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Una presa da una paliza a una funcionaria por no dejarle un mechero en una cárcel de Madrid

La trabajadora le explicó que no podía llevar el objeto al interior de la celda y, acto seguido, la interna, con problemas mentales, le propinó puñetazos y patadas

Una presa da una paliza a una funcionaria por no dejarle un mechero en una cárcel de Madrid

El módulo de Enfermería, en la prisión de Alcalá-Meco. | TO

Fuertes dolores musculares, lesiones en la zona dorsal y un shock del que todavía no ha podido reponerse. Es el balance médico de una funcionaria de prisiones que hace unos días sufrió una brutal paliza a manos de una presa, con graves problemas de salud mental, tras negarle portar un mechero cuando se dirigía a su celda, en el centro penitenciario de Álcala-Meco (Madrid), según revelan fuentes penitenciarias a THE OBJECTIVE

Los hechos ocurrieron en el patio de enfermería de la prisión madrileña. Sobre las 20 horas, un grupo de presas abandonaba este recinto en dirección a sus celdas, tras haber estado fumando allí, cuando una de las internas insistió en que quería llevarse el mechero a su cuarto. Se trata de algo prohibido en las instalaciones penitenciarias, ya que los funcionarios custodian el tabaco y el fuego de los presos que cumplen pena en el módulo de enfermería.

La trabajadora intentó, sin éxito, explicarle la razón. Acto seguido, la interna se le abalanzó y la agarró de las muñecas con gran fuerza. La zarandeó y le advirtió: «No te quiero hacer daño, pero te voy a hacer daño, te voy a hacer mucho daño». La funcionaria comenzó a gritar y una médico, que estaba en una zona próxima, salió a socorrerla. Un auxilio que, sin embargo, en pleno brote psicótico de la reclusa, sostienen las fuentes consultadas, enervó aún más a la reclusa.

Cuando la facultativa apareció, la presa soltó a la empleada penitenciaria y comenzó a propinarle puñetazos y golpes de manera continuada. Poco después, entre la médico y la agredida pudieron finalmente inmovilizarla y pedir ayuda a través de un walkie talkie a la jefatura de servicios, que recondujo la situación y administró un calmante a la interna para que se tranquilizase. La funcionaria, que permanece de baja médica, tuvo que trasladarse de urgencia al hospital. Padecía importantes dolores musculares y lesiones en la espalda.

Una semana en prisión

Las fuentes penitenciarias consultadas por este periódico advierten de que desde que la interna ingresó en prisión hace una semana, procedente de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón, había protagonizado varios episodios violentos en el centro hasta que llegó a las manos con la funcionaria. La misma mañana en la que fue agredida, la propia trabajadora ya advirtió de que la presa le había dicho que «un hombre no paraba de hablarle y que tenía que agarrar a un funcionario del cuello y darle unas buenas hostias». 

Días antes también había agredido a una de las internas de apoyo. Sin embargo, denuncia la asociación Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), la presa siguió en el módulo de enfermería «como si no hubiese pasado nada». Según datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, los funcionarios de prisiones sufren una agresión cada 36 horas, lo que les convierte en el colectivo profesional de la Administración Pública que más ataques soporta al año. 

Pelea entre bandas latinas

A finales de septiembre, una pelea entre presos de bandas latinas rivales en la cárcel de Zuera (Zaragoza) también llevó al límite a los trabajadores del centro. Los Dominican Don’t Play (DDP) y Trinitarios protagonizaron un enfrentamiento a la salida del salón de actos, donde minutos antes se había congregado a decenas de reclusos de distintos módulos para participar y asistir a las actuaciones musicales que había organizado la prisión con motivo del día de la Merced. 

Con motivo de esta fecha, festivo para Instituciones Penitenciarias, la dirección de la cárcel aragonesa dio orden de preparar un menú especial para comer y organizó diferentes actividades de ocio para los presos. El sábado 24, un festival de flamenco y, después, otro de rap; y el domingo, para culminar la celebración, un concierto de rock. Todos ellos, desempeñados por grupos musicales creados por los internos.

A los conciertos acudieron todos los presos, incluidos aquellos rivales de las bandas. Así que a la salida de las actuaciones, internos pertenecientes a las bandas latinas Dominican Don’t Play y Trinitarios, fuertes enemigos en la capital aragonesa, protagonizaron una riña entre ellos en los pasillos que conducían a sus respectivos módulos. 

El peligro llegó a tal punto que se requirió de la presencia de jefes y otros trabajadores penitenciarios, que lograron minimizar un enfrentamiento que «podría haber sido mucho peor», denuncian fuentes sindicales. Además, durante la pelea, advierten las mismas fuentes, hubo momentos de «máximo peligro» al encontrarse solo un trabajador reduciendo a uno de los agresores mientras era rodeado por internos de esos departamentos.

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