Qué comer en San Sebastián: descubrimos los nueve mejores postres de la pastelería vasca

Hoy vamos a enseñaros las recetas vascas más dulces. En todo el País Vasco, y concretamente en San Sebastián, abundan las recetas de postres que se toman en días señalados como los talos durante la celebración Santo Tomás y San Andrés, si te gusta merendar allí es tradicional el pastel vasco o si vas el 28 de abril podrás degustar la tarta de San Prudencio. Aunque también vamos a mostrarte otros postres que probablemente desconocías.

1. Tarta de queso de La Viña San Sebastián

La receta de la tarta de queso de La Viña es tradicional de San Sebastián. Es ligeramente diferente a una tarta de queso que se toma habitualmente en otros lugares en dos aspectos. En primer lugar, la tarta de queso de San Sebastián no tiene base de galleta. En segundo lugar, su textura es extra cremosa y perfectamente ligera y suave, con un marcado sabor a queso. El origen de esta receta se remonta al año 1959, cuando el dueño del Restaurante La Viña creo esta maravilla dulce para nuestros sentidos. Su fama es tal que existen imitaciones de la tarta de queso de La Viña en varios restaurantes de Turquía y Alemania.

Si quieres hacer la tarta de queso en casa la receta no puede ser más sencilla, ya que se ponen todos los ingredientes en el mismo recipiente y se baten hasta conseguir una mezcla espesa. A continuación, se hornea a 220ºC durante cuarenta minutos. El queso que se emplea para la tarta es queso Philadelphia, también necesitaremos siete huevos, azúcar, harina y nata. Al no añadirse ingredientes líquidos a la receta, la trata queda todavía más cremosa.

2. Pastel vasco

El pastel vasco es originario de la parte francesa del País Vasco. Actualmente, se ha convertido en un alimento básico en la mayor parte del País Vasco, que se toma como merienda acompañado de un café. En un principio el pastel vasco llevaba moras, cerezas, arándanos e higos en el relleno, aunque ahora existe una nueva versión rellena de crema pastelera, no obstante en muchas zonas todavía conservan la antigua tradición de rellenar la masa con frutas troceadas.

Nos resultará más fácil, si preparamos la crema pastelera para el relleno en el microondas. Para ello debemos calentar en un recipiente leche, azúcar, harina de maíz refinada, huevo batido y canela en rama. Después añadiremos a la mezcla la mantequilla previamente derretida y removeremos hasta homogeneizar la mezcla. Solo nos quedará dejar que enfríe y así obtendremos nuestra rica crema pastelera con la que rellenaremos el pastel vasco.

Aparte, prepararemos la masa del pastel vasco, en un recipiente amplio y hondo mezclamos bien la harina, el azúcar, la almendra molida y un pellizco de sal, añadimos la mantequilla previamente helada cortada en dados, y procedemos a amasar la mezcla con la ayuda de las yemas de los dedos hasta obtener migas. Después añadimos los huevos batidos y voilà nuestra masa estará lista para hornear. Tenemos que dividir la masa en tres moldes diferentes en uno de ellos sobre la masa añadiremos nuestra crema pastelera. Tras una hora en la nevera procederemos al montaje de nuestro pastel.

3. Intxaursaltsa o intxaursalsa

La intxaursaltsa o intxaursalsa es un postre vasco típico de la parte de Guipuzcóa cuando se acercan las fechas navideñas para aprovechar el excedente de la cosecha de nueces de la temporada. Es una especie de crema con la textura de unas natillas que se toma con cuchara. La receta tradicional tiene la apariencia de unas cremosas natillas con o sin tropezones, dependiendo de si las nueces se trituran más o menos.

Para su elaboración debemos poner a cocer en un cazo nata, leche, nueces picadas, azúcar y canela que se cuecen a fuego lento hasta alcanzar una textura lo más cremosa posible. Se sirve en unas cazuelas de barro a temperatura ambiente. Para decorar se utilizan pequeños cogollos de hierbabuena, para aromatizar cada cucharada.

4. Tarta de San Prudencio

Esta tarta recibe el nombre del patrón de la ciudad de Vitoria y se suele degustar el 28 de abril durante su celebración. Es un delicioso bizcocho esponjoso con crema de trufa y nata montada. A diferencia de otras tartas el bizcocho de esta tarta es el bizcocho genovés, que al llevar la harina y la levadura tamizadas es mucho más airado y esponjoso que el resto.

Para la crema de trufa fundiremos chocolate negro 70% cacao. Calentaremos en otro recipiente la nata líquida y el azúcar, añadiremos a esta mezcla el chocolate fundido hasta obtener una crema de trufa espesa de color marrón claro. Por otro lado, montaremos la nata cuando esté muy fría y cuando hayamos terminado tenemos que poner el bol en el que la hayamos montado hacia abajo y comprobar que no se cae, es entonces cuando tendremos las tres elaboraciones preparadas para montar nuestra tarta de San Prudencio.

