Periodismo

Medios de comunicación | Fotografía

Identidades enroscadas

Identidades enroscadas

Màxim Huerta acaba de contar en una entrevista que su nombre se lo puso, mucho años después de bautizado, algún clérigo de la cadena autonómica valenciana de televisión. Convirtieron al entonces joven Máximo Huerta, de Utiel, en Màxim “por hacer país”; un poco como en versión a lo Berlanga –o Vizcaíno Casas– de la escena en que el joven Vito Andolini recibe su nombre para la posteridad de un funcionario perezoso en la isla de Ellis.

El cine y la anemia cultural

El cine y la anemia cultural

El líder político de un partido de ultraderecha -con el que, por cierto, comparto apellido pero no consanguinidad- dijo el otro día: “Me cuesta creer que el cine sea cultura. La cultura es ballet, música, zarzuela, ópera… El cine ha sido el gran mimado de los progres, y eso se va a acabar. Los productores han usado el cine como arma cultural y eso se ha acabado”. Más allá de ese tono de sheriff fanfarrón, lo que desvelan las palabras de Iván Espinosa de los Monteros, vicesecretario de VOX, es una profunda ignorancia y una anemia cultural que parece ya irrecuperable.

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