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Doga: el poder de la relajación

El yoga mejora la salud física, mental y emocional de quienes lo practican. No hay duda. Lo dicen los yoguis y lo respaldan los científicos con estudios como el desarrollado por el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, EEUU, que asegura que el yoga mejora la calidad de vida de las pacientes de cáncer de mama al combatir la fatiga producida por la radioterapia o el de la Manipal Academy of Higher Education, India, que sostiene que el yoga también es beneficioso para mejorar los parámetros glucémicos y el IMC en pacientes con diabetes tipo 2, por mencionar solo algunos.

Doga: el poder de la relajación

El yoga mejora la salud física, mental y emocional de quienes lo practican. No hay duda. Lo dicen los yoguis y lo respaldan los científicos con estudios como el desarrollado por el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, EEUU, que asegura que el yoga mejora la calidad de vida de las pacientes de cáncer de mama al combatir la fatiga producida por la radioterapia o el de la Manipal Academy of Higher Education, India, que sostiene que el yoga también es beneficioso para mejorar los parámetros glucémicos y el IMC en pacientes con diabetes tipo 2, por mencionar solo algunos.

No extraña, por tanto, que el yoga haya pasado de ser una disciplina a convertirse en todo un estilo de vida y que cuente actualmente con millones de seguidores en todo el mundo. Su popularidad ha dado pie a que surjan variaciones como el doga (doh-gah), que consiste básicamente en practicar yoga con tu perro. Las posturas o āsanas tradicionales se combinan con otras especialmente diseñadas para tener contacto con el animal. Todo esto con una luz tenue y una música suave de fondo que proporciona un ambiente de paz y tranquilidad que invita a la relajación. El objetivo principal de la actividad es fortalecer el vínculo natural que existe entre el perro y su humano.

 

El Ruff Yoga, como se conoció en un principio al doga, nació en Nueva York en el año 2001 de la mano de Suzi Teitelman, una instructora certificada que detectó cómo poco a poco Coail, su cocker spaniel, desarrollaba un interés especial por su práctica diaria de yoga y se encontraba cada vez más cómodo sobre la colchoneta. Convencida de los beneficios que los ejercicios de relajación podrían tener sobre los canes, Teitelman comenzó a implementar la disciplina en su estudio y en las clases privadas con los perros de sus clientes. El resto es historia. De forma casual, había nacido todo una nueva disciplina.

Al trabajar la respiración y estirar los músculos, el doga tiene un efecto relajante que, con la práctica, disminuye los niveles de estrés y de ansiedad tanto en perros como en humanos, requisito indispensable para mantener el estado de calma necesario para disfrutar del momento presente. Además, ayuda a corregir la postura, mejora la circulación, la flexibilidad y la capacidad de concentración de los participantes.

Todos los perros, independientemente de su raza y su edad, pueden practicar doga. De hecho, muchas de las posturas las hacen de forma natural en su día a día. Sin embargo, para evitar riesgos innecesarios, lo más recomendable es adaptar los ejercicios al tamaño y la condición física de cada animal. Y, por supuesto, como ocurre con los humanos, es importante que el animal avance a su propio ritmo y participe tanto como quiera en cada sesión. No se le debe obligar en ningún momento, ya que automáticamente dejaría de ser una actividad relajante y divertida y se convertiría en una fuente de estrés, que es justo lo que se quiere evitar.

#BeyondDogaDay

El 16 de junio se celebró en Madrid la mayor Master Class de doga realizada hasta la fecha en España. El Estadio Santo Domingo, en Alcorcón, fue el escenario elegido para el evento organizado por Purina, la marca de alimentos para mascotas, con la colaboración de Lealcan, empresa madrileña con más de 20 años de experiencia en adiestramiento canino y actividades que fomentan el vínculo humano-animal. Entre los más de cien de yoguis asistentes se encontraban la actriz María Castro y su perro Momo, un golden retriever de 5 años.

La actividad se realiza en el marco de Juntos la vida es mejor, un programa que abarca diferentes acciones con las que la marca, convencida de los beneficios que aporta, busca promover “la integración de las mascotas en nuestra vida laboral y social.”

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