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La justicia británica decide no extraditar a Assange a Estados Unidos

La justicia británica decide no extraditar a Assange a Estados Unidos

Daniel Leal-Olivas | AFP

La justicia británica decide no extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, de 49 años, a Estados Unidos. Assange se encuentra recluido en una prisión londinense de alta seguridad desde su detención en abril de 2019 en la embajada de Ecuador, donde vivió refugiado siete años.

En contexto: Estados Unidos lo reclama para juzgarlo por espionaje y podría condenarlo a hasta 175 años de prisión. Washington le reprocha haber puesto en peligro la vida de sus informantes con la publicación de los documentos secretos sobre las acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que revelaron actos de tortura, muertes de civiles y otros abusos.

 

 

La decisión de la jueza londinense Vanessa Baraitser puede ser recurrida por Estados Unidos en un plazo de 14 días, lo que podría prolongar la larga saga judicial que rodea a Assange desde 2010, poco después de que su web WikiLeaks publicase cientos de miles de documentos militares y diplomáticos confidenciales que pusieron a Estados Unidos en más de un aprieto.

Entre ellos figuraba un vídeo en que se veía como helicópteros de combate estadounidense disparaban contra civiles en Irak en 2007, matando a una docena de personas en Bagdad, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.

Antes de pronunciarse, la justicia inglesa examinó detenidamente en septiembre, tras meses de retraso debido a la pandemia de coronavirus, la solicitud estadounidense para asegurarse de que no fuera desproporcionada o incompatible con los derechos humanos.

La defensa de Assange, la abogada Stella Morris y también compañera sentimental, pedirá libertad bajo fianza para el australiano, en un caso que sus defensores denuncian como clave para la libertad de prensa. En la víspera de la resolución, Morris había dicho al diario alemán Der Spiegel que «la defensa de Julian se ha visto seriamente  obstaculizada» en la prisión londinense de Belmarsh, donde lleva 20 meses recluido.

«El mero hecho de que este caso haya ido a los tribunales, y que haya durado tanto tiempo, constituye un ataque histórico y a gran escala contra la libertad de expresión», afirmó el domingo el redactor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson.

La defensa del australiano, coordinada a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, denunció en el pasado que el presidente estadounidense Donald Trump quería hacer con él un castigo «ejemplar» en su «guerra contra los periodistas de investigación» y Assange no tendría un juicio justo en Estados Unidos.

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