Tenemos que dividir el bizcocho genovés en dos mitades del mismo grosor y sobre una de ellas untar toda la mezcla de la nata montada, tapamos con la otra base. Y cubrimos la tapa de la tarta con la crema de trufa. Añadiremos chocolate espolvoreado sobre la crema de trufa para decorar la tarta. Cada porción de tarta suele servirse acompañada de un chupito de crema de orujo.

5. Sagargala

Este postre fue creado por encargo por el pastelero Koldo Salinas para la feria de turismo del País Vasco del 2008. La base de esta tarta no es de bizocho, sino son diferentes sobaos pasiegos superpuestos en una bandeja. Para hacer el relleno, vamos a preparar una rica crema de queso casera. Utilizaremos queso crema, nata líquida, azúcar glass y gelatina.

Lo más elaborado de la sagargala es la compota de manzanas, pero con un poco de organización y siguiendo la receta conseguiremos que nos quede en su punto. En primer lugar trocearemos las manzanas y las pondremos a cocer junto con la canela, el azúcar y el zumo de limón. Una vez cocidas y escurridas le añadimos la gelatina previamente hidratada y pasamos la mezcla por un pasapuré.

También necesitamos un jarabe de vino tinto, el cual obtendremos a partir de la cocción del vino, con el azúcar y las cáscaras de naranja. Este jarabe de vino tinto, lo vamos emplear para emborrachar los sobaos pasiegos, que iremos colocando en una bandeja hasta cubrir toda su base. Después pondremos la mezcla de queso y por encima la compota de manzanas.

6. Goxua

Este dulce está indicado para una sobremesa especial. Es uno de los postres más típicos del País Vasco, sobre todo en la zona de Vitoria, aunque ahora su consumo se ha extendido a toda España donde podemos encontrarlo en los obradores antiguos. Esta receta constituye el mejor ejemplo de que no es necesario complicarse con postres con mil elaboraciones para obtener unos buenos resultados. Hay dos formas para preparar este bizcocho aunque normalmente se hace con nata, caramelo y crema pastelera. También podemos optar por servirlo en cuencos individuales como si fuera una cuajada o en forma de pastel que después cortaremos en porciones.

Para hacer la crema pastelera, herviremos la leche la noche anterior con la piel de limón y las ramas de canela y esperaremos toda la noche hasta que infusione. Después, en un cazo pondremos la leche ya infusionada, que previamente habremos colado, el azúcar, las yemas de los huevos y la maicena. También debemos hacer un almíbar a base de agua y azúcar. Por último, en una bandeja o en cuencos individuales servimos en la base la nata, en el medio el bizcocho borracho con el amíbar y arriba la crema pastelera con azúcar moreno espolvoreado en la superficie.

7. Mamia

La mamia es un postre cuya textura en el paladar es de una increíble suavidad y además el toque de esta receta vasca la convierte en un postre muy refrescante. Se trata de la típica cuajada, pero a la versión vasca de este postre se le añaden frutos rojos, lo cual le da un dulzor y frescor ideal para tomar tras las comidas copiosas de gran tradición en la zona.

Para hacer nuestra rica mamia necesitamos leche de oveja que cambia su estado de leche líquida a sólida gracias al cuajo. Tenemos que verter unas gotas de cuajo en un bol, después añadimos la leche tibia y no removemos ni mezclamos con las gotas de cuajo sino que esperamos el tiempo que sea necesario hasta que ella sola cuaje. De esta forma tan sencilla, conseguiremos la cuajada. Con los frutos rojos, se puede hacer un coulis, pero nosotros preferimos ponerlos simplemente por encima, para que el postre sea más sano y refrescante.

8. Talo con chocolate

El talo de chocolate es típico de la zona vasca de Éibar. Hay algunas fechas en las que nunca faltan en las casas del País Vasco y una de ellas es el 21 de diciembre, durante la celebración de Santo Tomás. En Éibar es típico comer los talos de chocolate en San Andrés, el 30 de noviembre. Los talos podrían definirse como los crepes vascos. Se trata de una tortas elaboradas a base de harina de maíz y agua.

Para su elaboración tenemos que disponer la harina en forma de volcán sobre la encima de la cocina, después añadimos el agua y sazonamos. Amasamos con las manos hasta hacer pequeñas bolitas, que estiramos con un rodillo hasta darles forma de talos. Y tostamos en una sartén entre unos cinco y siete minutos por cada lado a fuego medio. Hay que rellenar los talos con chocolate fundido.

9. Opilla de San Marcos

La opilla de San Marcos se toma en la zona de Irún y la podemos encontrar en las pastelerías para que los padrinos se las regalen a sus ahijados durante el día de Pascua. La opilla es una especie de panecillo con una textura entre la torta y el bizcocho con un agujero en medio en el que se introduce un huevo cocido. Ahora se decoran con chocolate, siropes, glaseados y almíbar por encima, pero hace años eran simplemente panecillos y un huevo cocido.