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El jefe de Asuntos Internos de la Policía se perfila para dirigir la Jefatura Superior en Madrid

El comisario principal Javier Galván es el favorito de Interior para el puesto, que todavía ocupa Manuel Soto

El jefe de Asuntos Internos de la Policía se perfila para dirigir la Jefatura Superior en Madrid

El comisario principal Javier Galván. | TO

El jefe de la Unidad de Asuntos Internos, el comisario principal Javier Galván, se perfila como próximo jefe superior de la Policía Nacional en Madrid. Según revelan fuentes policiales de toda solvencia a THE OBJECTIVE, desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska ya habrían propuesto a este mando cubrir este puesto que quedará vacante en las próximas semanas tras la salida del actual jefe superior, el también comisario principal Manuel Soto Seoane. Este último, tal como contó este diario, será destinado como consejero de Interior a la Embajada de España en Roma o en México. En ambos casos la plaza está vacante y todo depende de la elección del mando superior.

Galván cuenta con muchos apoyos dentro del cuerpo para convertirse en el próximo jefe de la Policía Nacional en Madrid, según desgranan las mismas fuentes. Aunque no todo está escrito, otros de los candidatos que también suena para el puesto es el jefe de la Brigada de Información en la capital española , el comisario principal Javier Susín, que ascendió en la última promoción, al igual que Galván. No obstante, estas fuentes insisten en que la decisión está prácticamente tomada y la Dirección General de la Policía se ha decantado por el jefe de Asuntos Internos. 

El comisario principal Galván cuenta con una dilatada trayectoria dentro de la Policía Nacional. Se hizo cargo de la Unidad de Asuntos Internos en 2021, en una época especialmente convulsa. Hasta ahora, se ha ocupado del ‘caso Villarejo’, que instruye la Audiencia Nacional, así como de otras investigaciones de especial sensibilidad en el seno de la institución por afectar a policías. Entre ellas, destaca la de la detención en marzo del enlace de la Policía en la Embajada de Colombia, el inspector jefe J.C.G., por un asunto relacionado con tráfico de drogas y corrupción policial. Un asunto que ha derivado en un conflicto entre Asuntos Internos y la Unidad Central de Drogas y el Crimen Organizado (UDYCO), aseguran las fuentes policiales consultadas.

Enlace del CGI en Francia

Antes de aterrizar en Asuntos Internos, no obstante, Javier Galván era el comisario jefe de la Brigada Central de Inspección e Investigación de la Unidad de Seguridad Privada de la Policía, donde asumió funciones como la de interlocutor policial sanitario. Entre los cometidos de esta última función se incluía las comparecencias ante la prensa para informar de la estadística anual de las agresiones a personal sanitario. Destaca también su paso por otros departamentos como la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional, donde, como enlace en un grupo de Francia, participó en la detención de varios comandos de ETA en colaboración con las autoridades galas. 

De este modo, se espera que el comisario principal Javier Galván aterrice en la Jefatura Superior de Policía de Madrid antes de que comience el verano. Su predecesor, el mando superior Manuel Soto, habría sido apartado de su puesto después de varios conflictos con algunos agentes, que han desembocado en expedientes disciplinarios. Según señalan fuentes policiales a este periódico, Soto habría aceptado el cargo en una delegación diplomática a regañadientes, pues su objetivo final era convertirse en el nuevo director adjunto operativo (DAO), tras la jubilación del actual mando el próximo diciembre. No será así.

Cargas de la Policía en Ferraz

El nombre de Manuel Soto saltó a la prensa en noviembre por ser el responsable de los dispositivos policiales en Ferraz, la sede nacional del PSOE. Miles de personas se manifestaron en las calles aledañas durante varias semanas por el acuerdo entre el partido socialista y Junts para la investidura de Pedro Sánchez. En algunas jornadas se produjeron cargas contra algunos manifestantes, incluso con gases lacrimógenos y fumígenos. Una intervención que fue criticada incluso por mandos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios, quienes se encargaron del dispositivo, por ser desproporcionada.  

El uso de gases lacrimógenos en las cargas policiales que se produjeron en las inmediaciones de la sede nacional del PSOE durante la tercera noche de protestas, el pasado 6 de noviembre, generó «sorpresa» e «indignación» en numerosos grupos de UIP. Distintas fuentes policiales explicaron que el empleo de estos medios coercitivos es «totalmente inusual» en protestas como la que se produjo aquel día, visiblemente pacífica. Este tipo de arma, insistieron, se reserva principalmente para «ocasiones en las que se ejerce una violencia extrema contra las fuerzas de seguridad». El Juzgado de Instrucción número 49 de Madrid, de heco, tiene abierta una causa por el uso de gases lacrimógenos en las protestas.

Cabe destacar que la Policía Nacional sí acreditó la presencia de grupúsculos radicales en las manifestaciones, los cuales se encargaron, en la mayoría de jornadas, de reventarlas, superando las vallas policiales o lanzando objetos contundentes contra las fuerzas de seguridad. Una «amalgama de grupos de ultraderecha», entre los que estaba España 2000, Bastión Frontal, Hogar social o Ultrasur. 

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