra de Juventud lanzó su candidatura. Fue entonces cuando el partido se rompió en dos. Aguilera es muy crítico con Díaz por su línea que considera de sumisión hacia formaciones aliadas como Más Madrid y los Comunes. Le hecho que Díaz haya otorgado a Más Madrid el control de Sumar en la capital indigna a IU, que al fin y al cabo es el único partido estatal de la coalición.

El cuarto sector que se presenta para liderar la formación es el de la corriente La izquierda necesaria de José Antonio García Rubio. Se trata de lo que en el partido se conoce como el sector crítico, porque mantiene una posición dura tanto con la alianza con Sumar como con los pactos sellados durante la etapa de Garzón con Podemos. Proponen una nueva dirección que «corrija y supere los graves errores de IU en su política de alianzas». Esta corriente sostiene que el proceso de Sumar «amplia y profundiza los errores ya cometidos» antes con Unidos Podemos, puesto que crea una «dinámica de división más fuerte que de unidad».

De las cuatro candidaturas, las únicas que tienen serias posibilidades de ocupar la dirección del partido son las de Maíllo y Rego. Ambas suman un total del 80% de los apoyos de los militantes e inscritos del partido, según deslizan desde IU. Pero tras fracasar la búsqueda de una candidatura unitaria, será esencial ver cuál de los dos bloques obtienen un porcentaje mayor de delegados para la votación final de la dirección confederal de IU. Y se detecta internamente el crecimiento de los segmentos críticos con Sumar, que piden que IU mantenga una posición autónoma y que valore en cada momento qué hacer con el proyecto de Yolanda Díaz. Sin excluir una ruptura de todo el espacio después de las europeas, tal y como ya adelantó este diario.