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Elecciones en la Complutense: Goyache se la juega frente a la candidata de Podemos

El actual rector del mayor centro universitario de España intentará este miércoles revalidar el trono frente a la actual decana de Políticas, muy afín a Pablo Iglesias

Elecciones en la Complutense: Goyache se la juega frente a la candidata de Podemos

El rector de la Universidad Complutense y candidato a la reelección, Joaquín Goyache. | UCM

Tras cuatro años al frente de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache Goñi (Pamplona, 1962) quiere más. El actual rector del principal centro público de España se juega la reelección, esta vez para seis años, el próximo miércoles ante Esther del Campo (Madrid, 1963). Asegura que se ha dejado cosas por hacer, aunque sostiene que este próximo mandato, de concedérsele, sería continuista con el vigente.

Hay quienes han convertido este futuro electoral en una batalla campal, como blandiendo la viñeta recientemente rescatada por Ramón Tamames durante la moción de censura de «¡o nosotros o el caos!». Él, por su parte, rechaza utilizar un tono bronco. Define como buena la relación a su rival, aunque se muestra preocupado por el cariz ideológico que asegura que tomaría el centro con ella a la cabeza; cree en la importancia de su candidatura, y defiende su buen hacer a pesar de conocer que su propio exvicerrector se ha puesto en su contra y se ha sumado a la lista rival.

Goyache no rehuye las preguntas complejas y, siguiendo los símiles con Pamplona, no se arruga en los encierros. Admite, a toro pasado, el posible error de haber concedido a la presidenta de la Comunidad de Madrid la distinción como alumna ilustre del centro en pleno año electoral; se atreve con una manoletina al asegurar que los partidos políticos catalanes tienen más influencia en el Gobierno que los propios rectores a la hora de diseñar la ley de universidades y afirma que, si pudiera, pediría a un futuro ministro de Universidades del PP que revocara la norma.

El rector conversa con THE OBJECTIVE a las puertas de las elecciones sobre las propuestas para los próximos cursos, las prácticas pagadas, la distinción a Isabel Díaz Ayuso o la influencia de los partidos políticos en la universidad.

PREGUNTA.- ¿Qué les promete usted a los estudiantes de la Complutense durante los próximos seis años si es reelegido como rector?

RESPUESTA.- Vamos a trabajar para que ninguno deje su carrera por causas socioeconómicas o psicosociales y vamos a trabajar en los medios más adecuados para comunicarnos mejor con ese relevantísimo sector, el más importante de la universidad, porque no llegamos bien al estudiantado.

P.- ¿Por qué cree que hay esta distancia entre ambas partes?

R.- Creo que no tenemos los mecanismos y sobre todo que quizás llegamos tarde a la forma en la que se comunican y puede ser que no les contemos cosas que les interesan. 

P.- ¿Teme usted que doña Esther del Campo, su principal rival en esta carrera, tenga esa facilidad para comunicarse con el alumnado más joven que a usted le falla?

R.- Quizás a un sector del alumnado más acostumbrado al trabajo en redes, en grupos, pero puede ser anecdótico dentro del entorno global. Hay que dirigirse a todos los sectores, con todas las ideologías, todas las creencias. El estudiantado es un grupo muy diverso, hay que llegar a todos y a todas, no a un grupo determinado con una determinada ideología. 

«Los partidos políticos catalanes tienen mucho peso en el Gobierno central y tienen más poder que la Conferencia de Rectores»

P.- ¿Qué se juega la Complutense si elige a Esther de Campo y no a usted? 

R.- Nada. Simplemente se jugará, para empezar, el arrancar de cero. Nosotros llevamos ya mucho tiempo trabajando en momentos muy difíciles. Yo tengo mucha más experiencia, puedo hacer las cosas mejor y creo en una universidad mucho más dedicada a la parte académica, investigadora y a las personas que a una vertiente ideológica.

P.- ¿Usted cree que su rival está ideologizada y está próxima a partidos políticos?

R.- Claramente. Ella misma se define como una mujer cercana a cierta ideología. 

P.- Sin embargo sabrá que ella misma niega que esta situación sea así.

R.- Bueno, lleva mucho tiempo promoviendo un perfil. Ahora no puede renegar de un día para otro. 

P.- A usted también le han acusado de tener cierto perfil político, especialmente por la última decisión polémica que tuvo durante el rectorado como lo fue el nombramiento de Isabel Díaz Ayuso como alumna ilustre, todo ello en un curso electoral. ¿Volvería a tomar esta decisión? 

R.- Siempre se han dado honores a políticos y políticas en activo. No es un reconocimiento ni académico, ni científico, ni siquiera profesional porque no se ha dedicado a la comunicación. Es un reconocimiento a un éxito dentro de la política. Pero es verdad que después de la polémica quizás debamos replantear el programa alumni que creamos y que se decida en Consejo de Gobierno dar este reconocimiento a políticos y a políticas en activo.

