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La velocidad de la decadencia de Harvey Weinstein

Harvey Weinstein ha pasado de gigante del cine a persona non grata en Hollywood. Y un un tiempo récord. Recapitulemos.

La velocidad de la decadencia de Harvey Weinstein

Reuters

Harvey Weinstein ha pasado de gigante del cine a persona non grata en Hollywood. Y en un tiempo récord. Recapitulemos.

El magnate es, junto con su hermano Bob -que también ha sido acusado de delitos similares-, el fundador de la productora Miramax en 1979, que en 1993 se convirtió en filial de Disney. En 2005, de nuevo con su hermano, fundó The Weinstein Company, que pronto se convirtió en una mini-major, una productora más pequeña que los grandes estudios de Hollywood, pero lo suficientemente voluminosa como para competir con ellos. Era uno de los mayores magnates de la industria del cine en el mundo. Entre las películas que llevan su firma en los créditos están Shakespeare in Love, Gangs of New York o My Week with Marilyn. Un nombre habitual en las retahílas de personas a los que las estrellas de cine daban gracias en sus discursos cuando recibían un Oscar. De ahí a perder su empresa, a su mujer, su posición académica, su renombre y a que la policía lo investigue. Sólo en una semana.

¿Cuándo cayó el magnate? El 5 de octubre, un reportaje del diario estadounidense The New York Times destapa décadas de abusos sexuales por parte del productor. El artículo cuenta con los testimonios de las actrices Rose McGowan y Ashley Judd, entre otras. Ese mismo día, el magnate emite un comunicado en el que dice: «Me doy cuenta de que la forma en que me he comportado con compañeras en el pasado ha causado mucho daño y me disculpo sinceramente por ello». Dice también que ha decidido tomarse una baja y que está haciendo terapia. Al día siguiente, numerosas actrices reaccionan indignadas a la información destapada por el rotativo neoyorkino y, al siguiente, dimite una de las abogadas de Weinstein.

El 8 de octubre, la junta de The Weinstein Company decide despedir al cineasta. El 10, la revista The New Yorker publica un artículo que habla de más casos relacionados con el productor. Ese mismo día, el expresidente estadounidense Barack Obama se suma a la lista de personas que condenan públicamente la conducta del magnate y la mujer de este, Georgina Chapman, lo abandona. Un día después, la Academia Británica de Cine y Televisión, que entrega los premios Bafta, decide suspender a Weinstein, mientras que el Festival de Cine de Cannes emite un comunicado diciendo estar «consternado» por el comportamiento del magnate. Finalmente, el día 12, la policía de Nueva York dice que está investigando las acusaciones y la Academia Estadounidense de Cine, que entrega los Oscar, dice que se reunirá en dos días para decidir el futuro de Weinstein en la organización. Finalmente, votarán por expulsarlo el 14.

En esos siete días llenos de acontecimientos, cambia la imagen que tiene el mundo del cineasta. De triunfador a delincuente sexual. Entre los testimonios que han producido esta transformación están los de las mencionadas Rose McGowan, Ashley Judd, Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie, pero también los de Cara Delevigne, Léa Seydoux, Lupita Nyong’o, Kate Beckinsale, Asia Argento, Heather Graham, Rosanna Arquette y Mira Sorvino.

Muchas otras personalidades del mundo del espectáculo han criticado la actitud del productor. Entre los nombres que lo han hecho están el de Lena Dunham, Brie Larson, Penélope Cruz, Judi Dench o la mismísima Meryl Streep. Entre los que han reconocido que sabían (al menos) algo de la situación están Emma Thomson o Quentin Tarantino.

La velocidad de la decadencia de Harvey Weinstein
Kate Winslet evitó «deliberadamente» dar las gracias a Weinstein cuando ganó el Oscar. | Foto: Lucas Jackson / Reuters

Quien dice no saber nada sobre los abusos sexuales pero sí sobre otras actividades es Kate Winslet, cuya primera película, Criaturas celestiales, estuvo distribuida por Miramax. «Durante toda mi carrera, Harvey Weinstein, dondequiera que me lo encontraba, me cogía del brazo y me decía: ‘No olvides quién te dio tu primera película’. Como si se lo debiera todo», ha dicho recientemente la intérprete en una entrevista con Los Angeles Times. Los hechos a los que se refiere Winslet ocurrieron supuestamente durante la producción de The Reader. «No puedo ni empezar a describir el comportamiento tan deshonrado que tuvo lugar. Y de hecho no lo voy a hacer, porque es una caja de Pandora que no estoy preparada para abrir públicamente. Nada que ver con abusos sexuales, por suerte. Dios mío. De alguna forma esquivé esa bala».

Según Scott Rudin, uno de los productores de The Reader, después de que el director, Stephen Daldry, le dijera a Weinstein que la película no iba a estar lista para la temporada de los Oscar de 2008, este importunó al también productor Sydney Pollack, entonces en el lecho de muerte, y también a la viuda de un tercer productor, Anthony Minghella. Rudin decidió quitar su nombre de los créditos de la película en señal de protesta. Winslet, por su parte, optó por no dar las gracias a Weinstein en su discurso cuando se llevó el Oscar. «Eso fue deliberado. Eso fue absolutamente deliberado», dice ahora la actriz. «Recuerdo que me decían: ‘Asegúrate de darle las gracias a Harvey si ganas. Y recuerdo darme la vuelta y decir: «No, no lo haré. No, no lo haré». Y no tiene nada que ver con no estar agradecida. Si la gente no se comporta bien, ¿por qué tengo que darle las gracias?».

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