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Morir jugando

(Casi) Nada queda ya de aquellos inofensivos videojuegos que se crearon con el simple hecho de entretener enmarcados por un instante de diversión voluntario.

Morir jugando

(Casi) Nada queda ya de aquellos inofensivos videojuegos que se crearon con el simple hecho de entretener enmarcados por un instante de diversión voluntario. Como Super Mario Bros en el que dos hermanos, Mario y Luigi, tenían que rescatar a la Princesa Peach del Reino Champiñón. O el icónico Pac-Man o Comecocos del cual el mismísimo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tiene una pegatina en su ordenador.

Un joven Barack Obama con su pegatina de PacMan.
Un joven Barack Obama con su pegatina de PacMan.

Plataformas que fueron creadas para matar el tiempo frente a una computadora y con las que el mayor riesgo que se corría era una reprimenda de tu madre al pasar las horas muertas frente a aquel cacharro allá por los años 80, cuando éstos alcanzaron su edad dorada. Hoy, lejos de todo esto, lo que menos importa es ese rapapolvo cuando algunos encuentran hasta la muerte –y no virtual– intentado alcanzar el mejor nivel o la mejor calificación.

La fiebre a nivel mundial con el nuevo juego de realidad aumentada Pokémon GO, ya se ha cobrado su primera víctima. Se trata de un chico de 18 años guatemalteco que recibió varios disparos de bala mientras buscaba Pokémon por la calle. Al parecer, unos individuos, por causas desconocidas, dispararon al joven y a su amigo –que ha resultado herido de gravedad– desde una camioneta. A tiros también la emprendió un hombre en Florida cuando se percató de que dos individuos se encontraban en su jardín. Pensaba que eran ladrones. En esta ocasión los jóvenes escaparon sanos y salvos.

El revolucionario juego de Nintendo está dejando anécdotas y relatos de lo más curiosos –algunos no tan trágicos– sobre las aventuras de estos cazadores.  Sin embargo, para sorpresa de algún que otro jugador, no todo lo que ha encontrado son estos divertidos muñecos. Shayla Wiggins, una chica de 19 años que salió a dar un paseo en busca de Pokémon, se topó a orillas de un río con un cadáver. ¡A puro estilo CSI!

Para Boon Sheridan, residente de Massachusetts, el alardear de vivir en una vieja iglesia ha llegado a su fin. Lo que antes parecía algo bastante ‘cool’ ahora se ha convertido en una pesadilla ya que su casa ha sido marcada como un gimnasio Pokémon y decenas de personas se dedican a dar vueltas por su jardín. Así lo reflejaba en su perfil de Twitter.

El nivel senior de frikismo Pokémon se lo lleva el irlandés Jonathan Theriot que mientras se encontraba junto a su mujer en la sala de partos presenciando el nacimiento de su hija, una alerta en su móvil lo hizo desatender el parto y atrapar un Pidgey.

Pidgey or baby? Pic de pantalla de Jonathan Theriot
¿Pidgey o bebé? Pic de pantalla de Jonathan Theriot.

Pero este tipo de situaciones no sólo han tenido lugar en Estado Unidos. En España no han tardado en llegar. Dos jóvenes, de unos 25 años, se adentraron en el cuartel de la Guardia Civil de Las Rozas, después de que accedieran a una zona restringida. Según dijeron los implicados, se habían metido en esta zona para «matar a un enemigo».

Una ‘sobredosis’ de juegos electrónicos acabó con su vida al pasar cuatro días sin descanso jugando al Counter-Strike.

Y es que los juegos llevados a la realidad generalmente acaban de mala manera. Así es como terminó Albert, un ruso de 33 años que se pasaba el día entero jugando al Lineage 2. Un enfrentamiento en la vida real con sus rivales en el videojuego acabó costándole la vida. Lo mismo le ocurrió a un joven de 24 años en Kwangju, Corea del Sur. Sin embargo, éste no necesitó ningún rival físico. Una ‘sobredosis’ de juegos electrónicos acabó con su vida al pasar cuatro días sin descanso jugando al Counter-Strike. En marzo de 2015, un joven de 24 años, se desplomaba en un cybercafé de Shanghai después de estar 19 horas seguidas jugando al World Of Warcraft. Y en septiembre de ese mismo año, en Rusia, un joven de 17 años pasaba la friolera de 22 días jugando al Defence of the Ancients. Sus padres, que entraron en su habitación al dejar de escuchar ruido, lo encontraron sin vida frente al monitor.

Ahora se espera que este fiebre contagiosa por Pokémon GO no acabe en males mayores, ya que matar el tiempo no tiene por que ser lo mismo que dejar víctimas por el camino.

 

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