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Sociedad

Un jubilado alega dolencias en los testículos para negar una violación en Totana (Murcia)

El varón dice también padecer sordera, poniendo en duda el relato de la víctima, que narra que mantenían conversaciones telefónicas casi a diario

Un jubilado alega dolencias en los testículos para negar una violación en Totana (Murcia)

Vehículo de Guardia Civil. | Guardia Civil

Un varón de 70 años de edad ha sido condenado a ocho meses de cárcel tras, presuntamente intentar violar a una mujer en su casa de campo de Totana (Murcia). El sujeto ha alegado en el juicio una serie de razones por las que se declara inocente, que la Audiencia Provincial de Murcia no ha dado por válidas, tal y como ha informado La Opinión de Murcia.

Toda esta historia se remonta a octubre del año 2019, cuando el acusado llevó a su casa de campo de Totana, en Murcia, a una mujer extranjera que conoció por transportarla para que ésta buscase trabajo en almacenes agrícolas. La víctima, engañada, montó en el vehículo pensando que iba a un nuevo almacén, pero el conductor manejó el coche hasta una extraña finca.

En dicho lugar, que es una propiedad suya, el varón se insinuó a la mujer, proponiéndole mantener relaciones sexuales. Sin embargo, la víctima se negó. Fue entonces cuando el sujeto hizo uso de la fuerza para empujar, agredir, y tratar de forzar a la misma, primero en el suelo y, posteriormente, en la cama.

El relato de la acusación narra: «Empujó a la mujer contra la pared, contra la que se golpeó la cabeza, cayendo al suelo sobre sus rodillas y, seguidamente, él la cogió por el pelo y la arrastró hasta una cama, al tiempo que ella lloraba y le pedía que la dejase. Acto seguido, le quitó la camiseta, rompiéndosela, y dejándola desnuda sobre la cama, desnudándose, igualmente, el acusado, que llevaba puesto un pijama, y poniéndose sobre ella, sin permitirle levantarse, pese a los intentos de ella».

A todo esto, el varón había despojado de su móvil a la víctima, con el fin de asegurarse de que no pudiera comunicarse con nadie del exterior, ni pedir ningún tipo de auxilio. Así, la resolución judicial dictamina que, una vez se encontraban en la cama, y el acusado se percató de que la mujer se encontraba menstruando, desistió en sus intentos de agresión sexual, se vistió y no existió ningún contacto entre los genitales de ambos.

Denuncia y alegato

Después de todo lo ocurrido en la vivienda, víctima y acusado se montaron de nuevo en el coche del varón, para dirigirse de vuelta a la ciudad de Totana. Cuando se separaron, la mujer no dudó en acudir a Urgencias, presentando las heridas fruto de la agresión sufrida por el hombre. Además, ese mismo día denunció todo lo sucedido en la casa de campo.

Sin embargo, el acusado se ha defendido a diestro y siniestro, desmontando el relato de la víctima con numerosas razones. En primer lugar, la mujer, en su denuncia, narró que ambos hablaban habitualmente por teléfono, algo que el sujeto niega, ya que dice «padecer sordera», que le impide mantener conversaciones fluidas telefónicamente.

Por otra parte, se defiende sobre la acusación de agresión sexual, manifestando que sufre una severa dolencia genital en los testículos, teniendo uno de los mismo inflamado, algo que le dificulta muchísimo a la hora de mantener relaciones sexuales, y por lo que dice: «Toma medicación desde hace diez años». Si bien la Audiencia Provincial de Murcia ha escuchado los alegatos del acusado, ha dictaminado como sentencia su ingreso en prisión.

De esta manera, pasará ocho meses en la cárcel, condenado como autor de un delito de agresión sexual. Además de ello, deberá indemnizar a la víctima con 240 euros en concepto de las lesiones causadas, y no podrá acercarse a la misma a una distancia menor de 300 metros.

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