Red Eléctrica ordena parar fábricas para evitar apagones tras un fallo en la central de Ascó

Red Eléctrica ordenó el pasado lunes por la noche la parada de la actividad de algunas industrias del país tras una parada no programada en la central nuclear de Ascó (en Tarragona). De esta forma, se activó por primera vez un mecanismo del Real Decreto-ley 17/2022 (aprobado en septiembre de 2022) sobre medidas urgentes en el ámbito de la energía y conocido con el nombre de ‘servicio de respuesta activa de la demanda‘, diseñado para hacer frente a las situaciones de escasez de energía.

La parada de la central de Ascó empujo al operador del sistema eléctrico a conseguir más megavatios. De esta forma, en las últimas horas, entre las diez de la noche y la una de la madrugada, la industria dejó de consumir para poder garantizar el suministro, comentan fuentes del sector a THE OBJECTIVE. Este mecanismo comenzó a funcionar el 1 de noviembre del pasado año y puede tener cada vez mayor relevancia sobre todo en un contexto impredecible con el despliegue de energías renovables y el fin de la energía nuclear.

Red Eléctrica, con un preaviso de 15 minutos, activó este servicio de emergencia y pidió la interrupción de la actividad de las industrias durante unas horas. La central nuclear de Ascó tuvo un deslastre de carga el pasado lunes, por lo que dejó de aportar energía a la red. Esa incidencia durante el día se pudo cubrir porque había eólica y fotovoltaica funcionando. Sin embargo, durante la noche, con el fin de la producción de la primera y la reducción de generación de la segunda, surgió el problema. No obstante, los técnicos del operador del sistema movieron sus fichas rápido y decidieron obligar a los industriales a no consumir durante unas horas.

Hace un año, el operador del sistema -que veía con preocupación que le podía faltar energía para asegurar el suministro- hizo una llamada a los consumidores industriales para que pudieran, bajo determinadas condiciones, reducir su consumo. Esto se materializó en el mecanismo activado hace dos días. Este comenzó tras una subasta que tuvo lugar en el mes de octubre y donde participaron aquellas industrias interesadas.

Hubo 16 participantes, con instalaciones de consumo igual o superior a un megavatio, y se repartieron 500 megavatios, que serían retribuidos con 69,97 euros/Mw y hora por su disponibilidad para reducir su demanda en momentos puntuales durante un máximo de tres horas consecutivas al día. Ahora está previsto que se vuelva a repetir esta subasta en el mes de octubre, pero se dará servicio esta vez del 1 de noviembre al 31 de diciembre de 2024.

Este instrumento para aquellas industrias que pueden modular su carga de trabajo es atractivo porque le supone ingresos adicionales a su actividad. Como la parada dura entre dos o tres horas, permite a la fábrica volver a arrancar sin tener unas pérdidas graves o una probabilidad de avería en las instalaciones. El mecanismo lo cobra la industria, por un lado, de forma fija que se recibe cada mes y que depende de la cantidad de megavatios logrados en la subasta.

Así, una planta cobra si cumple una serie de ‘pruebas’ o ‘hitos’ diarios, donde se le pide a la planta industrial que demuestre su disponibilidad para interrumpir la actividad en caso de que se active el mecanismo. Por otro lado, la parte variable se da cuando se necesita de verdad el servicio de interrumpibilidad y se cobra a través de los precios de los mercados terciarios (que es lo que piden las generadoras por incrementar su producción a determinadas horas). En caso de incumplir, son penalizadas.

A la subasta se presentaron las comercializadoras en representación de las industrias, que reciben un beneficio que depende del contrato de cada industria con esta. Sin embargo, al final quien tiene que reducir el consumo es cada industria. Fuentes industriales comentan que «es positivo ver que el consumidor industrial puede aportar a España al sistema servicios para asegurar el suministro ya que abre un camino de viabilidad en la contribución de la demanda industrial a la correcta gestión del sistema».

Fuentes técnicas relatan el funcionamiento de Red Eléctrica en este tipo de casos. «Cuando ven que tienen un problema de oferta que no pueden resolver, lo que hacen es activar la desconexión de la demanda. Se lo comunica a los adjudicatarios del servicio que están cobrando y estos lo que hacen es parar. Es un perjuicio compensado».

Las mismas fuentes afirman que el sistema debe estar en equilibrio. Los técnicos de Red Eléctrica observan estas incidencias cuando las frecuencias (el número de vueltas que dan los electrones por segundo) de la red empiezan a subir (cuando hay más oferta que demanda de energía) o bajar (en el caso contrario), por encima de las 50 vueltas por segundo que se dan en España.