Martirio y absolución
El presidente autonómico Carles Puigdemont interrumpió una sesión del Parlamento de Cataluña para proclamar que “la democracia española está enferma”. El diagnóstico es certero. Lo que resulta extraño es que sea él quien lo profiera. Es como si, estando en cama con fiebre, un paciente recibe la visita de sus virus para que le anuncien apesadumbrados: “Parece que tiene usted una gripe”.