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Yolanda Díaz deja solo a Sánchez en su cruzada contra los medios 

La candidata huye del victimismo y apuesta por un discurso propio, al igual que hizo cuando Podemos hablaba de cloacas

Yolanda Díaz deja solo a Sánchez en su cruzada contra los medios 

Yolanda Díaz en Madrid durante el pregón del Orgullo | Europa Press

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz están usando sus entrevistas de precampaña electoral para escenificar su buena sintonía y hasta amistad. Pero, ¿es oro todo lo que reluce? Díaz está midiendo con atención sus pasos de cara a las elecciones del 23 de julio. Y lo cierto es que en algunos de sus mitines y entrevistas ha reivindicado posiciones críticas con otros miembros socialistas del Consejo de Ministros, aunque nunca ha señalado a Sánchez. Aun así, Díaz tampoco se suma al relato del presidente del Ejecutivo sobre la existencia de un presunto complot mediático-político contra él. Sánchez emula a Pablo Iglesias en campañas anteriores y Díaz, al igual que hizo con el exlíder morado, se desmarca y actúa con criterio propio.

El concepto de «derecha mediática» que esgrime Sánchez para describir lo que considera un trato desfavorable en los medios de comunicación no es algo nuevo. Podemos lleva años empleando esos términos para descalificar a la prensa y crear una narrativa favorable a sus intereses. Al atacar a los medios de comunicación, Podemos ejercía un ataque preventivo contra aquellas publicaciones que podían afectar a su prestigio político. Dicha estrategia tampoco nació en España, tal y como recuerdan fuentes del partido morado, que apuntan a una sustancial emulación de lo que ocurría en la izquierda de América Latina.

Díaz, sin embargo, evita emplear esos conceptos. Prefiere buscar con los medios una afinidad que Sánchez ha ido perdiendo, en una operación política que aspira a mantener su perfil en un ámbito de moderación y alternativa al PSOE. Irene Montero empezó a desconfiar de Díaz cuando, nada más arrancar la legislatura, detectó que la ministra de Trabajo evitaba alinearse con el argumentario lanzado por la cúpula morada para crear lo que los morados llamaban «una agenda propia». Y ahora Díaz recupera esa estrategia, pero con Pedro Sánchez.

La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz
La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.

Mentiras y manipulaciones

Aunque la candidata de Sumar reivindica la gestión del Gobierno y su cercanía con Sánchez, lo cierto es que en la coalición nadie esconde el programa máximo que consiste en mantener los votos que fueron de Unidas Podemos e intentar arañar apoyos en el segmento socialista. Es por ello que Díaz quiere evitar exabruptos y salidas de tono, centrándose incluso en atacar más al PP de Alberto Núñez Feijóo que a Vox. Y en no hacerse demasiado enemigos externos en otros ámbitos de la sociedad a la espera de que el 23 de julio sea el comienzo de un periplo político destinado de aquí a los próximos años a ofrecerse como alternativa a todo el espacio de la izquierda.

«La derecha política y mediática me odia», dijo Sánchez en una de sus recientes entrevistas. Tanto en medios de comunicación como en las radios y la televisión el presidente del Gobierno acusa, sin mencionar nombres, a las cabeceras de difundir mentiras sobre su mandato para afianzar la victoria del PP. Sánchez ha enfocado su campaña electoral en «pinchar la burbuja» del «sanchismo», término que asocia a esa «derecha mediática» que obra contra él, y que describió como una mezcla de «mentiras, manipulaciones y maldades».

Se trata de un enfoque que los estrategas de Díaz no quieren emular. Algunos referentes de Sumar, de hecho, cuestionan el empleo de fórmulas tan duras y reivindicativas, y también la apelación al «victimismo» que, en cambio, Sánchez busca explotar. Algunos dirigentes de los partidos que integran Sumar recuerdan, por ejemplo, cómo Podemos dejó su propuesta regeneradora de los comienzos para «bunkerizarse» en una búsqueda de fieles, que lastró sus perspectivas electorales. Díaz dejó también claro hace algo más de un año que su planteamiento pasaba por evitar cerrarse en una «esquina» del tablero, en clara referencia a Iglesias y Montero.

La estrategia de la ilusión

Los estrategas de Díaz saben que estos comicios tienen un componente de vuelta al voto útil. Estaban haciendo cálculos para lanzar su oferta política en las elecciones generales de diciembre, pero el adelanto de los comicios trastocó ese plan. Lo que, sin embargo, no quieren revisar es el enfoque estratégico de la campaña. Díaz está convencida de que su éxito pasa por ofrecer «ilusión» a los votantes, y no en reprocharles lo que ocurrió el pasado 28 de mayo o en regañar a la prensa. La elevada participación en sus mitines políticos (por encima de Sánchez) difunde optimismo entre sus partidarios, aunque otros miembros de Sumar piden cautela.

El pasado viernes Sumar comunicó haber recaudado 1,4 millones de euros en microcréditos para su campaña electoral. Se trata de cifras récord, que superan las de las últimas campañas de Podemos con Pablo Iglesias al mando. Desde el sector sindical cercano a la candidata de Sumar aconsejan no perder de vista el elemento de «propaganda» en esos anuncios. A menos de un mes de los comicios Díaz quiere generar una atmósfera de optimismo e ilusión que sirva para reactivar a un electorado desmovilizado. Y para ello considera que es más rentable transmitir empatía hacia los ciudadanos y sus dificultades económicas y ofrecerles propuestas sugestivas que apostar por el reproche y el victimismo.

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