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Por qué fumar es malo por más que inventen lo contrario

«Me relaja», «no es una droga», «fumo de liar» o «solo de vez en cuando», son algunos de los argumentos que se esgrimen para justificar el hábito del tabaco

Por qué fumar es malo por más que inventen lo contrario

Más de 50.000 personas mueren cada año en España a consecuencia del tabaco, que acaba matando a la mitad de los que fuman, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Que fumar es malo es evidente con evidencias y el fumador que no quiera asimilarlo, que lo compruebe, que se proponga vivir sin tabaco a ver si es lo mismo. Pero no, hay adictos al tabaco que se aferran a excusas incluso arraigadas para justificar el hecho de fumar, con argumentos que podrían convencer a los más predispuestos pero que son más falsos que una moneda de tres euros. Por más que quieran convencerse y convencer, no hay nada que justifique que fumar es fantástico y no repercute en la salud. Tu cuerpo no necesita en absoluto que lo llenes de humo y hacerlo tiene consecuencias.

Por eso lo ponen en los paquetes de tabaco con diferentes frases e imágenes. Fumar es la ruina para tu salud y para tu economía, y eso que no vives en Francia, donde el tabaco causa el mismo daño pero cuesta más del doble que en España, y no digamos en Irlanda, donde respirar humo es una práctica que sale por unos 12 euros el paquete de rubio americano, siete más que en España. Fumar es quemar tu dinero y tu salud y tú eres tontísimo por apuntarte a esa práctica de aspirar humo. Suena rotundo, pero aunque pusiesen esa frase literal en las cajetillas no renunciarían al hábito millones de personas.

«No es tan malo»

Igual que en los años 60 y 70 la sociedad asumía sin problemas que fumar era como tomarse un caramelo, y lo hacía el médico en la consulta e incluso te ofrecía un cigarrillo aunque fueras a revisar tus pulmones, hay quienes quieren seguir fumando tranquilos y se permiten el lujo siempre absurdo de tratar de justificar que inhalar el humo del tabaco «no es tan malo» como la mayoría de la gente piensa. Porque no hay como convencerse de que algo malo no lo es tanto o que hay cosas peores para seguir en ello e incluso publicitar lo placentero que resulta.

Por esa razón y algunas otras, el Ministerio de Sanidad del mismo Gobierno de España que gestiona impuestos por la distribución legal de tabaco, como todos, ofrece unas pautas para dejar de fumar si realmente quieres y alerta de esos falsos mitos sobre fumar y el tabaco, algunos muy consolidados. En su ‘defensa’ el ministerio asegura que «lo recaudado no es suficiente para cubrir todos los costes directos del tabaco (atención sanitaria de las enfermedades atribuibles al tabaquismo), sin contar además con los gastos indirectos (laborables, limpieza, incendios, etc.) que asume en parte también el sector privado».

Sí es una droga, no relaja y el de liar es igual de nocivo

Si algo es malo, busca algo peor y será menos malo; como la contaminación. Esta idea no tiene en cuenta la suma de la contaminación y tabaco y, en todo caso, fumar es la primera causa de muerte evitable y un fumador tiene 20 veces más probabilidades de desarrollar cáncer. Son argumentos poderosos. «El tabaco cumple todas las características de droga, ya que provoca adicción física y psicológica, y su retirada produce síndrome de abstinencia», además de que fumar no relaja, estresa porque la nicotina es un estimulante. La falta de nicotina genera ansiedad y solo se calma momentáneamente fumando. La desconocida evidencia de los fumadores arraigados es que al dejar el tabaco se elimina la ansiedad. Sanidad lo traduce, no sin razón, en que «tu vida será equilibrada y no tendrás que depender de las pausas para fumar; serás más libre».

En cuanto a la falsa idea de que el tabaco de liar es menos nocivo que los cigarrillos empaquetados, en realidad el tabaco en bolsa «contiene la misma o mayor cantidad de sustancias tóxicas que los cigarrillos tradicionales», según queda patente en varios estudios que «han encontrado mayores niveles de monóxido de carbono espirado en los fumadores de tabaco de liar», que también se relaciona «con la frecuencia e intensidad de las caladas». No parece haber diferencias sustanciales en los patrones de consumo y adicción en ambos casos. Eso sí, «los fumadores de tabaco de liar tienen la percepción de que podrían dejar de fumar fácilmente», y se ha apreciado en ellos «menor intención de abandono y número de intentos» que entre los compradores de paquetes de tabaco.

