Una enemiga llamada maleta: cómo evitar lesiones estas vacaciones

Todo un año deseando irte de vacaciones y, a los pocos metros de casa, notas que la maleta se convierte en una losa. No estás solo en esta batalla que puede hacer que vayas empujando más peso del que debieras por hoteles, alojamientos, aeropuertos o barcos. Casi como una clase de crossfit, ir tirando de la maleta los primeros días de vacaciones puede hacerse mucha bola. Y, como es evidente, desembocar en lesiones a costa de la maleta.

Además, no sólo en engorro de llevarla, sino las molestias y lesiones que pueden acontecer por ir con la maleta a cuestas. Puede parecer algo que pase desapercibido aun cuando las maletas modernas son más ligeras y manejables que las de nuestros antepasados. Lógicamente, ellos viajaban menos y no se dedicaban —por regla general— a correr por terminales de aeropuertos enlazando vuelos low-cost y arrastrando por vestíbulos de toda índole el equipaje.

Quizá parece una tontería y pase desapercibida. Sin embargo, la realidad es que es probable que la mayoría de los españoles no estén preparados para tirar de una maleta llena durante mucho rato. Tampoco de convertirlo en una rutina cotidiana y, sobre todo, de no pasarnos con el exceso de peso. De hecho, hay una norma no escrita, aconsejada por los fisioterapeutas, sobre el peso máximo que debería suponer una mochila.

Se estima que, como máximo, una mochila sólo debería pesar el 10% de la masa corporal del que la porta. No obstante, no es la única trampa. Pensemos en viajes en familia con varios hijos y para muchos días y en ese reiterativo gesto de meter y sacar maletas de un maletero… Las trampas están a la vuelta de cada esquina. Razón por la que importa conocer el peso y también saber que hay maletas que van a ser más amables con nuestra fisonomía.

Las lesiones detrás de un mal uso de las maletas

En muchas ocasiones puede que llueva sobre mojado a la hora de hablar del mal uso de las maletas. Si partimos de una forma física mala, caracterizada por el sedentarismo y donde el ejercicio físico no es habitual, algo tan nimio como empujar maletas puede convertirse en tortura. Más aun si tenemos ciertas patologías previas que vayan aparejadas a la columna vertebral a cualquier de sus alturas.

Es evidente que hacer el bruto con maletas demasiado pesadas puede desembocar en lumbalgias y dolor de espalda. Además de en posibles contracturas, tirones o roturas musculares. De hecho, en casos más graves, también podrían implicar lesiones discales como la temida hernia discal. Si a ello le sumamos otros riesgos, como el del jet lag, del que ya hablamos en THE OBJECTIVE, tendríamos el combo infernal perfecto.

No obstante, no sólo sufren las cervicales y las vértebras. Pongamos también en el mapa a distintas dolencias de brazos y antebrazos. Un buen ejemplo lo encontramos en el gesto de fuerza que obligamos a hacer a la muñeca si debemos arrastrar maletas pues, en resumen, aumenta el riesgo de sufrir lesiones musculoesqueléticas.

De hecho, estas dolencias se pueden producir incluso en momentos tan aparentemente ridículos como el hacer la maleta. Por eso, lo recomendable es que las carguemos sobre la cama o sobre una superficie elevada. El simple gesto de agacharnos para meter la ropa en el equipaje ya está generando un estrés de más en nuestra columna. Algo que también sucede si cargamos de manera incorrecta el peso y ‘tiramos’ de espalda, en vez de flexionar las rodillas, que sería lo más conveniente.

¿Hay maletas más amables?

Pues sí, evidentemente las hay. Lo primero que deberíamos descartar es cualquier tipo de maleta o bolsa que impida ser llevada sobre ruedas. Quizá puedan ser más cómodas en ciertos aspectos, pero no le van a hacer ningún bien a nuestro cuerpo, generando sobrecargas en función del lado del cuerpo que utilicemos.

Obviamente, esto siempre que tengamos en cuenta un uso intensivo de este tipo de equipaje, no algo contemplado de manera puntual o con un peso asumible para evitar lesiones con la maleta.

Aparte de eso, lo más recomendable es buscar maletas que de por sí no vayan a aumentar el peso del equipaje. Quizá podamos pensar que es conveniente utilizar maletas más pesadas y sólidas. Más pensando en el temor al maltrato del equipaje en los aeropuertos, que en nuestro propio bienestar. Así sucede que ya metemos peso de más en una tarea que poca gracia va a hacer a nuestras articulaciones, que pueden desembocar en lesiones a costa de la maleta.

Tampoco estamos pretendiendo que vayáis arrastrando maletas el resto del año para luego estar en forma para las vacaciones, pero sí que tengamos claro que se trata de esfuerzos que podemos pagar caro. ¿La solución? Lo más fácil sería que nos llevasen la maleta o viajar sin ella, pero no parece factible.

Así que apostemos por las típicas maletas trolley de cuatro ruedas que permiten giros en varias direcciones y así será más fácil llevarlas porque es más amable empujar que arrastrar. Esta recomendación, procedente del Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, puede parecer evidente, pero es necesario recordarlo. Este gesto no sólo sobrecarga las muñecas, sino también genera una mayor extensión de los músculos del brazo y puede provocar tirones o elongaciones.