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Sánchez intenta retener a Marlaska para no poner en peligro las relaciones con Rabat

Fuentes de Moncloa respaldan al ministro del Interior y señalan que «no ha mentido» respecto al muerto en territorio español.

Sánchez intenta retener a Marlaska para no poner en peligro las relaciones con Rabat

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (d), en una foto de archivo. | Europa Press

La comparecencia del ministro del Interior en el Congreso ha encendido los ánimos en el Palacio de la Moncloa y en el núcleo duro del presidente Pedro Sánchez. Pero no por la situación de aparente debilidad de Fernando Grande-Marlaska por haber mentido presuntamente respecto a lo ocurrido en la valla de Melilla, sino por la operación orquestada desde la oposición del PP y la cúpula de la Policía y la Guardia Civil, a quienes atribuyen las filtraciones de la actuación de los agentes el pasado 24 de junio en la frontera española en Melilla. Fuentes de Moncloa aseguran a THE OBJECTIVE que el titular de Interior «cuenta con el respaldo total del presidente» Pedro Sánchez, quien mantiene intacta su confianza en él y que, en consecuencia, «no va a dimitir».

Las fuentes gubernamentales consultadas denuncian la «bochornosa ofensiva de la derecha del PP» contra Marlaska, porque al cuestionar la derecha «las fronteras del territorio nacional» y dudando de su actuación «dudan también de los agentes desplegados en la frontera». «Si el ministro no golpeó a los inmigrantes, ¿Qué van a pedir? ¿El nombre de los guardias civiles que defendieron nuestro territorio? Es una vergüenza». Y recuerdan que «nadie pidió la dimisión de Sáenz de Santamaría o el ministro cuando la emprendieron a porrazos contra los catalanes el 1 de octubre en el referéndum ilegal». 

Se muestran menos beligerantes hacia sus socios de ERC, quienes piden la dimisión del ministro del Interior, y de Podemos, los cuales mantienen distancias y recelos sobre la operación. De hecho, esta fue objeto de una petición de comisión por parte de los morados. En Moncloa sostienen con vehemencia que «Marlaska no ha mentido» porque el subsahariano que «parece haber muerto en territorio español» en la investigación mostrada por el consorcio de medios de comunicación Lighthouse Reports, entre los cuales se encuentra el diario El País, «se produce en tierra de nadie, en un lugar intermedio que no es considerado legalmente territorio nacional» y sobre el que España no despliega su jurisdicción, como sostuvo el ministro del ramo en la comisión de Interior del Congreso. 

Moncloa señala a la cúpula policial por la filtración

El enfado gubernamental es notable: «¿Qué se supone que tiene que hacer un ministro del Interior? ¿No defender nuestras fronteras? ¿Y cómo no va a defender el presidente a su ministro del Interior y a la Guardia Civil?». En Moncloa también descargan su malestar en la cúpula de la Policía y la Guardia Civil, a la que acusan de haber filtrado los documentos audiovisuales publicados por varios medios de comunicación. «Una irresponsabilidad», dicen en referencia a aquellos «sobre quienes depositamos nuestra seguridad del Estado» y que, a juicio del Gobierno, están cegados por el malestar interno con Marlaska por los diferentes escándalos que salpican su mandato: «Eso significa que lo está haciendo bien». La indignación de Moncloa dista poco de ese ‘bien resuelto’ pronunciado inicialmente por el presidente Sánchez el pasado mes de junio cuando aún no había trascendido la existencia de 23 muertos en Melilla y más de 70 desaparecidos. 

Un cierre de filas total en torno a Marlaska que, según otras fuentes socialistas, no responde solo a la necesidad de Sánchez de sostener a una pieza de caza mayor en un Gobierno, el responsable de un ministerio como Interior que «solo puede caer por un escándalo mayúsculo», como fue el caso del único precedente que existe en España: el del socialista Antoni Asunción por la fuga del exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán. Y aportan otro interesante argumento: Sánchez ni quiere ni puede prescindir de Marlaska porque «mostraría su debilidad ante Marruecos» asumiendo su incapacidad de defender la soberanía española ante el país vecino.

Pedro Sánchez saluda a Mohamed VI en Rabal el pasado 7 de abril de 2022.
Pedro Sánchez saluda a Mohamed VI en Rabal el pasado 7 de abril de 2022.

Se trata de algo «inasumible» porque tiene precedentes: el cese de la ministra de Exteriores, Arantxa González Laya, tras un escándalo similar en la frontera de Ceuta, en protesta de Marruecos por la acogida del líder del Polisario, Brahim Gali, en España. La dimisión de Marlaska cuestionaría no solo la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas, sino también las de la gendarmería marroquí, lo cual podría enturbiar las relaciones que se encauzaron entre ambos países un año después de la crisis de Gali, con la visita de Pedro Sánchez a Mohamed VI en Rabat en abril de 2022. 

Interior: «en absoluto» dejará el cargo

Para el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, nada ha cambiado desde que se subió por última vez al estrado del Congreso de los Diputados, el pasado mes de septiembre, para dar explicaciones sobre la tragedia en la valla de Melilla el 24 de junio. Este miércoles no cambió ni un ápice de su discurso en la Cámara baja, e incluso tildó de «conjeturas» las pruebas que le acorralan desde hace meses. Insistió en que el operativo policial fue proporcionado a la violencia ejercida por los inmigrantes y repitió en varias ocasiones que no «se tuvo que lamentar ningún hecho trágico en nuestro país». 

Poco o nada han significado para el ministro las últimas revelaciones sobre la tragedia en el paso fronterizo, en el que murieron 23 personas y 77 permanecen desaparecidas. Una investigación liderada por un consorcio internacional de periodistas ha probado que durante la avalancha humana pereció al menos una persona y decenas quedaron aplastadas en el lado español de la valla. En otras imágenes de este trabajo audiovisual se advierte cómo las fuerzas marroquíes entraron en España y comenzaron a arrastrar cuerpos vivos e inertes desde el interior del paso fronterizo, tanto del lado español como marroquí. 

El reportaje de la BBC, el informe del Defensor del Pueblo, el visionado de las imágenes grabadas por las cámaras de la Guardia Civil en la Comisión de Interior y, por último, las pesquisas del consorcio de periodistas desmienten la versión del ministro del Interior: hubo fallecidos y heridos en España y se devolvió en caliente a, al menos, 470 inmigrantes. El ministro, sin embargo, ha negado la mayor y ha reiterado, por enésima vez, que los hechos transcurrieron «principalmente fuera» del país y que la Guardia Civil no tuvo ninguna responsabilidad

Tras su intervención en el Congreso, no solo ha sido la oposición, sino todas las formaciones políticas, incluidos los socios del Gobierno, quienes han coincidido en el mismo punto: el ministro miente y su versión sobre la tragedia en Melilla no se mantiene. El Partido Popular ha pedido su dimisión en reiteradas ocasiones. Acorralado por los partidos, socios, instituciones que investigan el caso y trabajos periodísticos, sin embargo, el ministro no cree que haya razones para que deba dimitir. Y así lo aseguran desde su entorno más cercano a THE OBJECTIVE. Grande-Marlaska «no se plantea en absoluto» dejar su cargo.

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