«De algo hay que morir» y otros tópicos

Si «de algo hay que morir», no fumando eliminas una opción. Fumar no sólo reduce años de vida, provoca la muerte de hasta la mitad de los fumadores y antes empeora en gran medida su calidad de vida, puesto que el tabaco está asociado a distintas enfermedades y discapacidades. La misma escasa consistencia tiene el «puedo dejarlo cuando quiera». El tabaco afecta y genera dependencia física y psicológica. «Si puedes dejarlo cuando quieras, no lo dudes, el mejor momento es ahora», dice Sanidad.

En cuanto a los que se rinden de antemano porque no tienen «fuerza de voluntad para afrontar el reto» de dejar de fumar, esa falta de fuerza de voluntad se puede trabajar si existe motivación. Además, una vez decidido, el éxito no dependerá solo de la voluntad de quien se propone abandonar para siempre el tabaco, ya que dispondrá de herramientas y personas que puedan ayudarle. Tener el tabaco cuanto más lejos mejor también ayuda. Hay quienes logran dejarlo por un tiempo y luego recaen por cualquier circunstancia, por «exceso de autoconfianza»; y volver a empezar puede resultar más duro que de inicio.

Nunca es tarde

Fumar tampoco «ayuda a controlar el peso». Para eso lo mejor es una dieta saludable combinada con actividad física. Puede que al dejar de fumar se tienda a comer más y eso tenga consecuencias en la báscula, pero a cambio evitarás una dependencia absurda que provoca toses, fatigas, enfermedades varias, malos olores, tirar el dinero y a última hora la muerte.

«Nunca es tarde para dejar de fumar», aunque algunos lleven fumando 30 o 40 años y se hayan dado por vencidos hasta el punto de ni planteárselo. Sanidad dice que «las investigaciones han demostrado que, tengas 18 u 80 años, y por mucho que lleves fumando, puedes disfrutar de beneficios». Entre ellos menciona que «te sentirás más saludable pero también tendrás mejor aspecto y olerás mejor», «mejorarás tu calidad de vida», «tendrás más energía y estarás más activo», «se reducirá el riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaquismo y las complicaciones si tienes alguna», «cualquier medicación que tomes será más efectiva» y «ahorrarás».

Solo fumo porros y además el humo no es malo

La frase «solo fumo porros» quizás trata de atenuar la dependencia del tabaco en el caso de la marihuana, aunque si se trata de hachís igualmente se hace uso del tabaco. La mezcla de tabaco y estas drogas potencia la adicción a la nicotina junto con el tetrahidrocannabinol, componente del cannabis. «El consumo de cannabis, mezclado o sólo, implica importantes riesgos para la salud», ya que «genera tolerancia y cada vez es necesaria mayor dosis, afecta al aparato respiratorio (bronquitis, laringitis, asma), al balance hormonal y a la reproducción, también se asocia a trastornos psicológicos y psiquiátricos, etc».

«El humo no es malo, lo malo es fumar», es una creencia popular que resume en una frase lo que tienen que sufrir algunos de esos denominados fumadores pasivos, los que se tragan el humo de los que le rodean, niños en demasiadas ocasiones. Como justificar el fumar en casa o en el coche si se está solo, cuando «el humo de segunda mano permanece mucho más tiempo de lo que dura el cigarrillo». Este «humo de segunda mano» permanece en un lugar cerrado durante bastante tiempo y «sus agentes tóxicos quedarán impregnados en alfombras, cortinas, ropa y demás accesorios del hogar». Además se difunde de una habitación a otra «incluso si la puerta está cerrada» y abrir las ventanas o usar ventiladores, además de hacer fluir el humo y favorecer que llegue a otras zonas, tampoco suele resultar muy efectivo para eliminar el pestuzo a tabaco. Lo cierto es que fumar no aporta nada bueno, por más que quiera justificarse, y la mejor manera de comprobarlo es dejar de depender del tabaco.

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