En su debut en unos Juegos Paralímpicos Elizabeth Marks ha demostrado que sobreponerse a las adversidades es cuestión de proponérselo. Marks se alistó en la Armada con tan sólo 17 años. Cuando aún ni siquiera tenía la mayoría de edad sufrió graves lesiones en las caderas durante una misión en Irak. Tras pasar por un hospital en Alemania, las secuelas le marcaron de por vida. Perdió la sensibilidad en la pierna izquierda y tuvo que someterse a tres operaciones. Se refugió en la natación como terapia de rehabilitación. Lo que para ella era un pasatiempo, era en realidad un talento desconocido que fue descubierto por un entrenador del ejército que reclutaba veteranos. Pero su lucha volvió a encontrarse con otro obstáculo. En 2012 una grave enfermedad neurológica le produjo una reducción de la movilidad en las piernas y disminución de la capacidad pulmonar, que le produce desorientación y problemas de visión cuando nada. Pero lo superó. Tras entrenar duro, en 2014 estaba dispuesta a disputar los Invictus Games, que se celebran en Londres. Pero otro obstáculo se cruzo en su camino. Fue ingresada de urgencia en un hospital tras sufrir un colapso pulmonar. Pero lo superó. Este mismo año volvió a competir en la misma prueba y ganó el oro. Como gesto de gratitud, donó su medalla al hospital que le salvó la vida.
Este fin de semana no pudo contener las lágrimas cuando subió a lo más alto del podio tras vencer en los 100 metros braza. Su primera misión en nombre de Estados Unidos le dejó sin sueños. Pero en esta segunda misión ha logrado poner el nombre de su país en lo más alto.