Cierran la frontera entre los dos estados más poblados de Australia por un rebrote en Melbourne
Los estados australianos de Victoria y Nueva Gales del Sur, los más poblados del país, cerrarán sus fronteras debido a un rebrote de coronavirus en la ciudad de Melbourne.
Lo más importante: hasta el momento las autoridades habían rechazado esta medida, pues la población conjunta de los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur es de 13,9 millones, lo que supone más del 50% del total de Australia, y el aislamiento podría desencadenar graves consecuencias económicas para el país oceánico. Este bloqueo entre fronteras llevaba sin darse desde hacía 100 años, cuando estos estados tuvieron que confinarse por la pandemia de gripe española de 1919.
El cierre de la frontera común, que fue la única que permaneció abierta durante el peor momento de la crisis de la COVID-19 [contexto id=»460724″] en Australia ha sido anunciado después de que se registraran un total de 127 infecciones, la mayor cifra diaria desde el inicio de la pandemia, además de la muerte de una persona nonagenaria.
La medida ha sido acordada en una llamada telefónica entre el jefe del Ejecutivo de Victoria, Daniel Andrews, el primer ministro australiano, Scott Morrison, y la jefa del Ejecutivo de Nueva Gales del Sur (NSW en inglés), Gladys Berijiklian. La vigilancia de la frontera, que se extiende en el interior a lo largo de 4.635 kilómetros, estará a cargo del NSW para «evitar drenar recursos que están comprometidos en luchar contra el virus en nuestro estado», ha precisado Andrews al referirse este cierre limítrofe.
Las autoridades australianas emitirán permisos especiales para las personas que necesariamente tienen que cruzar esta frontera para trabajar, especialmente en aquellos trabajos que sean esenciales. Además, se ha pedido la ayuda militar para realizar estas labores al disponer de «cuatro cruces principales de carreteras, 33 puentes, dos pasos acuáticos y una gran cantidad de pequeñas carreteras», ha declarado en una rueda de prensa en Sídney el comisionado de la Policía de NSW, Nick Fuller.
El rebrote de coronavirus en Melbourne, que registra casi la totalidad de las infecciones diarias en Australia, ha puesto en riesgo la estrategia del país oceánico para volver a la completa normalidad, con más de 8.500 casos y 105 decesos.