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Las marcas de coches eléctricos sufren pero las que hacen híbridos se están forrando

Las ventas del Fiat 500e eléctrico son tan bajas que se pasará el modelo y su cadena de producción a híbrido

Las marcas de coches eléctricos sufren pero las que hacen híbridos se están forrando

Un Tesla recarga en una estación de la compañía. | Agencias

Rivian, Fisker, Lucid y hasta Tesla están pasando por aprietos. A las marcas occidentales de coches eléctricos no les llega la camisa al cuello, sin embargo, los fabricantes con nutridos abanicos de opciones híbridas en sus catálogos acumulan beneficios récord. Es el caso de Toyota, que el año pasado duplicó los beneficios de 2022. La soñada electrificación del parque móvil global se tambalea por el oleaje.

En la vieja Europa, las marcas que construyen coches exclusivamente eléctricos se cuentan con los dedos de la mano y son firmas de nicho, como Rimac. El grueso de marcas eléctricas nativas son estadounidenses, y lo andan pasando mal, muy al contrario de lo que les ocurre a las chinas, que van como cohetes.

Panorama de bajo voltaje

El Rivian R1 solo se vende en Estados Unidos y Canadá y, según estudios de consumo, el coche que más satisfacciones aporta a sus clientes. En dos formatos, SUV de tamaño grande y una pick-up, se está vendiendo más que en periodos anteriores si tenemos como referente el primer trimestre del año actual. Las 13.588 unidades colocadas son un 71 % más que en anterior. El problema reside en otra parte.

Rivian nada en la ruina. En 2023, perdieron 5.000 millones de euros, casi cinco veces más que en el año anterior, y en este primer trimestre de 2024 han palmado la friolera de 100.000 euros por coche vendido. O esto cambia, o los accionistas se cansarán de poner dinero algún día.

Lo de Fisker tiene peor aspecto. En un comunicado reciente han dejado caer que dejarán de fabricar el Ocean, que es su único modelo; de esta manera tenemos una marca de coches que no va a fabricar coches. Su filial austriaca, Magna International, que es donde montan sus productos, ha quebrado. En un movimiento a la desesperada empezaron a vender recientemente los Ocean existentes a precio de derribo, casi al coste, con la única finalidad de recabar todo lo posible con las existencias.

Lucid va muy tarde según lo previsto a la hora de fabricar 9.000 coches este año. Las pérdidas totales del primer trimestre ascienden a 640 millones de euros, cantidad inferior a los 780 millones de los que despidieron en el mismo periodo del ejercicio previo. No es un desastre, pero tampoco ganan dinero. Pero lo peor se lo lleva Tesla.

A Elon Musk le crecen los enanos del circo. Lo último es que la policía alemana carga con dureza y detiene a manifestantes ante su gigafactoría de Berlín que se enfrentan a la ampliación prevista de su fábrica. Sin embargo, lo preocupante es que hay marcas que le están pisando los talones.

Según como se mire, hay mejores coches eléctricos que los Tesla en su conjunto pero su tecnología va por delante de casi todos, y su rango de rendimiento y relación calidad/precio es imbatible. En China, su mercado más grande, sus ventas decaen aparentemente devoradas por el novedoso Xiaomi SU7. El Tesla Model 3, su enemigo natural, vendió por primera vez menos unidades en el primer trimestre de 2024 que en el último de 2023.

No solo eso, sino que en el segundo trimestre la caída se está incrementando. La tendencia es en particular visible en oriente, pero en Estados Unidos ocurre otro fenómeno asociado. Si hubo un tiempo en que sus compradores hacían cola en lista de espera, ahora los coches acabados se les amontonan en tal medida que están alquilando aparcamientos de establecimientos comerciales donde estacionarlos; literalmente, no saben ya dónde meter los que fabrican y no encuentran propietario. En cifras de la propia compañía, durante el primer trimestre fabricaron 46.561 coches más de lo que calcularon iban a vender.

La Cara B

Por contra, a los que les va de traca es a las marcas que hacen coches híbridos, una tecnología que se está adoptando sin problema alguno, y cuya marca de referencia es Toyota. Los japoneses lideran el escalafón de beneficios globales y es la compañía automovilística que más dinero gana del mundo. El año pasado duplicaron sus beneficios con respecto al año anterior —su año fiscal acaba en abril—, y rozaron los 29.600 millones de euros. Según sus cuentas, obtienen 2.780 euros de media por cada coche matriculado.

