Cinco señales de que tu metabolismo es lento (y cómo acelerarlo para adelgazar más rápido)
Hay varias señales que indican que nuestro metabolismo es lento, pero lo bueno es que podemos ponerle remedio
Si llevas tiempo intentando adelgazar y no lo consigues, es posible que se deba a que tienes un metabolismo lento. ¿Y esto qué significa? Como ya te contamos en THE OBJECTIVE, el metabolismo incluye todos los procesos químicos que ocurren continuamente dentro de nuestro cuerpo, y que son necesarios para que nuestros órganos funcionen normalmente, llevando a cabo tareas tan simples como respirar, reparar células y digerir alimentos.
Nuestros cuerpos necesitan energía para iniciar todos esos procesos metabólicos, y nuestra tasa metabólica basal es la cantidad de calorías que nuestro cuerpo utiliza para mantenernos vivos y llevar a cabo lo anterior.
Es decir, las personas con un metabolismo rápido, queman más rápido las calorías que consumen y la grasa que tienen acumulada; y viceversa.
Síntomas de que tienes un metabolismo lento
Aunque lo mejor para saber cómo es nuestro metabolismo es acudir a un especialista, podemos empezar a sospechar que es lento si cumplimos la mayoría de estos síntomas, algunos de ellos detallados por la nutricionista Geetika Bajaj en HealthShots.
1. Aumento de peso o dificultad para adelgazar
Uno de los signos más notorios de un metabolismo lento es el aumento de peso inexplicable o la lucha por perder peso a pesar de esforzarse por llevar una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad. Un metabolismo lento puede hacer que se quemen menos calorías, lo que lleva a un aumento de peso o a dificultades para perder kilos de más.
Además, si sientes que no eres capaz de controlar tu peso, que cuando adelgazas lo vuelves a recuperar enseguida, que de repente engordas sin motivo… y todo eso te lleva a desesperarte, es posible que tengas el metabolismo lento.
2. Fatiga y bajos niveles de energía
Un metabolismo lento puede hacerte sentir letárgico y fatigado durante todo el día. Como tu cuerpo no está convirtiendo los alimentos en energía de manera eficiente, es posible que te falte la energía necesaria para llevar a cabo las actividades diarias, y las tareas que antes parecían fáciles pueden volverse más complicadas.
3. Más sensibilidad al frío
Si sientes frío con más frecuencia que los demás, podría ser un signo de que tienes un metabolismo más lento. Una tasa metabólica reducida puede afectar la capacidad del cuerpo para generar calor, lo que provoca una sensación constante de frío o una mayor sensibilidad a las bajas temperaturas.
4. Problemas digestivos
La digestión lenta es otro signo de un metabolismo lento. Puedes experimentar síntomas como hinchazón, estreñimiento o molestias digestivas en general. La lenta descomposición y el procesamiento de los alimentos pueden provocar estos problemas.
5. Desequilibrios hormonales
Un metabolismo lento puede alterar el equilibrio de las hormonas del cuerpo, lo que provoca ciclos menstruales irregulares, libido baja, cambios de humor e incluso depresión. Estos cambios hormonales se pueden atribuir a la reducción de la producción de energía y la actividad metabólica en el cuerpo.
Obviamente, todos estos síntomas pueden deberse a otros factores. Pero si sospechas que tienes el metabolismo lento o sientes que no adelgazas como deberías, no dudes en acudir a tu médico o nutricionista.
Diez consejos para acelerar el metabolismo
Aquí tienes diez consejos para acelerar tu metabolismo y poder adelgazar más eficazmente:
- Construye músculo: el músculo es metabólicamente más activo que la grasa, por lo que tener más músculo puede aumentar tu tasa metabólica en reposo.
- Come suficientes proteínas: ingerir alimentos ricos en proteínas puede echar una mano a que este metabolismo utilice la energía acumulada para su digestión. Es lo que se conoce como el efecto termogénico de los alimentos, que exige un gasto extra de calorías para absorber y procesar los nutrientes de la comida y, a veces, adelgazar.
- Bebe café o té: además de acelerar el tránsito intestinal, el café (y el té) pueden impulsar esta quema de energías. Son varios los estudios que avalan que el café, consumido de manera moderada, supone un gasto de grasa mayor que otras bebidas.
- Beber agua fría: cuando la tomamos, nuestro cuerpo se ve obligado a ‘recuperar’ su temperatura habitual, ya que la hemos rebajado con la presencia de este agua. Con ello conseguimos quemar más energía, simplemente por una sencilla razón de equilibrio, donde nos valdría medio litro de agua fría en una hora para buscar ese esprint.
- Mantenerse activo durante todo el día: levantarnos de la silla tras una hora sentados, salir a caminar, usar las escaleras en lugar de los ascensores y, en definitiva, encontrar oportunidades para movernos siempre que sea posible.
- Hacer ejercicio aeróbico: como correr, bicicleta, nadar o bailar, ya que pueden ayudarnos a quemar calorías y a acelerar nuestro metabolismo.
- Hacer comidas más pequeñas y frecuentes: en lugar de consumir comidas grandes, intenta tomar ingestas más pequeñas y bien balanceadas durante todo el día.
- Usa especias como chiles, pimienta de cayena, jengibre o canela, ya que pueden acelerar el metabolismo debido a sus propiedades termogénicas.
- Duerme lo suficiente: dormir bien permite quemar más calorías, ya que al hacerlo nuestra temperatura corporal baja, lo que obliga al cuerpo a quemar energía para mantener el termostato a punto.
- Controlar el estrés: el estrés puede afectar al metabolismo debido, entre otras cosas, al incremento de la secreción de ciertas hormonas como el cortisol. Cuando esta hormona se genera de manera descontrolada, nuestro organismo empieza a no regular bien la sensación de hambre y de saciedad.