P.- Claro, usted quiere llevar al Consejo de Gobierno el poder no designar a personajes de este tipo, pero lo que no llevó al Consejo de Gobierno fue la elección de la señora Díaz Ayuso. Esa fue una decisión unilateral por su parte. 

R.- El reglamento del programa Alumni lo permite. Permite que se haga a petición de las facultades o permite que se haga a petición del rector. Eso lo decide una comisión y es como funciona el reglamento del programa. Me he comprometido a revisarlo. 

P.- Mi principal duda es por qué no esperó, por ejemplo, al curso que viene, cuando ya estuviera todo decidido. Que el centro público más importante de España dé una distinción de este tipo en un evento que se va a cubrir, en el que va a estar rodeado de personajes ilustres, el entregarlo ese escenario, todo un pabellón universitario para escucharla…

R.- Ha tenido consecuencias en la imagen pública que yo tengo con esos insultos, enfrentamientos. No ha sido el mejor momento, sin duda. No lo elegí yo, lo eligió la facultad que organizó el acto. 

P.- Pero escogió usted a la candidata a distinguir. 

R.- Sí, yo elegí a la candidata, pero el momento del acto lo eligió la facultad sin mi conocimiento y una vez que se comunica es imposible volver atrás. 

P.- Siendo usted de Pamplona me permitirá este símil, pero tengo la sensación de que se ha arrepentido de entrar en este encierro una vez es tarde y ya le ha cogido el toro.

R.- Bueno, en realidad no salté yo al encierro, me empujaron.

P.- ¿Cómo se cuelan las nuevas generaciones del Partido Popular en un evento cuando a los alumnos de la Complutense se les obligó a hacer cola durante una hora para pasar un control? Todo ello sabiendo que además dentro de este grupo había personas que no eran estudiantes.

R.- Se dieron invitaciones por parte de la facultad a la Comunidad de Madrid, entiendo que para el gabinete de la presidenta Ayuso. Entiendo. No lo sé. Y ellos repartieron las entradas con quienes quisieron. Entra en la organización del acto, que no la tuve yo.

P.- ¿No debería haberse evitado?

R.- Hay que preguntárselo al decano de la facultad. Eso y por qué eligió ese día siendo el lunes siguiente festivo en la facultad, cuando iba a estar vacía, y se podría haber hecho el acto con mucha más tranquilidad, como se hizo con la reina de España. 

«No voy a tolerar que se bloquee el acceso a la universidad».

P.- ¿Ha vuelto a tener contacto con la alumna Elisa María Trivino? (mejor expediente de su promoción y conocida tras su discurso contra la presidenta de la Comunidad de Madrid)

R.- No, y no tolero que se haya insultado tanto. 

P.- ¿Cómo valora el momento en el que sube al escenario? 

R.- Yo habría hecho un discurso mucho más estructurado, menos visceral, menos comprometido. Se podía criticar de una forma más académica. Al final es una graduada que ha tenido unas buenas notas y estoy seguro que tiene un perfil maravilloso. Lo hizo desde la pasión, es una mujer joven. Yo creo que se equivocó en la forma, pero desde luego eso no da pie a que se le haga un linchamiento por las redes y en los medios. 

P.- Usted se ha comprometido a que la Universidad Complutense será un espacio despolitizado. ¿Cómo lo haría de ser reelegido? 

R.- Intentando evitar de una forma académica que las personas intransigentes ocupen los espacios de la universidad. La universidad, naturalmente, tiene que ser un espacio de debate político. Tenemos una Facultad de Ciencias Políticas y Sociología donde se investiga, donde nació un partido que ha cambiado el paradigma que teníamos en España, donde se investigará y se estudiará y se enseñara en el futuro. Pero pasar de la investigación, del debate y del intercambio de opiniones a ocupar espacios con intransigencias, con amenazas, con insultos, con la exclusión, eso no lo voy a permitir en la medida que pueda. 

P.- Se refiere a las protestas. 

R.- A protestas que se realicen dentro de un tono de intransigencia, de insulto, de exclusión. A eso me refiero. 

P.- Por ejemplo, tratar de bloquear el acceso a la universidad durante el 8 de marzo. 

R.- Eso no lo voy a tolerar. 

P.- Pero eso ya ha ocurrido durante su mandato. 

R.- Tampoco cerrado. Ha habido un momento de protestas, pero nada más. 

P.- Recuerdo y he conocido casos de personas a las que se les ha tratado de impedir el acceso, a veces con éxito.

R.- Nosotros enviamos a la Policía para tratar de poner orden en esas cuestiones. A veces, dependiendo la situación, considera que no es oportuno actuar. Tenemos un plan de seguridad en el campus para tratar que eso no vuelva a ocurrir. 

P.- ¿Y en qué consistiría?

