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Economía

España lidera el aumento de bancarrotas de empresas en la UE con Sánchez en la Moncloa

Al cierre de 2022, nuestro país llegó a las 9.606 declaraciones de quiebra, lo que supuso un crecimiento del 63,7%, triplicando la media de la eurozona

España lidera el aumento de bancarrotas de empresas en la UE con Sánchez en la Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la última sesión de control al Gobierno en el Senado. | Fernando Sánchez (Europa Press)

España es el país en el que más ha aumentado el número de declaraciones de empresas en bancarrota de toda la Unión Europea en los últimos cuatro años, una fecha que coincide con el desembarco de Pedro Sánchez a La Moncloa en verano de 2018. Las cifras oficiales de Eurostat cribadas por THE OBJECTIVE reflejan que en este periodo se han declarado en quiebra 23.076 empresas, el mayor aumento en términos absolutos respecto de sus pares europeos y en momentos en los que casi todos los países redujeron sus concursos de acreedores.

Los datos de Eurostat indican que en 2018 -con Rajoy en La Moncloa hasta junio- se registraron en España 3.632 declaraciones de quiebra, mientras al cierre de 2022 se llegó a las 9.606, lo que supuso un crecimiento del 164% entre estos cuatro años, un desempeño inédito para cualquiera de los socios comunitarios que aportan cifras y convirtiendo a nuestro país en un caso inédito entre sus pares.

En este mismo periodo, Francia redujo un 23% sus quiebras, Italia un 32% y Portugal con un 32%. Alemania no presenta datos actualizados a 2022, pero hasta 2021 las había reducido un 28%. En términos totales, Dinamarca con una alza del 18% en las quiebras empresariales y Bulgaria, con un crecimiento del 12%, fueron los únicos países junto a España en los que se ha experimentado un crecimiento.

Líderes en bancarrotas

Durante los últimos cuatro años y desde cualquier parámetro, nuestro país es donde más han crecido las declaraciones de quiebra o concursos de acreedores. Si consideramos el año 2019 -antes de la llegada de la pandemia-, nuestro país fue el único que aumentó las bancarrotas, con un crecimiento del 144% en tres años. En estas fechas Francia las redujo un 19%, Italia un 36% y Portugal un 26%.

El impacto de estas declaraciones en España y en Europa estuvo acotado por la moratoria puesta en marcha en gran parte del continente y que evitaba que las empresas declarasen el concurso de acreedores. Una manera de mantener vivas empresas que excepcionalmente se viesen afectadas por el impacto del coronavirus. De esta manera, la mayoría de los países del continente redujeron su número de quiebras en comparación al año 2019, aunque nuestro país -con un retroceso del 7,3%- fue el que tuvo una tasa más discreta frente a la media del 23,1% de la Unión Europea y del 24,8% de la eurozona.

Sin embargo, tras el fin de las moratorias en todo el continente y la caída definitiva de miles de empresas zombies, la UE comenzó a aumentar las quiebras y con España liderando las declaraciones de bancarrota. A partir de 2021 se registraron 5.870, un 60,4% más que las 3.658 de 2020 (y muy por encima de las 3.942 de 2019). En ese mismo año el crecimiento de la Unión Europea fue del 5,2% y de la eurozona del 6,6%. Solo se nos acercaron Chipre con un 78,6%, Dinamarca con un 55%, Croacia con un 30,8% y Rumanía con un 29,8%.

Empresas 'zombies'

Del mismo modo, en 2022 el desempeño ha sido igual de negativo para España. Este año se registraron 9.606 de peticiones de bancarrotas, un crecimiento del 63,7% respecto de los datos ya elevados del año anterior. Solo nos superó Hungría con un crecimiento del 85% y superamos a Francia con un 51,3%, Bélgica con un 42,2% y Lituania con un 40,7%. En términos generales, la Unión Europea registró el mayor número de su historia con 123.355 declaraciones, aunque este dato representó un crecimiento del 16,5% y del 21,5% en la eurozona, muy por debajo de las cifras españolas.

La explicación a este aumento de las peticiones de quiebra en Europa la encontramos en los efectos de la elevada inflación provocada por la crisis energética, que ha disparado los insumos de las empresas; y el endurecimiento de las condiciones del crédito que ha disparado el coste de financiación con unos tipos de interés en sus niveles más elevados en décadas. Muchas empresas, en especial pequeñas y medianas se han visto empujadas a declarar el concurso al considerar que ya no podían ser viables.

Los expertos reconocen que hay un evidente impacto de cierre de empresas zombies sostenidas artificialmente durante la pandemia y que han caído tras el fin de las moratorias y los estímulos covid, pero también creen que en los últimos meses las subidas de precios y las condiciones financieras han hecho más difícil la supervivencia de muchas empresas que no logran adaptarse a la nueva realidad económica.

Ley Concursal

En el caso español hubo un aumento particularmente intenso en las solicitudes de quiebra en la segunda parte del año después de que comenzaran a hacerse efectivos los cambios en la Ley Concursal, que buscaba facilitara las empresas la reestructuración de su deuda, lo que provocó un aumento en estas presentaciones judiciales. El objetivo de la normativa es evitar que los procesos se eternicen en los tribunales y que se salven realmente las empresas que lo necesitan, lo que ha hecho que muchas quiebras se hayan producido con mayor rapidez.

Sin embargo, en el trasfondo se encuentran una serie de compañías que no han soportado las sucesivas crisis y que han optado por bajar la persiana ante la falta de ayudas y la burocracia para acceder a los programas de apoyo a las empresas impulsados desde el Ejecutivo.

El grueso de estas quiebras no se producen en grandes compañías con millonarias facturaciones, sino que en pequeñas y medianas que representan el 99,8% del tejido empresarial español, generan el 64,5% del empleo y son responsables de la mitad de las exportaciones e importaciones de nuestro país.

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