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Rebelión de las bases contra los candidatos de Vox en Galicia: «El partido es un polvorín»

La apuesta por Álvaro Díaz-Mella y la confección de unas listas llenas de «amigos de» han hecho implosionar el partido

Rebelión de las bases contra los candidatos de Vox en Galicia: «El partido es un polvorín»

El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto a sus candidatos a las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero. | Vox

«¡Fuera, fuera!», gritaron indignados algunos afiliados de Vox en Galicia en el acto de presentación de los candidatos que presidió el propio Santiago Abascal este pasado domingo. El vídeo ha corrido como la pólvora por redes sociales, y evidencia la situación de malestar interno en la formación, que es un «polvorín» en la región, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, que ya adelantó que el abandono de la dirección nacional a esta comunidad había soliviantado a los conservadores gallegos.

«Si llevas cuatro años sin estudiar, lo normal es que el día del examen te lleves un castañazo», explicó de una manera muy ilustrativa un conocedor de la situación en la región, que apuntó a una «debacle» el 18-F. «Ni aunque presentáramos a Santiago Abascal sacaríamos un diputado», sostuvo hace casi un mes, antes de que se conociera al candidato a la Xunta, finalmente presentado in extremis.

Pero es que la situación ha ido a peor desde entonces, y «todo el partido en Galicia se ha convertido en un polvorín en cuanto salieron los nombres de los candidatos». Estos son, Álvaro Díaz-Mella, aspirante a presidir la Xunta como cabeza de lista por Pontevedra, Manuel Fuentes Llamadas (cabeza de lista por La Coruña), María Jesús Fernández (Ourense) y Sonia Teijeiro (Lugo).

Los candidatos

Sobre Díaz-Mella, estas fuentes apuntan a que «afiliados en Pontevedra presentaron una denuncia ante el comité de garantías por la gestión económica del partido en la provincia», pero se dio «carpetazo al tema». El candidato a la Xunta, presumiblemente, «se dedicó desde aquel momento a cancelar a los afiliados descontentos por la opacidad y las maneras, que ahora son cada vez más».

Pero el resto de candidatos tampoco convencen. En primer lugar, por el modo en el que han sido elegidos: por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) que dilucida en la madrileña calle de Bambú, y sin tener en cuenta la opinión de los provincianos. Y también por cuestiones particulares. Sobre Manuel Fuentes señalan, por ejemplo, «su posicionamiento en favor de la Policía durante todo el Noviembre Nacional», que es como se llamó desde Vox a las protestas ante la sede del PSOE en Ferraz.

Sobre Fernández y Teijeiro señalan que «llevan más tiempo que la puerta de la sede sin hacer ni conseguir nada». Además, las listas, más allá de los número uno, «se han rellenado con amigos de y compañía». «La cosa está muy mal aquí, por más que se quieran mantener las apariencias, y todo como consecuencia de no haber hecho nada aquí en cuatro años», zanjan las fuentes consultadas por este medio.

Preocupación en Vox

En efecto, la imagen que proyecta la formación de puertas hacia fuera es de aparente normalidad, aunque existe preocupación por la imagen proyectada en aquel acto, que debía haber servido para arengar a sus posibles votantes de cara al 18 de febrero. Así lo procuró Santiago Abascal con un discurso que sonó a conjura.

Conjura contra el Partido Popular y los medios de comunicación supuestamente afines -en su argumentario-. A estos les espetó: «Lo que nunca vamos a hacer es meter la cabeza debajo de tierra o suicidarnos voluntariamente como piensan los señores de Génova 13». Ante estos, defendió el «deber» de su formación de concurrir a los comicios porque «lo que Vox defiende, sólo lo defiende Vox».

Expectativas electorales

Pero lo cierto es que la concurrencia responde más a intereses discursivos que a posibilidades influir en la futura legislatura. La única encuesta que otorga representación a los de Álvaro Díaz-Mellado hasta el momento es la confeccionada por Hamalgama Métrica para Vozpópuli, que les concede un representante. Este, sin embargo, sería irrelevante ante la mayoría absoluta del popular Alfonso Rueda.

El propio Abascal ha anunciado que se va a volcar con mítines en las provincias gallegas para intentar impulsar al partido en la región, máxime teniendo en cuenta que no han sido invitados al debate electoral, pero los críticos de Vox en esta comunidad critican que los prebostes de Bambú 12 «vienen aquí dos o tres días, se van y luego no vuelven a acordarse de nosotros en cuatro años».

«Advertimos desde hace años que esto pasaría. No se puede dirigir una provincia a golpe de dedo y mandato. Entre otras cosas porque la propia Ley de Partidos exige transparencia y democracia. Vox no supondrá ni el 2% de los votos», zanjan.

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