¿Lavavajillas lleno? Este botón oculto aumentará su capacidad de carga en segundos

Después de una comida o una cena con muchos invitados, llega la parte menos divertida: el tetris que hay que hacer para que toda la vajilla sucia quepa dentro del lavavajillas. Lo ideal es solo necesitar un ciclo de lavado, pero esto puede llevar un buen rato, sobre todo cuando hay que meter elementos que no suelen formar parte del día a día, como las copas de cristal.

Todos los lavavajillas tienen, al menos, dos compartimentos. Hay uno superior, que suele estar destinado a los vasos de cristal, boles y utensilios más pequeños. El inferior, por otra parte, es el que iría destinado a los platos, las fuentes de cristal o las sartenes, por ejemplo. Pero entonces, ¿qué ocurre con las copas de cristal?

Esta es la forma adecuada de lavar las copas en lavavajillas

Según lo que suele ser habitual, habría que colocarlas en el compartimento superior. El problema, sin embargo, el tamaño y altura de estos utensilios puede ser un problema. El tener unas dimensiones tan grandes y altas obliga a ponerlas en el compartimento inferior. Esto no solo resta espacio a los platos y otros utensilios más voluminosos, sino que también aumenta el riesgo de que los roces o golpes rompan el frágil cristal.

Sin embargo, si no lo sabías, el lavavajillas tiene un secreto que podría ser la solución perfecta para este dilema. La mayoría de estos electrodomésticos incluye un botón situado en el lateral del compartimento superior. Este está pensado, precisamente, para no quedarse sin hueco. Al pulsarlo lo que hace es que este compartimento descienda unos centímetros; de esta forma, el espacio entre el techo del lavavajillas y el compartimento será mayor y las copas cabrán ahí sin ningún problema.

Conseguir un cristal reluciente usando el lavavajillas

A pesar de que el lavavajillas siempre ahorra tiempo de lavado, la cristalería suele ser la causante de más de un dolor de cabeza. Sobre todo cuando empieza a ponerse más opaca y, por más que se lave, parece sucia. Por eso, ahora que el truco mencionado permitirá colocar los elementos de forma correcta, estos son algunos consejos para conseguir que la vajilla salga como nueva después de lavarla.

Abrir el lavavajillas cuando acabe

Hay muchas personas que olvidan por completo el lavavajillas y dejan que pase mucho tiempo antes de abrirlo, pero es mejor hacer todo lo contrario. Lo recomendable es abrir la puerta del electrodoméstico justo cuando acabe el lavado, para que salga el vapor. De esta forma, no solo ayudará a que la máquina ventile sino que también hará que los utensilios se sequen más rápido, evitando precisamente esas marcas de agua en la cristalería. Además, dejar el lavavajillas cerrado mucho tiempo también puede llevar a que proliferen algunas bacterias.

No amontonar los utensilios

Es normal que, cuando hay muchas cosas, se sobrecargue el electrodoméstico, apilándolo todo para ganar espacio. Esto lo que va a provocar es que la suciedad no desaparezca del todo, ya que va a tener que lavar demasiados utensilios y, si alguno de ellos tiene suciedad incrustada, lo más probable es que le cueste mucho más eliminarla. Es mejor no querer correr y poner solo una tanda para gastar menos, cuando claramente no cabe, ya que probablemente el resultado no sea bueno y haya que volver a lavarlo todo de nuevo.

Lavar a baja temperatura

Hay algunos lavavajillas que incluyen un programa delicado o uno especial para cristalería. En esos casos, lo mejor es seleccionarlo. Para aquellos que no lo tienen, lo mejor es intentar usar programas a baja temperatura, entre unos 40º y 50º, concretamente, ya que esta deteriora menos el cristal. Además, también es bueno poner un poco más de cantidad de abrillantador para que haga mejor efecto.