Encontrar la fórmula precisa es un camino largo y complicado que conoce Blake Dinkin, quien durante una década se empeñó en desarrollar un proceso para lograr un café de calidad a partir de granos ingeridos y defecados por un elefante, y que es el más caro del mundo. Se trata del café conocido como Black Ivory – marfil negro -, se cultiva en Tailandia y es un lujo para muy pocos. Tanto es así que una taza de este café puede llegar a valer unos 60 dólares estadounidenses, y un kilogramo 850 dólares, y se puede degustar en hoteles de cinco estrellas y restaurantes con estrella Michelín, aunque los más deseosos de probar esta bebida pueden adquirir el producto por internet.