Poco creyentes en el producto 100% eléctrico, confiesan que este mercado apenas representa el 1% de su facturación, y tampoco se esfuerzan demasiado en sacar modelos interesantes. Su principal fuente de alegrías son los vehículos híbridos, que han supuesto una de cada tres unidades matriculadas. De esta manera, 3,6 millones de coches híbridos salieron de sus factorías en 2023. El encarecimiento de este tipo de vehículo ha amortiguado las subidas de los materiales, y por otra parte, el tipo de cambio hacia el yen japonés, les ha beneficiado. Los amplios márgenes del mercado americano y europeo, les permiten cierto espacio de maniobra… y beneficios.

En el horizonte de los nipones no está tanto lo eléctrico, que lo consideran poco eficiente, como que miran hacia el hidrógeno. Esta tecnología es cara y está donde los coches eléctricos estaban hace quince años, pero creen en ella, y por eso su apuesta va en esa dirección. De la mano de Lexus tienen en venta modelos que usan este tipo de energía, y miran al mercado estadounidense y las populares pick-up Tacoma como plataforma para alzarse allí con este tipo de motorización.

Al igual que Tesla —y las marcas europeas—Toyota también pincha en hueso en China. Este mercado quiere tecnología, mucha, lo último, sobre todo en conectividad e infoentretenimiento. En esto los chinos, que llevan décadas montando los aparatos digitales que se consumen en todo el mundo, llevan la delantera. No es que tengan mejor tecnología, es que allí está toda. El acceso a ella es fácil, rápido, las formas de entendimiento con la industria local es instantánea, y las peculiaridades de este especial entorno se les está poniendo cuesta arriba a todos los fabricantes.

California también es híbrida

Esto no solo ocurre en China. Toda la industria mira con lupa lo que ocurra en el sensible mercado californiano. Lo que pasa allí suele encontrar reflejo más tarde en otras latitudes, y el fenómeno híbrido parece eclipsar a los eléctricos por las carreteras de Los Angeles, Sacramento San Francisco o San Diego, cuatro epicentros de nombre español. Durante el primer trimestre de 2024 las ventas de híbridos han crecido más del 50 % mientras que las de eléctricos se encuentran casi estancadas, con un incremento de apenas el 2,8.

Cifras en mano, el fabricante californiano Tesla no es la marca que más coches vende en California, sino Toyota. El Model Y es el modelo más vendido, pero en conjunto, los nipones superan a los locales; su muy amplia gama, y por tener un abanico que cubre necesidades de las que no dispone la empresa de Elon Musk. Si California anticipa muchas tendencias de consumo, resulta fácil pensar que esa onda expansiva acabará clonándose en otras latitudes.

En Europa se habla el mismo idioma

De hecho la tendencia híbrida se está replicando en el Viejo Continente. Todas las marcas están incidiendo en lo híbrido. Resulta paradigmático el caso del Fiat 500e. Sacaron este eléctrico, pero sus ventas son tan bajas, que Stellantis ha decidido reconvertir su línea de producción para mutar el modelo en híbrido; esos si que se venden.

La factoría de Ford tenía prevista la producción, que acabarán siendo híbridos; Mercedes ha detenido el desarrollo de una nueva plataforma de eléctricos y se limitará a desarrollar las ya existentes; Mini debería ser casi total mente eléctrica y acaba de sacar un Countryman híbrido; Renault no ha abandonado el desarrollo de motores de combustión de forma separada a su línea de eléctricos; Volkswagen trabaja para habilitar sus modelos en versiones hibridas y eléctricas. O sea, eléctricos si, pero para más adelante.

La electrificación no va a entrar en los hogares europeos, y sobre todo españoles, a través de coches de 600 caballos y 300 kms de autonomía, sino justo al revés. Habría que invertir esa relación, e irse a precios de entre 20.000 y 30.000 euros, y por ese dinero puedes llevarte a casa un híbrido excelente, en un país donde lo relacionado con la red de cargadores públicos, es muy mejorable.

Todos los que desean y se pueden permitir coches de más de ese precio, ya parecen habérselos comprado. Ahora toca ganarse el corazón, y los bolsillos, de todos los demás, porque si no, hibridizarse.

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