La boda 'secreta' y a lo loco del juez Gadea en Las Vegas seis años antes de salir del armario

Ocurrió el 16 de agosto de 2016 en Las Vegas, Nevada (EEUU). Estaban de vacaciones y el sitio elegido fue la famosa capilla en la que medio siglo antes se casó Elvis Presley. Uno de los dos contrayentes recuerda que «aquel día estaba muy nervioso y no era consciente de lo que estaba haciendo». «Me arrepiento», afirma en su demanda de divorcio registrada en abril de 2020 ante las autoridades estadounidenses, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Se trata de la boda ‘secreta’ a la que el juez de refuerzo de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea no se ha referido durante la entrevista en la que este martes, seis años después de aquel enlace y con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI, ha hecho pública su homosexualidad.

Gadea es una de las figuras emergentes de la judicatura en España y miembro de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura. A sus 40 años, lleva desde diciembre de 2019 como magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. A punto de ser prorrogado su mandato, Joaquín Gadea dio un paso valiente que pocos jueces en España se habían atrevido a dar hasta este martes. Lo hizo en una entrevista con Vanitatis: «Merece la pena dar este paso y hablar públicamente sobre mi homosexualidad y sobre mi condición, que es algo que no había hecho nunca en mi vida».

Un texto acompañado de un extenso reportaje fotográfico en el que asegura haberse inspirado en el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En 2006, y siendo también juez de la Audiencia Nacional, Marlaska decidió desnudarse y hacer pública su condición sexual en El País Semanal. En su entrevista, Gadea dice conformarse con que su salida del armario llegue a inspirar a alguien tanto como le inspiró a él la del ministro del Interior. Además, hace hincapié en su mayor temor: «Que alguien piense que yo hago esto porque busco algún tipo de protagonismo». «Nada más lejos de la realidad. Yo no quiero más fama que la que es propia de mi trabajo. No quiero que piensen que hago esto por soberbia o por ego», aseveraba Gadea.

El exmarido del juez: «Éramos incompatibles»

Sin embargo, si Marlaska en 2006 habló sin pelos en la lengua sobre su vida íntima, el caso de Gadea no ha sido del todo igual. Si bien menciona que ha decidido dar el paso tras consultarlo con su actual pareja, entre otras personas, el magistrado no hace referencia alguna a que ya hace seis años se casó con otro hombre del que ya está separado y pendiente de divorcio. Una persona que, en su demanda de divorcio remitida a una Corte familiar de Nevada, afirma que «el matrimonio empezó a ir muy mal» justo después de la boda porque «tenían puntos de vista diferentes» y «eran incompatibles». El expediente del juzgado, al que ha tenido acceso este diario, demuestra que ambos contrajeron matrimonio en la emblemática capilla de Graceland en Las Vegas.

Cuatro años después de la boda -de la que afirma arrepentirse y no ser muy consciente de lo que estaba haciendo– la expareja del magistrado solicitó el divorcio alegando, entre otras razones, que el matrimonio nunca fue convalidado en España. En una declaración jurada remitida a un juzgado de Nevada, donde contrajeron matrimonio en el año 2016, la expareja del juez Gadea afirma que ambos se separaron poco después. Jamás tuvieron hijos ni compartieron propiedades o dinero. Y tampoco residieron juntos en Estados Unidos, país que solo visitaron de vacaciones. Para cuando se solicitó el divorcio, según la expareja del magistrado, ya llevaban más de dos años sin estar empadronados en el mismo domicilio.

«Lo ético, dado que este matrimonio nunca ha sido convalidado en nuestro país (España), es pedir que se anule este matrimonio. Esta es la razón por la que solicito la cancelación/anulación de este matrimonio al estado de Nevada. Creo que es lo más justo y ético», indica la expareja de Gadea en una declaración jurada enviada a una Corte familiar de Nevada. La unión se ofició de la misma capilla en la que Elvis Presley se casó en 1967 con Priscilla Ann Beaulieu Wagner. Así consta en el expediente de matrimonio del juez que ha decidido salir del armario seis años después de aquel enlace en Las Vegas, en el que se llevaron como souvenir un certificado del enlace entre el mítico cantante y la actriz.

El juez Gadea sigue casado oficialmente en Estados Unidos porque, a pesar de que la demanda de divorcio fue registrada en abril de 2020, según consta en el expediente judicial, ni Gadea ni su expareja se presentaron a la audiencia que la Sala 24 de la Corte familiar de Nevada fijó para el 2 de noviembre de ese año. Por tanto, la anulación del enlace fue desestimada por las autoridades estadounidenses al no presentarse ninguno de ellos en el juzgado aquel día y al no al motivar suficientemente las razones del divorcio.

Meteórico ascenso

Nacido en 1981 en Cocentaina (Alicante), Gadea fue juez decano de Tarragona hasta septiembre de 2018, poco después de su boda en Las Vegas. Antes, entre 2010 y 2014, trabajó como titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la misma ciudad catalana. Como portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, Gadea denunció la salida de jueces de Cataluña tras el procés y pidió que se les diera un complemento salarial para permanecer allí.

Entre los asuntos que investiga en la actualidad están la imputación del exjuez Fernando Presencia por calumniar a la cúpula judicial o la investigación del atentado de ETA en Santa Pola en 2002. Compañeros de profesión le describen como un joven magistrado con un brillante currículum y futuro prometedor en la cúpula judicial. Además, como juez de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6, colabora con el magistrado Manuel García-Castellón en la instrucción de grandes causas como el caso Villarejo, Lezo o Púnica.

En 2019, junto a Jesús María Barrientos y Mercedes Armas, fue uno de los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que condenó al expresident Joaquim Torra por desobediencia, tras negarse a retirar de la fachada de la Generalitat la pancarta con lazos amarillos en apoyo a los presos del procés soberanista.