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El ataque de Vox relanza a Irene Montero y le permite reactivar su imagen internacional

La ministra de Igualdad quiere aprovechar el revuelo generado por el ataque de Vox para obtener apoyos y visibilidad internacional

El ataque de Vox relanza a Irene Montero y le permite reactivar su imagen internacional

La vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y la ministra de Igualdad Irene Montero. | Twitter de Irene Montero

La ministra de Igualdad, Irene Montero, quiere aprovechar el ataque de Vox en el Congreso y el relato de la «violencia política» para afianzar su figura política de cara a las elecciones generales de 2023. La ministra había activado una gira internacional en las últimas semanas para ganar visibilidad ante el choque con Yolanda Díaz. Sin embargo, fuentes de Podemos reconocen que «la gira no empezó bien, no trascendió nada y la ignoraron». Ahora Montero tiene otra oportunidad para relanzar su figura política.

El pasado 13 de noviembre, pocas horas antes de que explotaran las primeras rebajas de condenas por la ley de solo sí es sí -algo que en Podemos era «absolutamente inesperado», según afirman fuentes conocedoras del proyecto de ley del partido-, Montero se reunió en Buenos Aires con Cristina Fernández Kirchner. «Mi admirada Cristina Kirchner, gracias por tu tiempo y por las luchas compartidas. Vamos a seguir caminando de la mano hasta que la dignidad se haga costumbre», escribió ese día en las redes sociales.

En Argentina, Montero presenció un acto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Se reunió con Cristina Kirchner y también con el presidente Alberto Fernández. También estuvo con la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Ayelén Mazzina, en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino. Sin embargo, en Podemos admiten que el impacto de sus encuentros fue menor de lo esperado.

Apoyo de Fernández y Mélenchon

El viaje a Argentina debía incluirse en un proyecto de lanzamiento de la figura de la ministra que arrancó con el viaje a Estados Unidos antes del verano. Aquel traslado generó, sin embargo, más ruido que buenos titulares. Montero viajó con su séquito aprovechando el Falcon del Gobierno, algo que despertó críticas fuera y dentro el partido. «No vale con decir que el Falcon también lo usa Sánchez. A Irene la votaron personas justo para que no lo usara», comentan las voces críticas.

Los viajes a Estados Unidos y a Argentina no podían definirse como satisfactorios en el marco de la operación de lanzamiento de la figura política de Montero en el exterior. Después llegó la semana trágica de la ministra. Hasta que la diputada de Vox, Carla Toscano, la señaló refiriéndose a su relación íntima con Pablo Iglesias. Según los morados y fuentes gubernamentales del PSOE, ese ataque supuso un antes y un después.

Irene Montero en la celebración del 25-N
Irene Montero. | Europa Press

Tras los ataques de Vox, Montero ha recibido más apoyos internacionales que nunca. Además de miembros del gobierno de Argentina (el presidente Fernández reiteró su «solidaridad» a la ministra de Podemos), el francés Jean-Luc Mélenchon se ha solidarizado con la ministra y lo ha hecho también el partido de izquierda italiano Potere al popolo y el político británico Jeremy Corbyn.

Montero logra así tener una visibilidad inesperada en el ámbito internacional que hace tan solo pocas semanas no alcanzaba. La ministra se sentía objetivamente acorralada, pero ahora ha salido «reforzada» y hasta «blindada» en el ministerio, aseguran en Podemos.

Una «intocable»

Montero necesita exposición para lanzar su figura en el caso de un posible choque electoral con Yolanda Díaz. Y la ministra de Trabajo es, en efecto, una de las dirigentes de Unidas Podemos que más lamenta lo ocurrido en el Congreso con Vox. Aunque oficialmente Díaz se ha solidarizado con Montero, fuentes de Podemos aseguran que se ha irritado porque ahora la número dos del partido morado se ha convertido en una «intocable».

«Ya nadie la puede cesar», señalan las fuentes consultadas. Mientras que para Díaz queda ahora pendiente resolver el embrollo de la negociación con los morados para la próxima candidatura. Montero exigía a Díaz ser la número dos por Madrid en las generales, tal y com desveló este diario. Pero Díaz se estaba negando. Hasta el pasado miércoles, cuando según las fuentes consultadas, todo ha cambiado.

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