El Gobierno guarda en sus almacenes 29 millones de vacunas obsoletas de la covid

Los almacenes del Ministerio de Sanidad están abarrotados de vacunas covid que, si bien no todas son vacunas caducadas, son inoculaciones obsoletas, ya que contienen cepas del virus antiguas (Alfa y Beta) que prácticamente han desaparecido y «no sirven» para las dosis de refuerzo en el momento actual de la pandemia, aseguran los expertos consultados. En concreto, en el almacén de la cartera de José Miñones hay 29.114.275 dosis de estas vacunas contra el coronavirus, según datos facilitados a THE OBJECTIVE por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a través de una petición de información mediante el Portal de Transparencia.

Por compañías, según se desprende del documento, los pinchazos de Pfizer son los que más se acumulan en estas dependencias: 9.292.080 dosis. Le seguiría Moderna (8.525.100 dosis), Sanofi (196.600 dosis) y las recién adquiridas de Hipra (2.916.900 dosis). Además, de esos 29 millones de vacunas anticuadas, más de ocho millones (8.183.595 ) han caducado (8.037.695 de Moderna y 145.900 de Sanofi–) «y están en proceso de destrucción», según el texto firmado por la directora de la Aemps, María Jesús Lamas.

Aunque la Aemps no ha detallado a cuánto asciende el gasto de estas vacunas obsoletas, según cálculos propios –ya que los acuerdos de confidencialidad de las compañías multinacionales con los distintos gobiernos para la compra de dosis tampoco ayudan a hacer una estimación precisa–, superaría los 454 millones de euros. Además, hay que tener en cuenta que estos 29 millones de vacunas, almacenados en las dependencias del Ministerio de Sanidad, están generando un sobrecoste diario de mantenimiento al tener que estar refrigeradas o congeladas a muy bajas temperaturas para evitar una pronta caducidad, con el gasto en electricidad que esto conlleva.

También tienen un sobrecoste aquellas inoculaciones que hay que destruir por su caducidad. El Ministerio de Sanidad señaló el pasado mes de febrero a THE OBJECTIVE que el coste de la destrucción depende de la marca y del método, de forma que «se cifra en un rango de precio que abarca desde los 1.348,48 euros hasta los 2.981,05 euros por tonelada». La destrucción de vacunas se realiza siempre por gestores autorizados, que emplean, según el almacén, dos métodos alternativos. Estos son: la destrucción por incineración, que según el departamento de Miñones «es el método empleado por la mayoría de almacenes y que afecta, asimismo, a la mayoría de vacunas»; y la destrucción por inertización + trituración, que es el procedimiento usado para «algunas inyecciones de Moderna», ya que son destruidas como «medicamento peligroso». Los restos son depositados en vertederos de residuos peligrosos.

Las recomendaciones de los expertos

Las recomendaciones de la OMS, la EMA y el ECDC son claras: las vacunas a utilizar en esta nueva campaña de vacunación deberían incluir únicamente una cepa del virus derivada de la familia XBB de subvariantes de Ómicron. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ya recomendó «actualizar» las vacunas para atacar las nuevas cepas, ya que la protección de estas «disminuye con el tiempo». Y EEUU, como parte de la actualización de la FDA, ha desautorizado el uso de las inyecciones bivalentes originales Moderna y Pfizer/BioNTech contra el covid-19.

Solo Pfizer y Moderna cuentan con vacunas actualizadas con el visto bueno de la EMA para las subvariantes de ómicron que ahora están en circulación. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad solo ha repartido a las comunidades dosis de la nueva vacuna de Pfizer (aunque se desconoce la cantidad de inoculaciones adaptadas con las que se ha hecho). Por su parte, Novavax resta a la espera. Y es que, si bien se esperaba que la EMA aprobase el pasado viernes su vacuna actualizada, los organismos reguladores de la UE han retrasado la decisión, ha señalado la compañía a Financial Times.

Ahora, la nueva variante Eris (EG.5.1) de Ómicron es la responsable la mayoría de los casos, por lo que, de cara a la nueva campaña de vacunación –que ya ha comenzado en algunas comunidades–, usar inoculaciones que tengan cepas del virus antiguas que ya han desaparecido «no sirve para las dosis de refuerzo en el momento actual de la pandemia», hacía hincapié el Dr. Raúl Ortiz de Lejarazu, virólogo y profesor de microbiología en la Universidad de Valladolid, durante el I Seminario sobre Vacunas organizado por Novavax en septiembre.

«Hay que poner una vacuna con las cepas más actualizadas, de lo contrario estamos señalando al sistema inmune el sistema equivocado. Hay que ser serios, la confianza en las vacunas es algo que hay que cuidar», defendía. Una teoría respaldada por el Dr. Antoni Trilla, consultor sénior del Servicio de Medicina Preventiva (Hospital Clínic de Barcelona) y catedrático de Salud Pública de la Universidad de Barcelona, que en ese mismo acto señalaba que no es necesario «acelerar una campaña con las vacunas covid» desactualizadas, y aconsejaba esperar a las nuevas.

Ante esta situación, cabe preguntarse qué va a pasar con estas inyecciones, que se traducen en millones de euros posiblemente perdidos. Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio de Sanidad en varias ocasiones para tener una respuesta al respecto, sin réplica en ninguna de las ocasiones.

Desde que comenzó la vacunación covid en España (27/12/2020), el Gobierno ha comprado más de 760 millones de dosis, según datos del Ministerio de Sanidad. Por compañías: Pfizer (159 millones), Moderna (52 millones), AstraZeneca (31 millones), Janssen (20 millones), Novavax (2,2 millones), Sanofi (496.000) e Hipra (3,2 millones).