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Cultura

'Piel quemada', un noir donde resulta erótico hasta un bocadillo de queso

Laura Lippman nos cuenta la historia de Polly y Adam, dos amantes envueltos en un apasionado pero implacable juego del gato y el ratón: secretos oscuros, deseos prohibidos, traiciones inevitables y asesinatos a sangre fría se dan cita en esta historia que sabe a clásico desde la primera página

‘Piel quemada’, un noir donde resulta erótico hasta un bocadillo de queso

Lesley Unruh | Cedida por la editorial

Laura Lippman es una escritora cada vez más reconocida en nuestro país. Autora de veintiséis novelas, es toda una institución en Estados Unidos. «La gran dama del género policíaco estadounidense» es el sobrenombre que le dedican los medios especializados. El propio Stephen King ha dicho de Piel quemada, novela publicada recientemente en nuestro país de la mano de Salamandra: «De una tensión de mil demonios. Laura Lippman escribe como nadie. […] Siempre es buena, pero aquí se supera». 

Y lo cierto es que hablamos de un thriller que nos tiene en ascuas desde la primera línea, con un estilo que, si bien cultiva el difícil arte de la sencillez –sencillez aparente en todo caso–, con bastante frecuencia nos arroja una frase en pleno rostro llena de sabiduría, no exenta de humor y mala uva. No hay que fiarse de la Lippman: cuando la leemos nos recuerda a una pantera que estuviera haciéndose la dormida. 

«Una mujer debe defenderse cada vez que es atacada, ya sea por culpa de un estúpido troll en internet o por un acto verdaderamente letal. Creo que las mujeres deberían gritar más, empujar más»

Polly, la protagonista de Piel quemada, es una pelirroja de piel clara, una mujer sin nada que perder pero con mucho que esconder. Después de abandonar a su familia, empieza una nueva vida desde cero. Esta idea despertó el interés de la autora porque «la vi tratada de manera cómica en la novela Ladder of years de Anne Tyler», nos confiesa, «pero me pareció oscuro que una mujer se alejara así de su familia. Antinatural, así es como todos en el libro llaman a Polly. El hecho es que Polly es peligrosa precisamente porque abraza algunos valores bastante estereotipados sobre cuáles deberían de ser las prioridades de una mujer». En este sentido, hay fragmentos en el libro que son realmente esclarecedores y que ponen de manifiesto el punto de vista de la autora: «Los hombres abandonan a sus hijos todo el tiempo y nadie los considera antinaturales por ello. Nadie dice que sean grandes tipos por hacer eso, pero tampoco se los considera unos pervertidos. Las mujeres, en cambio, rara vez tienen esa opción». Respecto a este pasaje, Laura Lippman nos dice que «una mujer debe defenderse cada vez que es atacada, ya sea por culpa de un estúpido troll en internet o por un acto verdaderamente letal. Creo que las mujeres deberían gritar más, empujar más».

El lugar que elige Polly para desaparecer no es otro que un pueblo «lo suficientemente pequeño para ser aburrido y lo suficientemente grande como para no tener encanto». Belleville, un lugar de paso lleno de peligros, de amenazas sutiles y perseverantes, de pequeños incendios que van creciendo a medida que avanzamos en la lectura de Piel quemada. Laura Lippman es cristalina en sus afectos: «Soy una persona de ciudad», nos confiesa. «Las ciudades pequeñas me provocan bastante escepticismo. Me inquieta demasiado que la gente sepa demasiadas cosas sobre mi vida si vivo en un lugar tan pequeño». 

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Imagen vía Salamadra Noir.

Pero lo que quizá llama más la atención de Piel quemada es su originalidad. En un mercado editorial saturado de thrillers –en ciertas ocasiones poco agraciados–, la autora destaca por plantearnos una propuesta verdaderamente refrescante. El modo en que Lippman aborda las historias de amor consigue provocar más tensión que los propios crímenes que las rodean. «Así es», nos confirma, «el enigma a veces no es si los personajes darán el paso o no, sino cuándo, en qué momento. Aunque uno de ellos haya decidido que acabará con el otro, hay un juego interesante en esa manera de no apresurarse». Un apunte: es realmente inolvidable la escena en la que se utiliza un bocadillo de queso a la plancha como herramienta de seducción.

Quizá el tema de fondo de la novela sea el de la supervivencia en el día a día frente a todos esos incendios que nos rodean y nos amenazan constantemente. Laura nos confía su propia fórmula para hacerles frente: «Cuando tengo un problema, hago listas y me lanzo de cabeza contra las crisis tomando medidas. En este momento, por ejemplo, alguien cercano a mí tiene que mudarse a una residencia y me he distraído de las emociones concentrándome en lo que puedo hacer para ayudar a que la transición sea más placentera. Pero, finalmente, no queda nada por hacer y es entonces cuando los sentimientos me invaden por completo». 

Sus compromisos editoriales la han convertido en una viajera incansable. Este es el motivo de que Piel quemada haya sido escrita en lugares tan remotos como San Petersburgo, Florida, Italia, La Habana, Baltimore y… Barcelona. «Amo Barcelona, ​​es uno de mis lugares favoritos del mundo. Pero he estado allí solo dos veces y tengo la sensación de que me tomaría mucho tiempo llegar a conocerlo como es debido. Es hermoso, con una historia intensa, y es un lugar fácil para perderse. De hecho, me recuerda un poco a Polly», afirma.

«Las historias son como la masa del pan. Mete tus manos dentro de esas historias, pero no te pases amasándolas»

Piel quemada es un exquisito homenaje a las viejas películas, aquéllas que alquilábamos hace unos años en los video-clubs y que daban vida a heroínas fuertes y misteriosas. Historias que forman parte de nuestra educación sentimental y joyas escondidas que tenemos la oportunidad de redescubrir. Perdición de Billy Wilder, Alma en Suplicio de Michael Curtiz –ambas basadas en novelas de James M. Cain–, o Concierto macabro de John Brahm con Linda Darnell a la cabeza, precursora indiscutible junto a Barbara Stanwyck de esta Polly de Piel quemada. «No hay que olvidar El Cartero siempre llama dos veces, también de James M. Cain», nos dice, «cuando ves a esos dos actores en la versión cinematográfica, son especímenes físicos tan impresionantes que sería un crimen si no se juntaran». 

En definitiva, Piel quemada es una novela imprescindible, un clásico instantáneo con el que Laura Lippman, a buen seguro, se ganará el corazón de los lectores de habla hispana que todavía no tengan el placer de conocerla. 

En sus propias palabras: «Las historias son como la masa del pan. Mete tus manos dentro de esas historias, pero no te pases amasándolas». Puedes ver a Laura Lippman haciendo un cameo en el primer capítulo de la última temporada de The Wire, mítica serie de HBO creada por su esposo, David Simon. 

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