R.- Medidas de seguridad, control de accesos con cámaras, tratar de anticiparnos a estos hechos que se distribuyen por las redes. Algunas veces nos enteramos con más anticipación, otras con menos, pero una vez que se establecen es muy difícil. Lo que no queremos es que haya desgracias personales. Tenemos que garantizar el libre acceso tanto del estudiantado como del personal. 

P.- Usted ha dicho que no quiere una universidad politizada, pero al mismo tiempo la nueva ley de universidades permite la independencia de los claustros e incluso manifestaciones políticas. Parece inevitable. 

R.- En realidad la LOSU no dice que se pueda posicionar en aspectos políticos, sino ante aspectos relevantes. Es una modificación hecha a través de los partidos políticos catalanes. No es bueno y la gran mayoría de los rectores y rectoras españoles estamos en contra de que ninguna universidad pública se pueda posicionar ante aspectos políticos. 

P.- Se la juega el miércoles ante Esther del Campo y más de un candidato. Es decir, han hecho una alianza contra usted. No sé cómo lo lleva. 

R.- Bien. Me sorprendió un poco al principio. Estábamos avisados de que podía ocurrir, pero me sorprendió que se pusieran nombres. Una cosa es una alianza y otra cosa es repartir sillones. No es lo mismo. Lo puedo criticar, pero es lícito. 

P.- Entre ellos está su segundo, quien fuera su exvicerector. No sé qué tal se toma uno competir con alguien que ha tenido a su lado. 

R.- Perfecto. Es una decisión que ha tomado libremente. Él sabrá lo que hace con su vida. 

P.- ¿Le ha explicado las razones que le han empujado a esta decisión?

R.- No. 

P.- ¿Y las puede sospechar? No estar de acuerdo con el rumbo que ha tomado la universidad, su mandato… 

R.- Él ha colaborado con el equipo y ha tomado decisiones. Hemos hecho las propuestas al Consejo de Gobierno como equipo, de forma colegiada. Él sabrá porqué se ha ido. Supongo que pensaría que podría ser rector.

La decana Esther del Campo, rival de Joaquín Goyache, con Pablo Iglesias en la Complutense.
La decana Esther del Campo con Pablo Iglesias en la Complutense

P.- ¿Qué propone para los alumnos que van a dar el salto al mercado laboral con prácticas profesionales?

R.- Es la primera vez que existe un Vicerrectorado de Empleabilidad y Emprendimiento. Nos hemos reunido con grandes empresas y medianas empresas e instituciones para tratar que consideren a la Universidad Complutense como una fuente de talento. De hecho, en los últimos ránkings está en la segunda posición en cuanto a percepción entre los empleadores. 

P.- ¿Don Joaquín Goyache está a favor de que las prácticas del alumnado sean remuneradas?

R.- Claro, pero no las podemos pagar nosotros. O nos aumentan el presupuesto o no podemos pagar. Es un trabajo de formación y tampoco puede ser un salario mínimo. Debe ser un contrato de prácticas, como el que se hace, pero no podemos forzar a ciertas pymes, por ejemplo, a que paguen y en las instituciones públicas, en las que se hacen muchísimas prácticas, no lo van a pagar jamás. 

P.- ¿Qué le pedirá al ministro Subirats en la primera reunión que tengan si llega a ser reelegido?

R.- Le diría que me hubiera gustado que se quedara su borrador inicial de la LOSU, que me gustaba mucho más que el que al final ha quedado y sé que no es su culpa.

P.- Si gana, será rector en las próximas elecciones generales, donde puede darse un cambio de Gobierno con el PP al frente. ¿Le pediría al próximo ministro de Universidades revocar la actual ley de universidades?

R.- En principio sí, aunque sé que va a ser imposible. Antes pediría que se unieran de nuevo Ciencia y Universidades. Creo que las universidades deben estar muy pegaditas a la ciencia. Somos los que producimos más del 70% de la producción científica española y estar separados no es bueno. 

P.- Da la sensación de que se ha diluido el papel de las universidades a pesar de tener un ministerio propio. Pocas propuestas, pocas medidas que llegan justo al final…

R.- Estamos en un Ministerio que carece de un presupuesto relevante, aunque ha tenido acciones muy buenas. La LOSU, tanto la del borrador del ministro Castells como la del ministro Subirats, era benevolente pero se ha ido estropeando a lo largo de la tramitación parlamentaria. La mayoría de los rectores estamos en contra de la LOSU. Tiene cosas buenísimas, como la estabilización de los profesores asociados que tienen una carrera académica investigadora y el intentar llegar al 1% del PIB de inversión en universidades. Pero ahora hay que dialogarlo con las comunidades autónomas, que son las que tienen que pagar. 

P.- Parece que los partidos políticos catalanes les han metido una mancha de café en una camisa blanca. 

R.- Parece ser que tienen mucho peso en el Gobierno central y tienen más poder que la Conferencia de Rectores.

 

 

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