Antonio Garrigues: «La democracia consiste en convivir en desacuerdo»

PP y PSOE se entenderán muy pronto. Antonio Garrigues, de 88 años, no tiene dudas. Pocas voces tan autorizadas como la suya, que lleva más de seis décadas dedicado al Derecho. También ha pasado por la política, aunque de puntillas. El presidente de honor de uno de los principales despachos de abogados de nuestro país asegura que el diálogo entre los grandes partidos «está floreciendo» y que concluirá en fumata blanca. «La democracia consiste en convivir en desacuerdo», ha asegurado. En su opinión, el acuerdo incluirá un intercambio de nombres para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Garrigues ha intervenido este miércoles en el foro organizado por Nueva Economía en el Hotel Ritz. Durante 45 minutos ha disertado sobre numerosos temas de actualidad, aunque con la situación del Poder Judicial como telón de fondo. Considera «una indecencia» que no se haya renovado el CGPJ en estos cuatro años, aunque es optimista. «No acepto que en España tengamos un derecho radical al pesimismo», ha insistido ante diferentes personalidades del mundo político y empresarial.

El prestigioso jurista cree que PP y PSOE llegarán a un acuerdo muy pronto. Reconoce que ha hablado del caso del Poder Judicial con los actores involucrados, pero solo para expresar su opinión. «No hay vía Garrigues», ha reconocido rechazando que se vaya a elegir a un jurista que no pertenezca al Supremo.

El diálogo como clave

El protagonista del foro ha disipado así las dudas sobre su mediación en la solución planteada por algunos sectores para encontrar un nuevo presidente de consenso del CGPJ que no pertenezca al Tribunal Supremo, mantenga una imagen de independencia e imparcialidad y no tenga una marcada afinidad política. Garrigues ha rehusado dar nombres.

«De lo que tienen que darse cuenta los líderes políticos es de que la ciudadanía siente tranquilidad cuando ve un comportamiento civilizado. Acepta que haya diferencias, pero lo que más valora es el acuerdo y el consenso. El diálogo es una clave básica de la vida». En su opinión, antes había un liderazgo más dogmático, pero ahora es compartido, lo que «genera tensiones». Garrigues sostiene que en nuestro país las cosas funcionan relativamente bien, también la clase dirigente: «Lo preocupante sería que no se pelearan los políticos».

El presidente de honor del despacho de abogados que fundaron sus padre y su tío en los años 40 afirma que en España existen los conflictos políticos habituales. «Lo que vimos ayer (en el Senado) demuestra hasta qué punto se puede hacer un debate político civilizado. Tenemos una buena oposición y un Gobierno con una experiencia importante. Tenemos que estar contentos». A pesar de ello, no ha querido valorar el papel de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Ha rechazo que sea necesario hacer pactos como los de La Moncloa, que pertenecen a la Transición, un periodo que ha elogiado. «Ahora me aterrarían esos pactos».

Garrigues ha mostrado una mente preclara a pesar de su edad. Ha reconocido que no le preocupan los partidos nacionalistas. «Forman parte de la evolución política natural. Se están templando. No veo muchos riesgos con el independentismo en el futuro». Así de contundente se ha mostrado ante la pregunta de Rafael Anson, presidente de honor de la Academia Internacional de Gastronomía, que le ha interpelado sobre cómo ve un regreso al bipartidismo. «El bipartidismo sigue funcionando bastante bien», ha respondido sin ambages.

El jurista está más preocupado por la crisis económica que se vislumbra, y de la que ya han advertido los principales organismos internacionales. «Vamos a vivir una seria. La solidaridad es vital. Es un valor que la gente olvida». Garrigues considera que el ejemplo francés, donde se viven estos días encarnizadas protestas, debería preocupar en Europa, porque el país galo es el espejo del continente. Como solución propone más Europa. «Ha funcionado bien cuando ha funcionado el eje franco-alemán. Merkel ha sido una salvación».

Apuesta por mejorar las relaciones diplomáticas con los países latinoamericanos, China y EEUU. Considera vital mejorar los vínculos con México y convencer a Joe Biden de que España «puede ser un gran colaborador por nuestra relación con América Latina y los países africanos». El jurista ha hecho un llamamiento para mejorar las inversiones en el gigante asiático, donde cree que comienza a existir un cierto grado de libertad económica, algo que «incide en las demás libertades». No obstante, reclama a la comunidad internacional que ayude a China a ser un país «civilizado y colaborador».

La invasión de Ucrania

No ha faltado el recurrente debate sobre Ucrania. Garrigues piensa que la invasión no favorece los intereses de Rusia, que ofrece una imagen negativa. «Va a perder y eso es bueno porque va a llevar a la destrucción de Putin». Eso sí, pide más partido a los españoles y a EEUU, de la que reconoce que no le gusta involucrarse en temas ajenos. Tampoco a él, aunque no ha regateado el debate de la reforma constitucional, para la que pide el mayor consenso, y de la monarquía, «un sistema político asentado en Europa». A pesar de ello, no descarta una futura república: «Nadie puede negarlo en términos de realismo político».

Garrigues ha destacado la incorporación de la mujer a todos los sectores de la vida en España, aunque lamenta que aún no se haya alcanzad0 la igualdad efectiva. «Hace unos años la mujer no contaba y ahora hay quien no cuenta con ella». Reconoce que la pandemia ha marcado un antes y un después en los comportamiento sociales y destaca que en el mundo del Derecho «no hay nada inmóvil». El prestigioso jurista afirma que se están creando nuevos derechos. Uno de ellos es el de no ser engañados.

Un referente del Derecho

«Deberíamos vertebrarlo jurídicamente. Si alguien da una noticia falsa y genera daños, incluidos morales, habrá que tomar cartas en el asunto», insiste Garrigues. Reconoce el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad, aunque lamenta que el sistema educativo no se haya adaptado. «Los jóvenes usan móviles, pero no en su formación. El profesorado no se está adaptando a una sociedad dominada por la tecnología. Cuanto más tarde, peor».

El prestigioso abogado comenzó su labor profesional en 1954. Es un referente del Derecho, aunque lo único que considera que se le ha dado bien en la vida ha sido jugar al fútbol. Su padre le prohibió fichar por el Atlético de Madrid, club del que es seguidor. En su lugar heredó un pequeño despacho con cinco abogados. Cuando abandonó el cargo de presidente en 2014, lo había convertido en el mayor bufete español por facturación y número de empleados, más de 2.000. Un auténtico golazo.