La Fiscalía pide expulsar durante 10 años a un marroquí acusado de difundir vídeos yihadistas

Hassan El Ouahbi se radicalizó en los postulados yihadistas en 2021. Comenzó a consumir y difundir material videográfico con la intención de adoctrinar a otras personas y organizar una célula terrorista. Fue arrestado en Málaga a finales de ese año al intentar comprar un arma de fuego. Las próxima semana será juzgado en la Audiencia Nacional acusado de un delito de adoctrinamiento pasivo, que conlleva una pena de cinco años de prisión. La Fiscalía propone sustituir esa sanción por la de expulsión del territorio español, al que no podría regresar en un plazo de 10 años.

El acusado, de origen marroquí y cuyos antecedentes se ignoran según las diligencias a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, estaba vinculado a la mezquita de Assalam de Melilla. Incluso llegó a actuar como muecín, esto es, responsable de convocar a viva voz a la oración durante cinco veces al día desde el minarete. Los investigadores sostienen que esas labores le facilitaron el contacto con individuos vinculados con el terrorismo yihadista.

«Tanto el acceso al material como su posterior difusión lo realizaba a sabiendas y con la finalidad de que era idóneo para el adoctrinamiento y la alimentación del fundamentalismo ideológico instrumentalizado a desarrollar comportamientos terroristas en el futuro», aseguran las diligencias. En octubre del año pasado, una operación de la Policía Nacional acabó con 12 detenidos vinculados con el Daesh, entre ellos el imán de Assalam.

Atentados yihadistas

El Ouahbi se identificaba con los postulados del Estado Islámico, un grupo terrorista de naturaleza fundamentalista yihadista. En 2014 autoproclamó el califato de Mosul (Iraq) y desde entonces ha protagonizado ataques mortales en diversos países, entre ellos España. Este último tuvo lugar el 17 de agosto en el Paseo de La Rambla de Barcelona, cuando una furgoneta embistió a los viandantes. El resultado: 16 fallecidos y un centenar de heridos.

El acusado llegó a editar vídeos con imágenes propias en los que imitaba a los miembros del Daesh. Dio un salto cualitativo en su objetivo al trasladarse a Málaga a finales de 2021. Publicaba vídeos y fotografías acompañados de cantos religiosos (anasheed) de temática yihadista vinculados al martirio. En los documentos se narraban los últimos momentos de un terrorista que se inmolaba en un atentado.

Cuando vivía en la capital de la Costa del Sol, El Ouahbi «trató de adquirir un arma de fuego o blanca de uso militar», por lo que fue detenido en su vivienda, un local ocupado propiedad del Ayuntamiento. Los agentes hallaron durante su arresto un teléfono móvil desde el que el acusado accedía a un canal de Telegram de una de las delegaciones del Estado Islámico en Siria. También encontraron una carpeta con audios y fotos relacionadas con la yihad, el concepto del Islam que representa una obligación religiosa.

El terminal contenía fotos de armas de fuego y blancas y del propio El Ouahbi portando algunas de ellas (como una ametralladora M60), imágenes de combatientes uniformados bajo la leyenda «No hay más dios que Alá y Mohamed es su profeta», de la bandera del Estado Islámico y de integrantes de la organización terrorista. También existían fotos del acusado en diversos puntos de Málaga portando cuchillos de tipo militar.

Los agentes descubrieron que El Ouahbi participaba en un grupo de WhatsApp denominado El llamamiento de Alá con el nombre de Muahid. El chat estaba integrado por individuos de ideología radical salafista y personas vinculadas con el terrorismo yihadista, que dejó más de 9.600 muertos en casi 2.200 ataques en 2021. El acusado también contaba con varios perfiles en redes sociales para difundir contenido aleccionador.

Está acusado por todo ello de un delito de adoctrinamiento pasivo mediante tenencia de documentos idóneos para incitar a la incorporación a una organización terrorista, penado en el artículo 575 del Código Penal. El Ouahbi está acusado en concepto de autor y se enfrenta a cinco años de prisión. No obstante, la Fiscalía quiere sustituir esa pena por su expulsión de España. En ese caso, no podría regresar en una década.

Proponen las penas de inhabilitación absoluta e inhabilitación especial para profesión u oficio educativo, deportivo y de ocio durante 10 años más a la pena de prisión efectiva y la imposición de cinco años de libertad vigilada. La policía ya advirtió a finales del año pasado que los grupos yihadistas usan cada vez más el castellano en su propaganda online. El objetivo es extender sus redes en España y, sobre todo, en Latinoamérica.