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'La asistenta' y 'Gambito de dama' tienen mucho más en común de lo que piensas

Netflix proyecta que ‘La asistenta’ va a quitar el primer puesto de visionado a ‘Gambito de dama’ en su plataforma. Y aunque parezca que ambas miniseries no tienen nada en común, la verdad es que tienen mucho… y es probable que por ello existan

‘La asistenta’ y ‘Gambito de dama’ tienen mucho más en común de lo que piensas

Beth y Alex | Netflix

Si ya viste La asistenta (Maid) sabes que es un drama social duro pero muy humano. Lo que tal vez no sepas es que, según Netflix, próximamente destronará a Gambito de dama como la miniserie más vista del servicio, con unos 67 millones de hogares proyectados para el 28 de octubre (Gambito de dama tiene 62 millones en el mismo espacio de tiempo). A primera vista, las dos series tienen poco en común: una es sobre una joven madre soltera, Alex, que debe superar la pobreza trabajando como limpiadora y la otra es sobre una huérfana prodigio del ajedrez, Beth Harmon, con problemas de adicción. Pero lo cierto es que hay factores que claramente comparten y que podrían ser una pista, incluso, de otras miniseries por venir. 

Hay algo obvio. Además de que ambas historias vienen de libros –Gambito de dama de Walter Tevis (Alfaguara, 2021) y Criada, de Stephanie Land (publicado recientemente en español por Capitán Swing)–, ambas están protagonizadas por mujeres jóvenes, heterosexuales, blancas y guapas. Factor obviamente importante en unos tiempos en que la representación de la diversidad se valora y mucho (por cierto, ambas tienen a su lado personajes femeninos relevantes, Jolene y Regina, que probablemente no por casualidad, son negras).

Ambas son entonces lo que podríamos llamar un estereotipo de la norma cuando se trata de contar historias. El único factor diferente es la clase social, ambas son pobres y provienen de historias de sufrimiento. Esto las convierte en personajes con los que es más fácil empatizar: nadie va a detestar a alguien que lo pasa mal. Pero también ambas son capaces de superar sus circunstancias gracias a su perseverancia… vamos que no son pobres para siempre.

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Moses Ingram, como Jolene, la amiga de Beth en ‘Gambito de dama’ y ‘Anika Noni Rose’ como Regina, la jefa salvadora de Alex en ‘La asistenta’. | Imágenes vía Netflix.

Otro factor que se repite en ambas miniseries es el hecho de que la trayectoria de ambas chicas es la una historia de coming of age. No es casual. Este tipo de narrativas, en que el personaje crece, supera retos y se hace adulto, es una de las más comunes tanto en el cine como en la televisión. Es otra manera de vincular con el espectador: todos crecemos, superamos obstáculos (mayores o menores), aprendemos y nos hacemos adultos.

Mirando las coincidencias no es difícil llegar a la conclusión de que ambas historias son, si se miran con atención, una especie de cuento de hadas modernizado. ¿Qué diferencia a estas chicas de una Cenicienta o de una Blancanieves? Sí, hay hijos, hay drogas, hay sexo y no hay príncipes que rescaten a la dama en apuros. Pero la dama sigue estando en apuros, sigue siendo una heroína heternormativa cuyas circunstancias comienzan mal, sigue teniendo hadas madrinas (en forma de clientas como Regina o de limpiadores prodigio del ajedrez como Mr. Shaibel) y sigue siendo la dueña de un final feliz. En el fondo las dos miniseries relatan cuentos que conocemos hace décadas, son apuestas básicamente seguras. 

Pero puede que no sea solo la estructura de la narrativa lo que influya. Es bastante posible es que Netflix, siguiendo los mandatos de su algoritmo, se dedique a replicar historias con puntos en común −según unos ciertos indicadores entre los que las tendencias culturales y sociales juegan obviamente un papel destacado− para obtener los mismos o mejores resultados. Y, como empujón, estrategia que hasta ahora no les ha fallado, anuncia los números proyectados para que la serie que actualmente tiene éxito supere a la anterior.

No es descabellado como estrategia (aunque sí tal vez algo aburrido): darle al espectador lo que ya sabes que quiere. Lo sabes por los números, por tu algoritmo y por la historia de la narrativa. Los cuentos sobre chicas guapas que sufren y se superan venden… sean una madre soltera limpiadora o una huérfana prodigio del ajedrez.

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