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Por qué no basta con aplicar crema solar para proteger la piel

La llegada del verano trae consigo largas horas al sol y, aunque se cree que ponerse protector solar es suficiente para cuidarla, la cantidad y regularidad con la que se haga puede influir mucho en su efecto

Por qué no basta con aplicar crema solar para proteger la piel

Hay que reaplicar la crema cada dos horas como máximo | Patrick Lefevre (Zuma Press / ContactoPhoto)

La radiación solar es imprescindible para las personas. Gracias a ella el cuerpo sintetiza la vitamina D, y esto ayuda a promover la absorción del calcio. A su vez, esta absorción contribuye a la mineralización ósea.

La piel cuenta con mecanismos propios de defensa y reparación, por lo que un contacto moderado con el sol no tiene que hacer peligrar su salud. Sin embargo, cuando tiene lugar una sobreexposición prolongada durante años, se pueden producir serias consecuencias sobre la piel. Un ejemplo son los daños ocasionados en las células que suelen derivar en un temprano envejecimiento celular.

Por qué aplicar fotoprotector no es suficiente

Los fotoprotectores tienen un efecto indiscutible sobre la piel. Minimizan la penetración de los rayos, absorbiéndolos y neutralizándolos, debido a su contenido en filtros minerales físicos y químicos. Además, reflejan los fotones y evitan que estos incidan a nivel cutáneo.

Sin embargo, estas cremas dejarán de ser suficientes dependiendo de la forma en la que se apliquen y de la salud en la que se encuentre el organismo. En estos dos factores son en los que se suele fallar y, por eso, los fotoprotectores no actúan de forma adecuada.

En cuanto a cómo aplicarlos, la mayoría de fotoprotectores se deben aplicar media hora antes de exponerse al sol para que se puedan fijar bien a la piel. Esto es algo que casi nadie piensa y, por tanto, no se hace.

Otro de los factores más importantes es la cantidad que hay que aplicar. Para que sea efectivo, son necesarios un total de 35 gramos para todo el cuerpo; esto equivaldría a unas tres o cuatro cucharadas soperas.

Por otra parte, el uso que se hace de estos productos está en ocasiones condicionado por los falsos mitos que los rodean. Por ejemplo, el SPF o Factor de Protección Solar solo indica el factor de protección adicional que el protector aporta frente a la resistencia natural que ya tiene la piel al sol.

Pero esta resistencia no es igual para todas las personas, por lo que es necesario tener en cuenta estos factores de la piel y los agentes externos ambientales, que también le influyen a esta. Otra de las creencias falsas es que el número que acompaña al SPF indica el tiempo de protección que aporta. Independientemente de cuál sea, hay que reaplicar el fotoprotector cada dos horas como máximo.

Por último, el estado de salud del organismo también juega un papel fundamental. Un alto nivel de melanina, un pigmento de color marrón que se encuentra en algunas de las células del cuerpo, ayuda de forma natural a que la piel esté más protegida frente a los rayos ultravioleta.

Así se puede mejorar la actuación de la crema solar

La alimentación y la forma de vida influyen en la producción de la melanina
La alimentación y la forma de vida influyen en la producción de la melanina. Foto: Unsplash

Una de las formas de mejorar la eficacia de los fotoprotectores es aumentando el nivel de melanina en la piel. Esto no solo ayudará a que el fotoprotector actúe de forma más eficaz, sino que también hará que la piel esté más protegida de forma natural.

La alimentación y la forma de vida son los dos factores que más condicionan esta producción. Sobre todo, afectan los nutrientes y las vitaminas que se incluyen en la dieta. De esta forma, los que más se deben incluir en la dieta son:

  • Carotenoides: pigmentos como el betacaroteno, que aportan vitamina A a la dieta, tienen efectos antioxidantes y antiinflamantorios que protegen del daño celular. Además, favorecen la producción de melanina y potencian la pigmentación. Los alimentos que más contienen son las zanahorias, los tomates o frutas que presentan un color rojo o anaranjado como la sandía, las papayas o las fresas.
  • Vitamina E: esta vitamina incrementará el nivel de hidratación de los tejidos y tiene un alto poder antioxidante. Es por ello que los alimentos con un alto contenido en vitamina E también ayudarán a que la piel se consiga broncear de forma sana y natural. Algunos de los alimentos que la contienen son las nueces, las semillas o las hortalizas de hoja verde.
  • Omega 3: estos ácidos grasos activan la regeneración celular y protegen la piel desde dentro. También ayudan a evitar el enrojecimiento y la hinchazón de la piel, ya que tienen propiedades antiinflamatorias. Se encuentran en alimentos como pescados azules y los aguacates.
  • Vitamina D: esta vitamina es esencial para el organismo. Se encarga de mantener en buen estado la barrera epidérmica y disminuye el riesgo de que se queme. Además, ayuda a que la piel esté hidratada y su alto poder antioxidante colabora con la regeneración celular. Algunos alimentos que ayudan a aumentar esta vitamina son los hongos, el queso y la leche y los cereales fortificados.
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