Amalia de Holanda celebra la mayoría de edad enamorada y criticada

Amalia de Holanda, heredera al trono de Orange, ha cumplido 18 años. Y lo ha celebrado dando un paso adelante en lo que a su función institucional se refiere, con una fiesta que no ha estado exenta de polémica y una sorpresa inesperada.  

Aunque debería haber empezado su carrera universitaria, la hija mayor de los reyes holandeses está disfrutando de un año sabático que está dedicando a viajar. Eso sí, todo lo que las restricciones sanitarias le permiten. Y precisamente han sido las nuevas medidas contra la covid las que han vuelto a poner en el ojo del huracán a la familia real. 

Todo por la celebración de la onomástica de su futura reina. Una fiesta, en los jardines de palacio, que ha recibido numerosas críticas de los ciudadanos y de los medios de comunicación del país que cuentan que, una vez más, no han respetado las restricciones en pleno aumento de los contagios en todo el mundo.  

Fiesta vs. restricciones

El Gobierno holandés ha impuesto el horario de cierre en la hostelería, así como la reducción al mínimo -hasta cuatro- del número que personas que pueden estar en una reunión independientemente del carácter que esta tenga. La fiesta por su mayoría de edad tuvo lugar el pasado sábado en los jardines del palacio de Huis ten Bosch. 

Según De Telegraaf la princesa convocó a unos 100 invitados. Una cifra que dista mucho de la que se da desde el Servicio de Información del Gobierno, que ha confirmado a los medios que la fiesta se organizó casi de improvisto debido, precisamente, a las limitaciones por la pandemia. De ahí que la cifra oficial de invitados sea 21. Aun así, son solo cuatro las personas que pueden asistir como invitados a una casa.  

La reacción de palacio ha sido afirmar que se pidió a todos los invitados que se sometieran a una PCR, asegurando además que todos estaban vacunados y que, además de ser una celebración al aire libre, se estableció la correspondiente distancia social impuesta entre los asistentes.  

Enamorada 

Polémicas aparte, Amalia ha estrenado su mayoría de edad copando la portada de la revista alemana Bunte, que desvela que la princesa de los Países Bajos está enamorada de un joven alemán perteneciente a una familia de empresario de la región de Westfalia, con un alto poder adquisitivo.  

Su ‘príncipe azul’ tiene 19 años y responde al nombre de Isebrand K. Parece ser que podrían llevar saliendo unos seis meses y, como explica la publicación germana, la pareja se ha dejado ver paseando cogidos de la mano por la Gran Manzana, donde además pasaron el día de Acción de Gracias.  

La revista asegura además que a lo largo de ese romántico paseo por Manhattan hubo besos, afirmando que la actitud de ambos era la de dos personas que son más que amigos. Así lo han descrito varios turistas holandeses, testigos de este momento de su futura reina en pleno puente de Brooklyn.  

Al parecer, Isebrand cumple con las cualidades que debe tener un chico para enamorar a la futura reina de Holanda. Ella misma cuenta, en su biografía autorizada, que le gustan los hombres educados, con buenos modales y atentos. También deja claro, que, si le hubiera gustado una chica, esto no habría sido un problema en su casa. 

Algo que va de la mano con el cambio que hizo el Gobierno a mediados de octubre. En ese momento, el primer ministro envió una misiva al Parlamento en el que afirmaba que «no se entiende que un heredero al trono o un monarca tenga que abdicar si quiere casarse con una pareja del mismo sexo».  

Así es Amalia 

Precisamente gracias su biografía, podemos conocer un poco más la personalidad y los gustos, así como el día a día de esta princesa que, en su momento, llegará a reinar junto a otras princesas europeas, como Leonor en España o Elisabeth en Bélgica.  

En el libro Amalia se muestra como una chica de hoy en día, concienciada con los problemas de la sociedad incluyendo la salud mental. Ella sufrió la pérdida de la hermana de la reina Máxima, Inés Zorreguieta, que fue encontrada muerta en su domicilio de Buenos Aires hace tres años. 

«Hablar con un profesional es muy normal, especialmente después de lo que le pasó a mi tía (…) No creo que deba ser un tabú y no hay ningún problema en reconocerlo en público», dice antes de desvelar que ella misma acude a terapia cuando cree necesitarlo.  

Igualmente, la princesa cuenta que es una apasionada de la moda. Le encanta ir de compras con su madre y ejercer de ‘personal shopper’ con ella. De hecho, en muchas ocasiones, termina comprando lo que le gusta a su hija que termina haciéndose con las prendas después de que su progenitora las haya usado unas cuantas veces.  

Amalia de Holanda ya ha abierto camino a las futuras herederas europeas que, al menos de momento, siguen manteniendo un perfil bajo centradas en sus estudios y en sus labores oficiales.