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Ciencia

El dispositivo inspirado en origami que captura animales marinos frágiles sin dañarlos

El océano abierto es el entorno más grande y menos explorado en la Tierra, se estima que contiene hasta un millón de especies que aún no se conocen en profundidad. Sin embargo, muchos de esos organismos son de cuerpo blando, como medusas, calamares y pulpos, y son difíciles de capturar para su estudio con la tecnología y las herramientas submarinas existentes, que con demasiada frecuencia las dañan o las destruyen. Ahora, un nuevo dispositivo inspirado en origami -el arte japonés del plegado de papel- permite atrapar con seguridad a las criaturas marinas delicadas sin dañarlas.

El dispositivo inspirado en origami que captura animales marinos frágiles sin dañarlos

La profundidad del océano es el entorno más grande y menos explorado de la Tierra, se estima que contiene hasta un millón de especies que aún no se conocen en del todo bien. Muchos de esos organismos son de cuerpo blando, como medusas, calamares y pulpos, y son difíciles de capturar para su estudio con la tecnología y las herramientas submarinas existentes, que con demasiada frecuencia las dañan o las destruyen. Ahora, un nuevo dispositivo inspirado en origami -inspirado en la técnica de la papiroflexia japonesa- permite atrapar con seguridad a las criaturas marinas más delicadas sin dañarlas.

Como si de una pokéball se tratara, el dispositivo RAD (Rotary Actuated Dodecahedron),desarrollado por investigadores del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard, la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson (SEAS) y el Instituto Radcliffe de Estudios Avanzados, permite atrapar a las capturas marinas en un solo movimiento y soltarlas sin causarles daño alguno.

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Zhi Ern Teoh prueba el RAD antes de su despliegue en el Océano Pacífico en Monterey Canyon, California. | Foto: Instituto Wyss/Universidad de Harvard

Fabricado en fotopolímero impreso en 3D y modelado en forma de dodecaedro, el RAD ya ha sido probado a 700 metros de profundidad, pero está diseñado para resistir la presión de la profundidad total de los océanos (11 kilómetros de profundidad).

«Nos acercamos a estos animales como si fueran obras de arte: ¿podríamos cortar piezas de la Mona Lisa para estudiarlo? No, usaríamos las herramientas más innovadoras disponibles. Estos organismos de aguas profundas, algunos tienen miles de años, merecen ser tratados con una dulzura similar cuando interactuamos con ellos», asegura el autor colaborador David Gruber, profesor de Biología y Ciencias Ambientales en el Baruch College.

Después de este gran logro, el equipo de investigación trabaja en actualizar el dispositivo para incorporarle cámaras y sensores táctiles, y no descartan su uso futuro para misiones espaciales pero, por ahora, están enfocados en recolectar vida marina sin destruirla en el proceso. «Nos gustaría agregar cámaras y sensores a la muestra para que, en el futuro, podamos capturar un animal, recopilar muchos datos sobre él, como su tamaño, propiedades del material e incluso su genoma, y ​​luego dejarlo ir», subraya Gruber.

Lo mejor de este dispositivo es que no hay ninguna barrera para construir uno más grande -para poder atrapar más animales a la vez- y que es modular, por lo que si una de sus partes se rompe, los científicos pueden reemplazarla rápidamente y lanzar el RAD de nuevo al agua.

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