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Cultura

31 maneras de mirar el arte

THE OBJECTIVE habla con el que fue director de Arte de la BBC, Will Gompertz, con motivo de su libro ‘Mira lo que te pierdes. El mundo visto a través del arte’

31 maneras de mirar el arte

Cuadro de la pintora portuguesa Paula Rego. | Wikimedia Commons

¿Es usted una de esas personas que ante un cuadro de Jackson Pollock suelta un comentario del tipo: «Esto lo hace mi hijo de tres años?» ¿Una de esas personas que ante Fuente (el famoso urinario) de Marcel Duchamp se indigna y se queja de que «es una tomadura de pelo?» Bien, pues si quiere descubrir por qué su hijo de tres años no es Jackson Pollock y por qué el maldito urinario de Duchamp es una de las obras de arte más importantes del siglo XX, Will Gompertz (Ashford, 1965) es su hombre. 

Hemos conversado con él a propósito de la aparición de su último libro: Mira lo que te pierdes. El mundo visto a través del arte (Taurus, 2023) y empezamos por preguntarle sobre los prejuicios que mucha gente tiene ante el arte contemporáneo: «Conozco muy bien esa reacción. La entiendo. Hay arte contemporáneo que es malísimo. Pero también lo hay muy interesante y nuestra vida será más estimulante si le damos una oportunidad. Mi consejo es confiar en los comisarios de exposiciones, en los grandes museos y las galerías. Saben lo que hacen, han visto mucho arte y si han elegido exhibir determinada obra es porque es interesante, aunque de entrada pueda parecer absurda. Hay que abrir la mente para descubrir cosas nuevas». 

Portada del libro

Gompertz, que tiene un aire de hermano pequeño del profesor chiflado de Regreso al futuro, lleva mucho tiempo vinculado al mundo del arte. Trabajó siete años como director de comunicación de la Tate Gallery y once en la BBC como redactor especializado en el tema. Recientemente ha dado el salto a la organización de exposiciones y es director artístico del Barbican Center de Londres. Su primer libro, ¿Qué estás mirando? (Taurus, 2013), es una de las mejores síntesis sobre las vanguardias que he leído en mi vida: clara, inteligente, divertida, provocadora, nada sesuda y sin prejuicios ni verborrea académica. Después publicó Piensa como un artista (Taurus, 2015), un libro más breve sobre la creatividad y ahora regresa con Mira lo que te pierdes, en el que recorre la obra de 31 pintores y escultores para explicar qué es lo que hace diferente e interesante la mirada del artista. 

Sobre las particularidades de esta mirada comenta: «Vemos lo que queremos ver, porque la sociedad nos ha enseñado a mirar de determinada manera. Lo que busco con este libro es que cuestionemos y desafiemos nuestro modo de mirar el mundo para verlo todo de un modo desprejuiciado, nuevo. Eso significa reprogramar nuestra mente para ser capaces de disfrutar de la belleza de lo cotidiano; los árboles, la gente y los lugares en los que ni nos fijamos porque nos son tan familiares que nos hemos acostumbrado a su presencia. Dar este paso significa cuestionarse verdades asumidas y mirar lo que nos rodea con otros ojos». 

Will Gompertz. | Foto cedida por el autor

Mira lo que te pierdes no se organiza siguiendo un orden cronológico y aborda tanto artistas contemporáneos como grandes figuras clásicas. El autor analiza qué tiene de singular la mirada de cada uno de los artistas elegidos. Lo que observan y exploran con sus pinceles puede pertenecer tanto al mundo exterior como al interior, a lo corpóreo o lo espiritual, al ámbito de lo real o de lo imaginario, a lo concreto o lo abstracto. Así, por ejemplo, Edward Hopper nos habla, a través de sus paisajes, interiores y retratos, de la soledad del hombre contemporáneo y el aislamiento del individuo. En cambio, el gran pintor del siglo XVIII Jean-Baptiste-Siméon Chardin nos descubre la belleza de lo cotidiano, la emoción contenida en los objetos y situaciones más nimios y cotidianos, desde un modesto bodegón con fresas a un niño haciendo pompas de jabón. Por su parte, Rembrandt, con sus retratos y autorretratos, es capaz de penetrar en el alma humana y desvelarnos cómo es una persona más allá de su apariencia externa, algo que también sabía hacer Alice Neel, una de las grandes retratistas contemporáneas, que tardó en ser comprendida y reconocida. 

Esta capacidad de ver el interior es la que ponen en juego con tintes autobiográficos artistas como Frida Kahlo, que explora en sus autorretratos las múltiples formas del dolor que sufrió (el físico por sus dolencias, pero también el psíquico por los abandonos de Diego Rivera). La portuguesa Paula Rego, que vivió buena parte de su vida en Londres, explora en sus cuadros, siempre veladamente íntimos, los desgarros de su existencia. En el caso de la japonesa Yayoi Kusama su arte visionario es terapéutico y le sirve para tratar de ahuyentar sus angustias, desde su obsesión por los topos y las formas fálicas hasta sus impresionantes instalaciones con espejos llamadas Infinite Mirror Rooms (varias de las cuales pueden verse actualmente en la Tate Modern, que ya dedicó una imponente exposición de la artista en 2012).  Kusama es un caso particular, porque toda su vida arrastró problemas psiquiátricos y un día decidió ingresar voluntariamente en un sanatorio mental, del que sale para trabajar y al que vuelve para dormir. 

Otros, como Kandinski, Hilda af Klint, Cy Twombly con sus garabatos, James Turrell con sus esculturas de luz o la delicada Agnes Martin, buscan en las formas abstractas la belleza pura o la espiritualidad, como lo hizo en el siglo XV Fra Angelico con sus frescos de las celdas del convento de San Marcos en Florencia. Otros, como Jean Dubuffet, optaron por buscar la belleza en la fealdad, en lo grotesco. Cada artista es un explorador que nos abre un mundo, que nos enseña a mirar de un modo diferente. 

El libro ‘Mira lo que te pierdes. El mundo visto a través del arte’

Sin embargo, hoy el mundo del arte está sacudido por polémicas sobre la dudosa calidad humana de ciertos artistas, como se ha puesto de manifiesto en el centenario de Picasso ¿Hay que separar al artista de la persona?, le preguntamos a Gompertz. «La respuesta es sí y no, pero esto solo se convierte en una pregunta relevante cuando hablamos de un gran artista como Picasso, porque cualquier artista menos dotado queda olvidado rápidamente. Sospecho que hay muy pocas personas, incluidos los artistas, que tengan una vida inmaculada, y este es un dato a tener en cuenta cuando nos enfrentamos a este asunto». 

Otro tema controvertido es el de la especulación en el mundo del arte, con subastas en las que se pagan cantidades astronómicas.  ¿Son realistas las cifras que se manejan?  Gompertz considera que «los precios que se están pagando en la actualidad son una locura. Los especuladores se van a llevar una desagradable sorpresa cuando descubran que buena parte de lo que han comprado a precios exorbitados en realidad no vale nada». Para terminar, le preguntamos cómo debería ser un museo hoy en día, cuál es su función en la democratización del arte. Gompertz lo tiene claro: «Un espacio para las ideas, un santuario, un lugar de inspiración, y también un sitio en el que poder disfrutar de un excelente brownie de chocolate».

Mira lo que te pierdes. El mundo visto a través del arte
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